Palace of the Silver Princess, la verdad sobre el módulo más polémico de Dungeons & Dragons y su archicotizada tapa naranja

Publicado el 27/07/2025 por Diario Tecnología
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Palace of the Silver Princess, la verdad sobre el módulo más polémico de Dungeons & Dragons y su archicotizada tapa naranja

Quizás no lo sepas, pero las aventuras adicionales y suplementos a los manuales que se publicaban antes de la tercera edición de Dungeons & Dragons se llamaban módulos. Hubo una barbaridad, que conste, ya que estamos hablando un colosal legado anterior al año 2000. Y pese a que muchos contaron con un calado especial y otros pasaron sin pena ni gloria, hay uno cuya leyenda y misterio se impone a su propio contenido: la versión naranja de Palace of the Silver Princess. Un libro cuyas copias fueron retiradas y destruidas antes de enviarlas a las tiendas... Con la excepción de una única caja llena de ejemplares.

Vaya por delante que TSR, la editorial original de Dungeons & Dragons, sí publicó el módulo Palace of the Silver Princess. O, más bien, una edición reescrita, ampliamente modificada, con nuevas ilustraciones o modificaciones de las que había y una muy conveniente tapa verde alrededor de la imagen de portada y los textos de las cubiertas. Dejando claro a todo el mundo, a golpe de vista, que ese sí era módulo prometido y el que debía jugarse. Pero, claro, como es natural si buscas en eBay cuánto te cuesta una copia de la versión retirada estamos hablando de unos 12 mil euros de diferencia. ¿Qué le pasaba a la de tapa naranja?

La versión corta es que el mucho del contenido de Palace of the Silver Princess debía ser reescrito e incluso los jefazos de TSR, quienes eran plenamente conscientes de que durante el auge del juego de rol se intentaba asociar la marca Dungeons & Dragons con el satanismo, consideraron que muchos de los contenidos y situaciones eran obscenas o nada apropiados para los niños, incluyendo temáticas que daban pie a que se estaba practicando sadomasoquismo. Por no hablar de caricaturas grotescas del equipo editorial. Y, pese a ello, la versión no tan corta es más interesante.

Un módulo para principiantes poco convencional

Palace of the Silver Princess fue el único módulo diseñado para Dungeons & Dragons de Jean Wells, la primera autora femenina en ser contratada por TSR. Hasta que se le presentó la oportunidad de elaborar un módulo para principiantes se dedicó al área editorial o la artística, ya bien sea participando en otros módulos, elaborando ilustraciones o redactando columnas en Sage Advice. Es más, Wells participó en la edición del módulo básico y para principiantes "B2" llamado Keep on the Borderlands, del propio Gary Gygax, el creador de Dungeons & Dragons. Uno con tanto calado que el nuevo set de inicio de 2025 (Heroes of the Borderlands) toma directamente su testigo.

De modo que Wells no solo era una auténtica fan del juego y sus reglas, a los que ya jugaba antes de integrarse en la plantilla tras responder a un anuncio de TSR en busca de editores, sino que estaba muy familiarizada con este tipo de contenidos. ¿Su primera gran oportunidad? Como ya te comenté, y tras algún tiempo en la compañía siendo la única chica entre los editores, Jean Wells recibió un encargo muy singular: dado lo bien que vendía el módulo introductorio Keep on the Borderlands y su posterior inclusión junto con los manuales, se decidió que hiciera un nuevo módulo para recién llegados: el módulo B3.

Los módulos, antes de que pasasen a llamarse aventuras, tenían una asignación alfabética para distinguir su contenido y aquellos con la letra "B" estaban principalmente destinados a los jugadores primerizos. De este modo, Wells quiso mantener el mismo esquema del módulo introductorio original (el B1, llamado In Search of the Unknown) pero habilitando espacios como habitaciones y zonas de juego dentro del Palacio de la Princesa de plata intencionadamente incompletas para que los propios jugadores las acomodasen a su narrativa, sus gustos o sus necesidades.

Silver Princess 001 Ejemplo de una estancia vacía del módulo, con algunas de las indicaciones. Los propios jugadores debían completar los espacios

O, como la propia Jean Wells dijo en una entrevista dada en 2010, tras haberse alejado por completo de todo lo que tenía que ver con los juegos de rol en general y de Dungeons & Dragons en particular, demostrar a los jugadores que una mazmorra podía ser mucho más que un simple edificio.

