Un agricultor apiló 500 toneladas de patatas en un campo para quien quisiera cogerlas gratis. Ocurrió lo que cabía esperar

Publicado el 26/08/2025 por Diario Tecnología
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Un agricultor apiló 500 toneladas de patatas en un campo para quien quisiera cogerlas gratis. Ocurrió lo que cabía esperar

Gigny-Bussy es una pequeña comuna del departamento de Marne, Francia. Habitualmente la gente que acude allí lo hace de paso o para disfrutar de sus paisajes y arquitectura de madera. A lo largo de las últimas semanas su principal reclamo ha sido sin embargo otro bien distinto: una enorme gigantesca montaña formada por más de 500 toneladas de patatas apiladas en mitad de un campo.

Su agricultor no logró encontrarles hueco en el mercado, así que hizo de tripas corazón y tomó una decisión peculiar: regalarlas entre sus convecinos.

¿Qué ha pasado? Que Gigny-Bussy, una comuna que no llega a los 300 habitantes, está acaparando titulares por un motivo curioso: una montaña de patatas a disposición de quien quiera acercarse con bolsas, sacos, coches o incluso camionetas para llevárselas gratis. El diario francés L´Union, uno de los primeros en dar la noticia, calcula que puede haber más de 500 toneladas de tubérculos apiladas cerca de la D396, una carretera que atraviesa hectáreas de cultivos.

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¿Y qué hacen ahí? Si no es habitual encontrarse con una montaña de patatas apiladas en el campo, al aire libre, menos frecuente es aún que esa gigantesca pila esté a disposición de quien quiera llevarse los tubérculos a casa. Si ha ocurrido en Gigny-Bussy (Marne) es básicamente gracias a un agricultor local que, al no lograr vender parte de su cosecha y para evitar que el género acabase pudriéndose bajo el sol del verano, decidió montar el mayor buffet libre de patatas del mundo.

Del agricultor en cuestión no se sabe gran cosa. Solo que es de Aube, dispone de tierras en Marne y se ha encontrado con el dilema de qué hacer con los cientos de toneladas de patatas de la pasada cosecha que no ha conseguido vender.

Mantener la mercancía en el almacén le cuesta dinero y la perspectiva de dejar que se pudra tampoco le convencía, así que, teniendo en cuenta que los tubérculos son comestibles, decidió apilarlos cerca de un camino para que pueda recogerlos quien los necesite. Si sobra algo, se esparcirá por los campos, a modo de abono.

¿Cómo respondió la gente?