Los nazis se las prometían felices con la ocupación de la isla de Jersey. Hasta que sus habitantes empezaron a hablar
Publicado el 07/09/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Los enemigos a veces asoman por los lugares más insospechados. Eso es lo que aprendieron en el verano de 1940 los soldados alemanes que ocuparon las Islas del Canal, en el Canal de la Mancha. La campaña se las prometía felices y de hecho se prolongó durante varios años, pero al poco de poner el primer pie en la isla de Jersey los oficiales nazis se dieron cuenta de que tendrían que lidiar con un enemigo inesperado: un idioma que no entendían ni sus intérpretes.
Y eso fue toda una suerte para los lugareños.
En un lugar del Canal de la Mancha… Se encuentra Jersey, la mayor de las Islas del Canal, un archipiélago situado muy cerca de las costas francesas pero que está ligado administrativamente a Londres. De hecho se consideran dependencias de la Corona británica, territorios autónomos, autogobernados y que estrictamente no forman parte de Reino Unido, pero sí están vinculados a su Corona. Se calcula que en 2001 residían en el archipiélago unas 150.000 personas repartidas en dos bailiazgos: el de Guernsey y el de Jersey, donde viven más de 100.000.
Una isla, un idioma propio. Jersey no solo destaca por su geografía, estatus e historia. Lo hace también a nivel lingüístico: en la isla se habla inglés, francés... y el jerseyés (jèrriais), una lengua emparentada con el normando y que, reivindican las autoridades isleñas, tiene una rica historia de más de mil años. Su primer registro escrito data de hecho del siglo XII, con el poeta Wace, y en la isla presumen de su legado literario de finales del siglo XVIII. El jerseyés llamó la atención incluso del prestigioso escritor francés Víctor Hugo, quien rescató una de sus palabras, pieuvre (pulpo) en su novela 'Los trabajadores del mar', de 1866.
"Una lengua de campesinos". La historia del jerseyés no es precisamente sencilla. A pesar de su antigüedad y del enorme arraigo que ha tenido en la isla, hubo un tiempo en el que se consideró una lengua vulgar y estigmatizada, lo que ha marcado irremediablemente su base de hablantes. "En los 40 y 50 si acudías a la escuela el jerseyés estaba prohibido. Se consideraba una lengua de campesinos, hablada solo por la gente pobre. Esa era la actitud de todos los profesores, incluso los que hablaban jerseyés", relata a la BBC François Le Maistre, un hombre de casi 90 años que explica que en su hogar, de niño, solo se usaba el idioma isleño.
… Y un arma frente a los nazis. Curiosamente y pese a su estigmatización, el jerseyés jugó un papel relevante durante la Segunda Guerra Mundial. Las Islas del Canal ostentan el triste honor de ser las únicas islas "británicas" que soportaron la ocupación de las tropas alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Los nazis llegaron a Jersey entre junio y julio de 1940 (con la Batalla de Inglaterra como telón de fondo) y se mantuvieron en el archipiélago hasta mayo de 1945.
Las autoridades evacuaron a 30.000 personas de las Islas del Canal antes de la llegada de los alemanes, pero aun así cuando las tropas del Führer desembarcaron en Jersey se encontraron con miles de lugareños (el archipiélago sumaba en total 104.000 residentes) con una peculiaridad inquietante, sobre todo para los nazis: hablaban un idioma aparentemente ininteligible, incluso para los alemanes francófonos. Ni los intérpretes colaboracionistas lo entendían del todo.

¿Qué diablos están diciendo? "Los artículos en jerseyés publicados al comienzo de la ocupación lograron transmitir mensajes de resistencia", señala a la cadena BBC Geraint Jennings, lingüista y experta en el idioma isleño. "Los textos decían abiertamente que era mejor hablar jerseyés para que 'ciertas personas' no pudieran entenderlo, es decir, ¡los alemanes! Por supuesto pronto se dieron cuenta y tomaron medidas drásticas con la censura, pero el jerseyés siguió empleándose como lengua secreta para transmitir mensajes durante el resto de la contienda".
En la estrategia de resistencia pasiva de la isla, aquel idioma emparentado con el normando se convirtió en una pieza valiosa. Su complejidad, incluso para los oídos de los soldados alemanes que hablaban francés o los intérpretes colaboracionistas, hizo del jerseyés una herramienta clave para intercambiar información, trazar planes clandestinos o incluso, recuerda la cadena inglesa, burlarse de los nazis.
"Todo el mundo lo hablaba". "Durante esos años todo el mundo hablaba jerseyés sencillamente porque, para desgracia de los alemanes, no les era posible entender nuestro idioma", recuerda Le Maistre. Quizás suene extraño, pero es que dentro de la propia Jersey se usaban diferentes variedades dialectales del idioma: a pesar de que la isla es pequeña, buena parte de los isleños se relacionaban con sus propias comunidades, lo que favoreció una riqueza sorprendente de expresiones, vocablos e incluso acentos, marcas distintivas de grupos de hablantes.
En otras islas del Canal, como Guernesey, Sark y Alderney también disponían de sus propias lenguas, alguna ya desaparecida. Un sueño para los lingüistas, una pesadilla para los soldados alemanes que se paseaban por Jersey.
Una lengua en retirada. Eso no significa que el jerseyés fuese inmune a la guerra. Su punto de partida era ya delicado. Si bien en los años 30 seguía siendo la lengua materna de la mayoría de personas que nacían en la isla, estaba minorizada y estigmatizada. A eso se le sumó "la gran ruptura social" que, lamenta Jennings, ocasionó la ocupación alemana: las familias evacuadas a Inglaterra con sus hijos acabaron adoptando el inglés como idioma principal, lo mismo que le pasó a los isleños que se enrolaron en las Fuerzas Armadas y luego regresaron a casa.
Esa ruptura se añade que el turismo y el sector financiero de la isla, piezas clave en su economía, contribuyeron a impulsar el inglés como vehículo de comunicación.
¿Y cuál es la situación ahora? Complicada. Hay motivos para el optimismo, pero también para la preocupación. Durante los últimos años el idioma ha logrado reivindicarse, con instituciones dedicadas expresamente a su fomento y una mayor sensibilidad por parte de las instituciones locales. En febrero de 2019 de hecho las autoridades isleña lo declararon idioma cooficial en la Asamblea junto al inglés y francés. Quien hoy aterriza en el aeródromo de la isla se encuentra también con un mensaje que le da la bienvenida en el idioma: "Seyiz les beinv'nus à Jerri".
Esa es la parte positiva. La negativa es que la salud actual del jerseyés está muy lejos (lejísimos) de la que mostraba en la década de 1930, cuando era el idioma de cuna de la mayoría de su población. Hay estudios que calculan que en 2002 apenas el 15% de los isleños comprendían algunas palabras del lenguaje. Otros elevan ese dato al 30%. La cadena BBC asegura que hay solo 500 hablantes nativos capaz de expresarse con fluidez en la lengua que sacaba de sus casillas a los alemanes.
Imágenes | Mike Beales (Flickr) 1 y 2