El combustible sostenible al parecer no se sostiene y la cancelación de este enorme proyecto de Shell es prueba de ello

Publicado el 07/09/2025 por Diario Tecnología
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La filial neerlandesa de Shell ha decidido no continuar con la construcción de su planta de biocombustibles (o combustibles sostenibles) de Róterdam, iniciada en 2022, donde estaba previsto producir combustible sostenible para aviones. Estas modernas instalaciones se iban a construir en el Parque Energético y Químico de Shell en Róterdam, cerca del mayor y más importante puerto de mercancías de Europa. Sin embargo, el combustible que iba a producir no estaba destinado a barcos sino aviones. Inicialmente iba a ser un proyecto clave no sólo para la descarbonización de la compañía, también para la descarbonización de la industria aeronáutica europea, pero a Shell no le salen las cuentas. Tras una "exhaustiva evaluación económica y técnica", la compañía petrolera considera que el proyecto era demasiado caro y nada competitivo. Esta planta se diseñó para ser una de las mayores convertidoras de residuos de Europa, capaz de convertir residuos orgánicos en hidrocarburos similares al queroseno de aviación (Jet A/Jet A-1), dando como resultado el conocido como combustible de aviación sostenible o SAF, por sus siglas en inglés ("Sustainable Aviation Fuel"). Mediante una serie de procesos industriales, se puede obtener combustible de aviación sostenible a partir de aceites de cocina usados, grasas animales, lodos de depuradoras, gases industriales o incluso residuos sólidos urbanos. El resultado final es un combustible con las mismas propiedades que el queroseno fósil, pero con una huella de carbono neta mucho menor (entre un 60% y un 90% menos, dependiendo de la materia prima y el proceso utilizado). Con el queroseno sostenible se reduce la huella de carbono entre un 60 y un 90% en comparación el combustible fósil "Ha sido una decisión difícil, pero la correcta, ya que priorizamos nuestro capital en proyectos que satisfacen tanto las necesidades de nuestros clientes como el valor para nuestros accionistas", afirmó Machteld de Haan, presidenta de Downstream, Renovables y Soluciones Energéticas de Shell. Pese a ello, desde la compañía "siguen creyendo que las moléculas bajas en carbono, incluidos los biocombustibles, sustentarán el sistema energético del futuro". Según datos de la propia compañía, en 2024 Shell comercializó más de 10.000 millones de litros de combustibles bajos en carbono (y vendió 10 veces más de lo que pudo producir), convirtiéndose en uno de los mayores proveedores mundiales de combustibles de aviación sostenible. Con una planta de este tamaño y capacidad, se podría haber abaratado el producto, pero suspender el proyecto significa también que el SAF seguirá siendo muy caro y, por lo tanto, será difícil que las aerolíneas justifiquen su uso. Por otro lado, supone también un reto importante para Europa en su búsqueda para reducir el impacto medioambiental de la aviación, que ve como este tipo de proyectos no son viables económicamente. Fuente: Shell