"Recuerdo que me pidieron crear un módulo para principiantes. Recuerdo intentar usar los monstruos de Gary Gygax principalmente, como se suponía que debíamos hacer, pero también crear algunos realmente diferentes solo para el módulo. Ed Sollers y yo trabajamos en ello. Le preguntaba qué opinaba de algo, lo comentábamos y, si creíamos que necesitaba algún cambio, lo modificaba. Ed fue mi editor.
También quería añadir un poco de escenografía: una carreta de un anciano y su hija que pudiera usarse para obtener información, montañas, colinas y cosas así donde pudieran acechar monstruos externos, todo ello que condujera al palacio. Intentaba mostrar a los jugadores que una mazmorra era mucho más que un simple edificio.
No completé el palacio intentando mostrarles que este mapa podía ser un minimapa base para su partida. Los jugadores podrían descubrir que la parte de la mazmorra que se había derrumbado ya no existía y el DM podría ampliarla. Supuse que estaban intentando aprender a crear su propio mundo y yo intentaba ayudarles. Esto es todo lo que recuerdo de aquello, pero lo del Decapus nunca lo olvidaré."

¿Qué a que se refiere Wells con lo del Decapus? El libro con el módulo incluía, además de la propuesta para jugadores primerizos de la autora, montones de ilustraciones de lo que aparecía en su texto del ilustrador Erol Otus. Según Wells mucho tiempo después, la autora afirmó que no solo no estaba conforme con el arte que acompañaba su texto del módulo sino que deseaba reemplazarlo pero los plazos de impresión y entrega se iban a cumplir, con lo que se hicieron los libros con ellos. Y eso, en muchos aspectos, fue lo que realmente hizo sonar las alarmas en la editorial.

Los problema de Palace of the Silver Princess

Pese a que la narrativa de los módulos podía gustar más o menos, al igual que muchas de las decisiones creativas de Wells, las ilustraciones de Otus no iban a ayudaba a alejar a Dungeons & Dragons de esa imagen negativa, incluso satánica, que muchos veían en el juego de rol. Y no es una apreciación subjetiva: además de los textos en las páginas se podían encontrar imágenes en los que se alimentaba a un oso con un trozo de carne a la altura de la pelvis que, visto con malicia, parecía otra cosa; a grotescas caricaturas de miembros clave de de TSR en personajes hermafroditas de tres cabezas.

De hecho, Jean Wells dijo mucho después que aquellos extraños seres de tres cabezas no tenían nada que ver con lo que ella imaginaba y que la idea provenía de un tipo de criatura nueva que ella misma imaginaba al jugar con sus amigos, inspirándose en un personaje creado por el prometido y futuro marido de una amiga. Con todo, el "problema" del Decapus no tenía que tanto ver con la ilustración en sí, sino con la descripción de la escena.

Illusion Of The Decapus Ilustración "The Illusion of the Decapus" de Erol Otus basado en el texto de Jean Wells
"Una hermosa joven cuelga del techo. Se pueden ver nueve hombres feos clavándole sus espadas suavemente en la piel, mientras la provocan en un idioma desconocido y tiran de la poca ropa que lleva puesta.
Parte de su cabello, que le llega hasta los tobillos, rodea sus piernas, sujetándolas firmemente, mientras que el resto le ata las manos a una viga del techo. Una larga mesa en forma de U domina la mayor parte del espacio. Una enorme chimenea se alza en la pared norte."

Y pese a que esto son extractos de una propuesta muchísimo mayor, lo cierto es que para la editorial de entonces se trataba de algo bastante alejado de lo que uno esperaría encontrar en un libro para jugadores primerizos, incluyendo aquellos que ni siquiera habían llegado a la adolescencia. Y, por supuesto, sus padres.

Con las copias del módulo Palace of the Silver Princess ya impresas y listas para distribuirse, los mandamases de TSR determinaron que aquello no podía llegar a las tiendas y ordenaron hacerse con cada copia hecha (entre 5.000 y 10.000 libros) y destruirlas con el compromiso para las tiendas de volver a sacar una nueva edición completamente revisada, reescrita y con nuevo arte. Sobreviviendo de aquella tirada de tapas naranjas únicamente una caja más las que estaban en las propias oficinas... y las que no llegarona ser devueltas.

