Cómo hemos llegado al ocaso de la era de las exclusividades y por qué Nintendo seguirá teniéndolas
Publicado el 31/07/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Más allá del apego a unas siglas o un logo, que no es poca cosa, el principal motivo para escoger una consola por encima de otra eran sus juegos. Más concretamente, los exclusivos que (en teoría) sólo iban a lanzarse en PlayStation, Xbox o Nintendo Switch. Hasta 2025 si querías jugar a Gears of War o Forza Horizon la única alternativa a tener una Xbox era jugarlo desde PC. Con los últimos Final Fantasy, que no los hizo Sony, pasaba lo mismo en PS5. Esto no es algo nuevo, que conste, ya que la industria del entretenimiento funciona así y en los videojuegos lleva pasando desde hace más de 40 años. Ahora, las reglas del juego han cambiado. Para todos, menos en Nintendo. ¿Por qué?
En muchos aspectos resulta poético que los jugadores de Xbox se sumen a la batalla en Helldivers 2 el mismo día que la saga Gears of War llega a PS5. Sin embargo, para comprender cómo hemos llegado a este punto hay que observar la fotografía entera, rastrear las estrategias y los pasos previos de ambas compañías y, además, el contexto actual de unas Third Parties a las que, como ya hemos visto en VidaExtra, cerrar puertas a la hora de lanzar sus superproducciones puede salir caro. Y, sin embargo, La Gran N continúa orbitando en su propia dimensión. Y eso que hace poco más de diez años, tras el batacazo de Wii U, su panorama era completamente diferente. ¿Se han convertido todas las demás en SEGA o hay algo más?
Las copias vendidas importan, pero la máxima prioridad es la cantidad de jugadores activos
Lo primero es lo primero: la manera de disfrutar de los videojuegos ha cambiado. Y lo que es peor, hay demasiados. Algo casi insostenible. Esto pasa en las consolas, en PCs y se ve de manera mucho más clara en los juegos de móviles. De entrada la manera de medir el éxito no siempre depende de la cantidad de copias vendidas, sino en su capacidad de retener a los jugadores de manera indefinida. Como ocurre en Fortnite, en League of Legends o, en el caso de Xbox, en el Warzone de Call of Duty o Minecraft.
Dicho en palabras de Masahiro Sakurai, el creador de Super Smash Bros., ahora mismo cualquier nuevo lanzamiento, sea una superproducción al estilo Assassin's Creed Shadows o algo más pequeño como Grounded 2, no solo debe competir con aquellos que son lanzados más o menos en las mismas fechas, sino también con los juegos como servicio que se actualizan cada pocos meses o los clásicos que regresan a través de Nintendo Switch Online o Retro Classics de Game Pass. De modo que, según Sakurai, ahora las grandes compañías están compitiendo entre sí por el tiempo de los jugadores.
En consecuencia, si hubiese dependido de Microsoft la versión unificada de Minecraft para todas las plataformas habría llegado mucho antes a PlayStation, y toca recordar que los estudios de Sony no solo llevan años lanzando la saga MLB The Show en Switch y Xbox, sino que ese mismo juego se estrena día uno con la suscripción de Game Pass, permaneciendo un año entero hasta la llegada de la siguiente entrega. Y es entonces cuando empezamos a notar patrones. Incluso denominadores en común. O, más bien, razones por las que no conviene limitar el alcance de un juego a una única plataforma.
Sobra decir que a Rare (y Xbox) le viene fenomenal que los infinitos mares de Sea of Thieves se llenen de nuevos corsarios deseosos de aventuras, lo cual es un impulso adicional tanto de cara a la actividad del juego como con vistas a elevar la cantidad de unidades directamente vendidas. Lo mismo se aplica a Helldivers 2, que conste. De modo que cuando se estrena una novedad como Indiana Jones y el Gran Círculo -ya bien sea en Xbox, PC o PS5- en realidad el gran público está alternando entre ese nuevo juego y aquellos a los que regresa de manera recurrente. Sea Street Fighter 6 o el juego de cartas de Pokémon para móviles.
En cualquier caso, un punto decisivo de cara a romper la barrera de las exclusividades fue la implementación del juego cruzado. Que diese exactamente igual que los jugadores de EA Sports FC, Final Fantasy XIV o Monster Hunter Wilds comprasen su copia en una u otra consola porque todos van a jugar juntos. Porque antes del juego cruzado la mayoría de jugadores apostaban por la consola que tuviesen la mayoría de sus amigos para poder jugar online. Eso sí, a sabiendas de que los jugadores de PC suelen tener ventaja. Y ojo, que lo del juego cruzado es algo que lleva apenas unos pocos años implementado.
