Amo el sigilo con toda mi alma, pero nunca me había atrevido a probarlo como si jugase en una maqueta

Publicado el 20/05/2025 por Diario Tecnología
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Amo el sigilo con toda mi alma, pero nunca me había atrevido a probarlo como si jugase en una maqueta

Soy perfectamente consciente de que existe cierto aura de desprecio hacia el sigilo, como si fuese una dinámica en los videojuegos que molestase en mitad de la acción. Para mí, no deja de ser parte de la propia narrativa que debe bajar la intensidad para disfrutar de una perspectiva distinta, tal y como sucede con Desperados III, Shadow Tactics y Shadow Gambit. Sin embargo, jamás me he zambullido en ninguna de esas propuestas.

Eriksholm: The Stolen Dream ha aparecido para intentar redimirme y catar de primera mano qué es lo que tiene que ofrecer River End Games. El estudio fundado en Suecia reúne a desarrolladores veteranos de títulos del calibre de Battlefield, Little Nightmares, Mirror’s Edge y Unravel. Con su proyecto inicial han querido apostar por una IP que busque aunar mecánicas de juego satisfactorias y una profunda narrativa en mundos visualmente cautivadores. Si bien la segunda parte está bastante lograda, es en la primera donde se produce el patinazo, pero no nos adelantemos.

Hay dos aspectos que destacan desde el primer momento en la impresionante ciudad de Eriksholm: el punto de vista isométrico y la cuidada estética del escenario. Los videojuegos en primera o tercera persona aportan perspectivas limitadas a la hora de jugar con el sigilo, pues puede resultar muy difícil averiguar la posición de los enemigos para poder avanzar. Por ello, muchos estudios recurren a habilidades absurdas como poder vislumbrar las figuras de los rivales a través de las paredes, sin mayor explicación.

Pudiendo otear desde los cielos todo lo que sucede, es mucho más sencillo guiar los pasos de Hanna, la muchacha protagonista que debe buscar a su hermano desaparecido Herman. Por algún motivo desconocido, las fuerzas del orden se encuentran en constante alerta para intentar atraparlos por unos delitos de los que parecen reincidentes. Su huida entre los edificios, callejuelas y caminos alternativos permite vislumbrar una urbe enorme que posee un estilo nórdico de principios del siglo XX.

Eriksholm: The Stolen Dream es realmente bonito, a todas luces y desde cualquier orientación que hagamos girar la cámara para contemplar una suerte de maquetas preciosas. Todo el mapa se encuentra repleto de detalles que sugieren una fuerte imposición industrial en la zona para una clase baja agobiada por el trabajo, hostigada por la policía y con los recursos básicos que proporciona el estado para sobrevivir. Por si fuera poco, una misteriosa plaga que afecta al corazón los azota a todos ellos, por lo que hay muchos elementos encima de la mesa como para querer tirar del hilo de la historia.

Las cinemáticas CGI del videojuego son realmente impresionantes, mostrando sus personajes una capacidad para transmitir emociones realmente asombrosa. No tienen nada que envidiar en el seno de River End Games respecto a las virtudes de estudios AAA, pues han conseguido crear un título sólido en lo gráfico y muy atractivo en lo artístico. Con todo, el apartado jugable no explota todas las virtudes de un género tan particular como el sigilo.

He jugado algo más de una hora y cuarenta minutos a un puñado de capítulos de Eriksholm: The Stolen Dream y, si bien he arañado la superficie, he sentido que la desarrolladora ha sido tremendamente conformista. La dinámica de la partida consiste en evitar cualquier tipo de confrontación, por lo que una sola alerta de un enemigo significará el fin. Así pues, toca moverse por lugares estrechos como conductos de ventilación, agachar la cabeza y calcular perfectamente qué rumbo vamos a tomar.

Los policías cuentan con patrones de conducta relativamente previsibles, por lo que el ensayo y error no es necesario, sobre todo si eres asiduo al sigilo, pues intuirás en todo momento por dónde debes moverte para no ser visto. Existe cierta variedad a la hora de continuar, pues no hay una única opción, sino que se presentan alternativas más o menos arriesgadas. Además, el videojuego nos tienta a explorar más allá de lo evidente y rotar la cámara para encontrar el puñado de coleccionables presentes en Eriksholm.

Eriksholm: The Stolen Dream

No dejan de ser carteles promocionales de la ciudad o documentos con información relacionada a los ciudadanos, sin mayor trascendencia en el gameplay, pero son migas de pan para comenzar a comprender el contexto que azota a la sociedad. Con todo, más allá de saltar alguna valla o utilizar una cerbatana con dardos tranquilizantes, hay poco espacio para la sorpresa. Son tres los personajes a controlar en Eriksholm: The Stolen Dream (Hanna, Alva y Sebastian), de los cuales he probado a las dos primeras. Alva puede lanzar piedras para llamar la atención (o espantar palomas) y escalar tuberías, lo cual viene muy bien para echarle un cable a Hanna.

Y es que es posible encontrarse con ambas para ayudarse mutuamente, pudiendo intercambiar con un simple botón entre cada una de ellas. Un formato sencillo, pero efectivo para enriquecer la partida, aunque con el hándicap de que no existe profundidad en el apartado jugable. Todo se basa en un ABC muy básico mecánicamente, por lo que la apuesta real consiste en aprovechar el entorno para rodar cualquier obstáculo y dejarse atrapar por un argumento prometedor. Las intenciones de Eriksholm: The Stolen Dream son muy buenas, pero en lo que he podido probar se queda a medio camino de darle una forma más espléndida en lo jugable.

Fecha de lanzamiento de Eriksholm: The Stolen Dream

Todavía no cuenta con una fecha exacta para su lanzamiento, pero Eriksholm: The Stolen Dream tiene previsto aterrizar en PC (Steam y Epic Games Store), Playstation 5 y Xbox Series X/S en algún momento del 2025.

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