Silver Princess 002 Alguna de las polémicas ilustraciones para la edición naranja. En la de la derecha, de Erol Otus, se puede ver una caricatura del propio Gary Gygax

Meses después la versión "verde" de Palace of the Silver Princess llegó a las estanterías con los textos reescritos por Tom Moldvay. Eliminando muchas ilustraciones o rehaciendo las partes más comprometidas, sacando de la ecuación las zonas vacías puestas por Wells y, como era de esperar, la mayoría de los monstruos más polémicos imaginados por la autora y dibujados por Erol Otus. Lo cual no impidió que se extendiese un curioso rumor: que la edición "naranja" había sido censurada al incluir contenido e ilustraciones abiertamente obscenas.

El retorno del módulo más polémico de Dungeons & Dragons a las librerías

¿Y qué opinó Gary Gygax, el creador de Dungeons & Dragons, al respecto? En una entrevista publicada en 2007, un año antes de su fallecimiento, se le preguntó de manera muy directa sobre el asunto, su posicionamiento al respecto de estas copias destruidas y el polémico módulo de Palace of the Silver Princess. Su respuesta es que, de haber estado en sus manos, no se habrían eliminado las copias.

"Le preguntas al hombre que diseñó las ilustraciones de las Amazonas y los [Súcubos] en el D&D original, o la portada del suplemento 'Eldritch Wizardry, sobre algo en el diseño del módulo de Jean Wells que es "objetable"? No sé cómo responder a eso.
En realidad, fue Kevin Blume quien montó un escándalo por el módulo y exigió su retirada. No tuve ninguna participación en el asunto y, de haber podido, habría anulado su objeción.
Lo cierto es que había tres personas en el Consejo de Administración de la empresa: Brian Blume, Kevin Blume y yo. De igual manera, mientras yo era presidente y director ejecutivo, Brian se encargó de los asuntos creativos, como presidente de esa actividad, mientras que Kevin presidía el resto de las operaciones.
Esto, en la práctica, me dejó en una posición de indefensión. Si un "presidente" a mis órdenes hiciera algo que no me gustara, mi único recurso sería llevar el asunto al Consejo de Administración, donde perdería dos votos a uno."

Sabemos que a Gary Gygax no le hizo gracia la caricatura que se hizo de él en el módulo, pero tampoco habría puesto impedimento al respecto de que se publicase. Sin embargo, el efecto colateral de la versión naranja fue que se empezó a tomar mucho más en serio el proceso de revisar los materiales, módulos y contenidos oficiales de Dungeons & Dragons antes de lanzarlos. La otra realidad es que las aportaciones de Jean Wells para el resto de ediciones creativos empezaron a ser cuestionadas y eso derivó en su salida no mucho después de TSR, en 1981.

Silver Princess 003 Portadas de la eliminada edición naranja de Palace of the Silver Princess y la oficialmente lanzada edición verde. Nótese la firma de los autores

El módulo B3 de Palace of the Silver Princess de tapa verde no eliminó a Jean Wells, sino que añadió a Tom Moldvay como primer coautor. Pero, ¿era un buen módulo? Bueno, dependiendo del prisma con el que lo mires. Sobre la edición verde muchos coinciden con que estaba bien para los jugadores novatos y otros consideran que, pese a estar elaborado para ofrecer una primera toma de contacto, flaqueaba a la hora de ofrecer una aventura interesante que mostrase lo profundo que era el universo de Dungeons & Dragons.

Lo cierto es que los contenidos de Palace of the Silver Princess no fueron tan polémico como se especuló al ser retirado, pero eso no quita que su valor como artículo de coleccionista, en especial para los entusiastas de Dungeons & Dragons, sea enorme. Quizás no tanto por tratar de revolucionar, aunque hubo ideas experimentales, sino por la fascinación de poseer algo que fue requisado y destruido antes de ser reescrito. Y tiene su lógica: a diferencia de la vida real, en el juego de rol más importante del mundo siempre puedes tratar de hacer una segunda tirada [de dados o de módulos] cuando la pifias.

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