Sin embargo, títulos como Hi-Fi Rush, Pentiment o un LEGO Horizon Adventures que fue publicado en Nintendo Switch son aventuras con un principio y un final. No hay pases de batalla, ni temporadas y tampoco se promueve el juego competitivo. Una vez que llegas a los títulos de crédito te lo han dado todo, mientras que en el multijugador de Call of Duty, el competitivo de Age of Empires o el cooperativo de Diablo IV la partida continúa y los contenidos siguen llegando. Un dato: todos estos últimos son de Xbox y también se juegan en PlayStation.
¿PlayStation es multiplataforma por lanzar Helldivers 2 en Xbox?
Que no se me malinterprete. Hay juegos como Baldur's Gate 3 con principio y final y en el que no vas a tener dos partidas iguales. Sobre todo si juegas con amigos. Y la manera en la que se ha integrado la narrativa abierta en Cyberpunk 2077 también deja en pañales juegos con pretensiones Hollywoodienses. La cuestión, insisto, no va de juegos como servicio frente a los tradicionales juegos para disfrutar en solitario. No cuando el éxito de Balatro, Black Myth: Wukong o sorpresas como Blue Prince dejan claro que hay alternativas.
Sin embargo, toca retomar la perspectiva original: el tema en cuestión no pasa por los juegos que salen en todas las plataformas, sino aquellos que solo pueden jugarse en una y ahora llegan la mayoría. Aunque, claro, en este aspecto, durante meses Baldur's Gate 3 solo pudo jugarse en PS5 y las copias digitales del propio Cyberpunk 2077 solo estuvieron en la tienda de Xbox. ¿Qué está pasando y por qué ni siquiera está previsto que Nintendo lleva a sus estrellas a otros sistemas ni a través de Fortnite? Básicamente porque si la nueva prioridad son las horas de juego, la mejor estrategia es aumentar la cantidad de jugadores a los que puedes llegar.
Mientras Microsoft y en Xbox Game Studios han hablado de manera abierta (aunque escalonada) de su estrategia, la cual se resume en llevar los juegos que ellos estiman a cada vez más jugadores en cualquier máquina a la que puedas conectarle un mando o un ratón, en PlayStation prefieren dar el mismo paso, primero en PCs y luego más allá, aunque saltándose las explicaciones y ahorrándose las posibles reacciones en contra. Entre otros motivos, porque a diferencia de Xbox su principal modelo de negocio en los videojuegos sigue siendo el de copias vendidas.
¿Es PlayStation una compañía multiplataforma por lanzar Helldivers 2 en Xbox y LEGO Horizon Adventures en Switch? Eso son solo ejemplos muy específicos. De hecho, en 2025 la propia Bandai Namco ha lanzado en su nombre Patapon 1+2 Replay o Everybody's Golf: Hot Shots (que son de Sony Interactive) en más consolas. Sin embargo, poco a poco está alineando su estrategia para ampliar el alcance de sus juegos: PlayStation ha abierto una división propia de Multiplataforma y Gestión de Cuentas con las que, literalmente, gestionar su estrategia multiplataforma. Siendo más específicos, en todas las plataformas que no sean PlayStation. La razón, textualmente, es impulsar el crecimiento de los ingresos a largo plazo y el alcance de la audiencia.

El problema de Sony, como ya hemos comentado, es que actualmente ese modelo coexiste con muchos otros y necesita adaptarse con urgencia. No es casualidad que haya invertido tanto en juegos como Concord o The Last of Us Online, pese a que tuvo que cancelar ambos proyectos, ni tampoco que apueste tan fuerte por Marathon o Marvel Tokon. Especialmente cuando toca enfrentarse a una realidad incómoda: juegos como God of War, Wolverine o The Last of Us tardan más de seis años en terminarse y cuestan demasiado dinero y recursos.
De modo que, al apostar por la retrocompatibilidad y no tener opciones online, toca estudiar nuevas vías para que sigan generando ingresos un año después. A veces con remasters y otras, mucho más rentables, con versiones para nuevos sistemas. Lo cual no quita que, entre una cosa y otra, se apueste por soluciones inesperadas cuando el juego fue lanzado en generaciones anteriores como la curiosa actualización de PS5 de The Last of Us 2 o expansiones que no llegan a las copias de PS4.
