La nueva factoría de CATL en Zaragoza llega con desafío incluido: dónde diablos alojar a 2.000 trabajadores chinos

Publicado el 11/06/2025 por Diario Tecnología
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La nueva factoría de CATL en Zaragoza llega con desafío incluido: dónde diablos alojar a 2.000 trabajadores chinos

Figueruelas es una villa pequeña. Según el INE no llega a los 1.300 habitantes, en todo el pueblo (descontada la cantina de las piscinas) funciona un único bar y la mayoría de sus habitantes conducen hasta la vecina Zaragoza para cubrir muchos de los servicios que necesitan en su día a día. Ahora la villa se enfrenta a un gran reto logístico: la construcción y puesta en marcha de la nueva factoría de CATL va a movilizar a 2.000 operarios chinos que (lógicamente) van a necesitar un techo.

La pregunta es: ¿dónde y cómo darles ese alojamiento?

Un dato: 2.200 trabajadores. La nueva fábrica de baterías para coches eléctricos de Figueruelas se anunció entre promesas de empleo, pero por lo pronto la construcción y puesta en marcha de de la factoría movilizará a operarios chinos. Muchos. Muchísimos. El Periódico de Aragón concretaba hace unos días que entre este año y el que viene CATL prevé trasladar a Figueruelas a 1.847 profesionales asiático. Es más, los 274 primeros operarios llegarán antes de que acabe 2025.

Otras fuentes van más allá y hablan de la movilización de alrededor de 2.000 operarios desde el gigante asiático para poner en marcha la factoría. O incluso más. Hace un mes, durante una entrevista con la SER, el alcalde de la localidad, Luis Bertol, desvelaba que se desplazarán "más de 2.200 trabajadores procedentes de China" para trabajar en la villa aragonesa, situada a media hora de Zaragoza.

Figueruelas Copia

Una pregunta: ¿Dónde van a vivir? No importa si se toma como referencia el dato de 1.847 trabajados avanzado por la prensa local o la estimación que maneja Bertol. Las previsiones de operarios chinos movilizados para dar forma a la futura factoría de CATL son considerables y dejan botando una pregunta: ¿dónde van a vivir? O mejor dicho, ¿dónde se van a alojar? La cuestión se entiende mejor si se tiene en cuenta que en Figueruelas apenas hay 1.270 vecinos empadronados.

Los alrededor de 2.000 operarios chinos que desembarcarán a lo largo de los próximos meses para construir la nueva fábrica que surtirá de baterías a Stellantis superarán con creces el censo local y obligarán a los responsables del proyecto a buscarles acomodo. Una tarea compleja. Y que no pueden demorar. La idea es que la factoría empiece a producir módulos ya en 2027, por lo que el primer contingente de trabajadores llegaría este otoño y continuará en 2026.

Una advertencia: oferta "cero". Bertol asegura que la multinacional quiere que el alojamiento de los operarios chinos esté "lo más cerca posible de la fábrica", pero eso plantea un desafío: el municipio tiene suelo disponible, pero si hablamos de oferta de vivienda ya construida las cosas son distintas. En una charla reciente con Efe, precisamente sobre los retos para su localidad y las villas vecinas, el alcalde de Figueruelas reconocía que la oferta actual de viviendas es "cero".

Zaragoza no queda lejos, pero su mercado inmobiliario no es inmune a las tensiones que experimenta el sector en la mayoría de las capitales y grandes ciudades del país. La oferta se ha reducido y los precios se han disparado. Según el portal Idealista, a lo largo del último año el coste de los alquileres se ha encarecido de media un 10% en la capital aragonesa. Si hablamos del mercado de la compraventa, el incremento de precios es incluso mayor, del 12,8%.

Otra cifra: 1,5 hectáreas. A finales de mayo Heraldo reveló que la multinacional necesita como mínimo 1,5 hectáreas junto a la factoría de Figueruelas para montar "un gran alojamiento autosuficiente" para los cientos y cientos de trabajadores operarios movilizados desde China. El propio Bertol ha reconocido que la empresa se han interesado por la disponibilidad de suelo, aunque, matiza, no hay decisiones tomadas y se manejan otras opciones.

El Periódico  cita cinco localidades susceptibles de acoger a los empleados desplazados desde China: Pedrola, Grisén, Bárboles, Alagón y Figueruelas, la opción por la que apuesta su primer edil. "Creo que lo más factible es que sea en Figueruelas", recalca Bertol, quien asegura que la multinacional quiere que los operarios estén lo más cerca posible de las obras. Para facilitarlo, el Ayuntamiento ya le habría ofrecido "varios terrenos disponibles". Otro desafío (ya a medio y largo plazo) es dónde alojar o cómo influirán en el mercado de la vivienda los miles de empleados que tendrá la fábrica de baterías cuando esté operativa.

Una idea: viviendas prefabricadas. Como suele ocurrir con todos los megaproyectos con multinacionales e inversiones millonarias de por medio, en torno a la nueva factoría de CATL para Stellantis reina la discreción. Eso no ha impedido que estén circulando noticias sobre posibles soluciones para acoger a los trabajadores. Y una que suena con fuerza es la creación de casas prefabricadas.

"La poca información que tengo es que están buscando suelos para hacer unas villas", asegura el al alcalde de Figueruelas. En su opinión, "la solución pasa por construir mobil homes" para los trabajadores. Heraldo habla también de bungalós que se ampliarán al ritmo que lo haga el contingente de obreros desplazados.

Desde el entorno del proyecto garantizan que los operarios "no vivirán en barracones" y se respetará la normativa española y europea. El sindicato UGT ya advierte que estará atento a que se cumplan los mínimos sobre legislación laboral. Por lo pronto y en lo que se refiere al alojamiento, la prensa local asegura que los inversores de la factoría han contactado con firmas de construcción modular y se está buscando vivienda para los altos cargos y técnicos en Zaragoza.

Un recuerdo: las obras de 1982. La llegada de 2.000 chinos ha generado expectación a nivel nacional, pero en la propia Figueruelas hay quien lo ve con relativa tranquilidad. Al fin y al cabo hay precedentes. Algo similar ocurrió por ejemplo a comienzos de los años 80, cuando el aterrizaje de General Motors llegó acompañado de técnicos de otros países. "Entonces vinieron americanos, alemanes y hasta japoneses”, recuerda en El País un exdirectivo de la compañía.

Imágenes | Swedish Pavilion at Shanghai Expo 2010 (Flickr) y Ayuntamiento de Figueruelas

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