En un año Japón ha perdido casi un millón de habitantes. Ahora ya sabe cuál es su tabla de salvación: la inmigración

Publicado el 08/08/2025 por Diario Tecnología
Artículo original

En un año Japón ha perdido casi un millón de habitantes. Ahora ya sabe cuál es su tabla de salvación: la inmigración

Lo ha intentado tirando de chequera e incluso ejerciendo de celestina, pero Japón se ha encontrado con un problema aparentemente irresoluble: la natalidad. El país ha pasado del invierno demográfico a la debacle sin paliativos. Esa es al menos la lectura que dejan los últimos datos del Gobierno, que revelan que en solo un año (de enero de 2024 a enero de 2025) la población de ciudadanos japoneses se ha reducido en más de 900.000 personas, la mayor caída desde al menos 1968.

Solo hay un indicador positivo: la inmigración.

Un dato: 908.574. Desde hace tiempo (bastante) hablar de natalidad en Japón es hablar de caídas, previsiones pesimistas y un futuro plagado de incógnitas. No es nada nuevo, pero eso no evita que cuando su Gobierno publica datos oficiales, como ha ocurrido este miércoles, la debacle demográfica siga sorprendiendo. Y con razón. Según los datos del Ministerio de Interior, en 2024 el país perdió ni más ni menos que 908.574 habitantes, lo que deja el censo de ciudadanos japoneses en 120,65 millones. Lejos, muy lejos de los 126,6 millones que alcanzó en 2009.

Más que un golpe. El dato es malo en sí mismo y no mejora cuando se pone en contexto. Como recuerda Kyodo News es el 16º año consecutivo en que cae el censo de ciudadanos japoneses, una tendencia que parece no tener visos de suavizarse. Al contrario. El de 2024 fue el mayor descalabro demográfico de la serie estadística, que arranca en 1968. Hay que remontarse a esa misma década para encontrar un registro de nacimientos más bajo que el anotado el año pasado: 687.689. En el polo opuesto, el número de fallecidos (casi 1,6 millones) se situó en máximos.

Un porcentaje: 59%. La demografía no es simple teoría estadística, está directamente conectada con la economía del país. Y eso es algo que los datos del Gobierno dejan muy claro: tras años de debacle poblacional y con el motor de la natalidad gripada, Japón se ha encontrado con que apenas el 59% de su población está en edad laboral (entre 15 y 64 años), sensiblemente por debajo del promedio mundial, que ronda el 65%, según las últimas estimaciones de la OCDE.

Con cada vez menos población nativa en edad laboral y una sociedad en pleno envejecimiento, el panorama al que se enfrenta el país es cuanto menos desafiante. De hecho hay quien advierte que se está cruzando una 'línea roja'. Algunos autores señalan que 2025 marcará el punto en el que la población nacida durante el Baby Boom de finales de los 40 rebasará los 75 años, una edad en la que el porcentaje de población laboral se desploma y aumenta la de aquellos que requieren cuidados. Ese punto de inflexión incluso tiene un nombre: el "problema 2025".

¿Y qué supone eso? Que en la práctica es bastante probable que a partir de ahora Japón se encuentre con "un aumento repentino" de ancianos que necesitan cuidados, lo que se traducirá a su vez en "una carga significativamente mayor para la fuerza laboral", advierte un informe del IPEI. En cuanto a lo que supondrá para las arcas públicas, hace años el Gobierno echó cuentas y ya calculó que entre 2025 y 2040 los costes generales de la atención social se dispararán un 60%.

¿Cómo solucionarlo? La gran pregunta. Japón lleva años desplegando un abanico de medidas para incentivar su natalidad y revertir su crisis demográfica. Y eso pasa tanto por dedicar recursos millones a programas pronatalidad y ayudas a la crianza como incentivar las bajas paternas o facilitar que los jóvenes encuentren pareja. No es nada nuevo ni exclusivo de Japón. En Corea del Sur, China o Rusia los gobiernos han lanzado campañas similares con resultados dispares.

De fondo sin embargo subyace una pregunta clave, como señalaba ya en 2023 la cadena BBC: ¿Aumentar la natalidad de un país es cuestión de dinero? ¿Funcionan los 'cheques bebé' o las bajas paternales? ¿Hasta qué punto influyen esos factores y cuánto depende de otros más estructurales, como las dificultades para acceder a viviendas amplias, la filosofía laboral, las desigualdades de género, el coste de la vida o sencillamente un cambio cultural que ya no prioriza la maternidad?

Una palabra: inmigración. No todos los indicadores demográficos de Japón están en números rojos. Es más, hay uno que el año pasado creció hasta alcanzar valores récord: el de los residentes extranjeros, aquellas personas de otros países con permiso para permanecer en Japón durante al menos tres meses. Según los datos del Gobierno, su número creció un 10,65% (354.089 personas) hasta sumar 3,68 millones. Los registros nunca habían alcanzado una cifra tan elevada.

En la práctica eso supone que los extranjeros ya representan casi el 3% de la población total, otra cifra que nunca antes se había logrado. Japan Times precisa que en 2024 se mudaron 661.800 personas desde el extranjero, lo que demuestra que ha quedado atrás la caída que experimentó ese registro durante la pandemia, sobre todo en 2021 y 20022. Si se tiene en cuenta tanto a los ciudadanos japoneses como la población foránea, el censo total de residentes en el país se sitúa en 124,3 millones, aproximadamente 554.000 menos que el ejercicio anterior.

¿Por qué es importante? Porque la afluencia de extranjeros ha servido para algo más que suavizar la sangría demográfica del país. También supone un chute de energía para su economía. El 85,77% de los residentes extranjeros están en edad de trabajar, un porcentaje importante para un país con un problema de natalidad y que lleva años envejeciendo. El aumento de la inmigración lleva aparejado también ciertos retos. Su aumento coincide el auge del partido de ultraderecha Sanseito, que ha hecho campaña enarbolando el lema de "Los japoneses primero".

Imagen | JJ Ying (Unsplash)

En Xataka | Cada vez más mujeres japonesas deciden casarse con hombres de Corea del Sur. Y hay algo que lo explica: el K-pop

utm_campaign=08_Aug_2025"> Carlos Prego .