Dicho esto, y pese a que a la anterior consola de Sony todavía le queda cuerda para rato, tanto PlayStation como Xbox ya están pensando en su siguiente generación. Una en la que los jugadores podrán centrarse más en las características de la máquina. Sobre todo si en Microsoft dan el paso y le abren a sus próximas Xbox las puertas de otras tiendas como en Steam. Algo que, de hecho, ya es una realidad desde 2025 y en la aplicación de Xbox para PC, pudiendo jugar a títulos como el remaster de Spider-Man y su secuela desde Steam. Y eso nos lleva al punto final: ¿qué pasa con Nintendo?
Ya hemos planteado cómo hemos llegado al ocaso de la era de las exclusividades. Ya bien sea con una Microsoft que no cierra las puertas a que veamos Halo en PlayStation, como a la llegada por la vía directa como dando un rodeo desde Steam de los juegos de PlayStation Studios.
¿Saldrá Ghost of Yotei o un futuro God of War en PC? De hecho, subo la apuesta: ¿qué probabilidades hay de que hoy se esté trabajando en la versión de Steam de Intergalactic: The Heretic Prophet? Bueno, hace cuatro años eso parecía imposible y hoy no nos pillaría por sorpresa. Más bien lo contrario. La cuestión es que, como la retrocompatibilidad o el juego cruzado, este proceso de unificación de contenidos se hará de manera caprichosa y muy pausada a conveniencia de cada parte implicada. Es decir, Starfield no ha llegado a PS5... todavía. ¿Y qué pasa con Nintendo?
¿Super Mario o Link en otras consolas?... ¿Para qué?
Como comentamos al principio, el motivo por el que PlayStation ha inaugurado su división multiplataforma y las razones dadas por Xbox son las mismas: impulsar el crecimiento de los ingresos a largo plazo y el alcance de la audiencia. La clave, la razón por la que La Gran N no da ese paso es que no lo necesita. Al menos, desde el exitoso lanzamiento de Nintendo Switch.
El día que Satoru Iwata anunció la que sería la Nintendo Switch también soltó una bomba: los juegos de la Gran N, incluyendo sus superestrellas, daban el salto a los móviles. Un movimiento absolutamente impensable si lo sacamos de contexto, pero necesario para la compañía tras una muy mala racha con su sobremesa (Wii U vendió 13 millones de consolas) y, por extensión sus juegos. La situación actual de Nintendo hoy es completamente la opuesta. tanto, que a los Third Parties les cuesta horrores competir con los juegos de la Gran N.
Si como jugador profundamente vinculado a una marca estás completamente en contra de que tu juego favorito llegue a otras consolas o no se publique en Steam, es decir, que pierda la exclusividad, la solución pasa por comprarlo desde el lanzamiento, a su precio completo (nada de rebajitas) y continuar jugando de manera constante. Algo que no es imposible y que Nintendo ha logrado a través de una estrategia sencilla pero brutal: da igual si compras el próximo juego de Mario de salida o siete meses después, porque costará lo mismo. Lo único que cambiará es que lo empezarás más tarde.
Y pese a ello, Nintendo lanza juegos como Pokémon Champions de manera simultánea y con juego cruzado en móviles y consolas. Aunque, siendo justos, todo lo que tiene que ver con Pikachu y sus amigos va por los cauces de The Pokémon Company.

La estrategia de Xbox es la opuesta, que conste: ofrecer los juegos en Game Pass y jugarlos dónde quieras, abriendo la puerta a que los compres si te gustan. ¿Es mejor o peor? De entrada es diferente pero, según sus propias cuentas, el modelo de suscripción resulta rentable. Otra cosa diferente es que, como ocurre con PlayStation, los desarrollos que son extremadamente largos y costosos lleguen a un punto en el que no se recuperaría el dinero ya invertido ni completándolos y poniéndolos a la venta. Incluso en otros sistemas.
La era de las exclusividades no desaparecerá por completo mientras los juegos de Nintendo sigan obsesionando a decenas de millones de jugadores. Ya bien sea con la nueva venida de Pokémon o con la insinuación de un futuro Animal Crossing. Sin embargo, en lo que respecta a Xbox y PlayStation el panorama que nos dibujará la nueva generación será verdaderamente interesante: tener un catálogo de juegos más atractivo suma puntos adicionales, pero ser la mejor plataforma para jugar a los que hay en común, incluyendo los que ellos mismos publican en más allá de sus consolas, marcará la auténtica diferencia. Por ejemplo, el futuro GTA 6.
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