¿Y si estamos haciendo el ayuno intermitente mal? Unos expertos proponen centrarnos solo en los carbohidratos
Publicado el 12/05/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Perder peso no es tan sencillo como someter a nuestro cuerpo a un déficit calórico. Las dietas basadas en ingerir menos calorías de las que nuestro cuerpo consume funcionan bien en algunos contextos, pero sus efectos a medio y largo plazo se ven limitados por nuestro metabolismo y por nuestra propia constancia. Es por eso que el ayuno intermitente se ha convertido en una de las dietas más populares para quienes quieren perder peso.
Cuestión de alternativas. Ahora, un grupo de investigadores ha encontrado una forma de hacer estas dietas más asequibles. La idea se basa en hacer menos restrictiva esta dieta pasando a limitar tan solo la ingesta de carbohidratos en los días en los que temporalmente limitamos nuestra ingesta calórica.
Restricción calórica intermitente. Las dietas basadas en la restricción calórica intermitente, a las que a menudo nos referimos como ayuno intermitente aunque no siempre impliquen el ayuno de forma estricta, se basan en limitar en el tiempo nuestra ingesta de alimentos. Existen distintas estrategias para realizar este ayuno, como el ayuno 5:2, en el que restringimos severamente las calorías que ingerimos durante dos días y comemos con normalidad el resto de la semana.
Para entender la utilidad de este tipo de dietas tenemos que recordar cómo nuestro metabolismo, en un afán por protegernos ante la escasez, puede limitar el éxito que la restricción calórica convencional a la hora de adelgazar. Y es que nuestro cuerpo reacciona cuando le damos menos comida, limitando nuestro consumo energético para ahorrar recursos, lo que acaba implicando que cuando ingerimos menos calorías, en el medio plazo nuestro cuerpo acabe consumiendo también menos energía.
Salud cardiometabólica. Según explica Adam Collins, coautor del nuevo estudio e investigador de la Universidad de Surrey, en un artículo para The Conversation, el ayuno intermitente presenta una ventaja añadida. Se trata de mejorar nuestra “flexibilidad metabólica” ya que nos permite equilibrar las fuentes energéticas que nuestro cuerpo, carbohidratos y reservas de grasa. Esto a su vez implica un menor riesgo de padecer problemas como enfermedades cardiovasculares o diabetes tipo 2.
El nuevo estudio firmado por Collins y su equipo buscaba indagar sobre los motivos por los que se da esta mejora en nuestro metabolismo cuando seguimos esta dieta. Puesto que este tipo de dietas se centran en la idea de que nuestro cuerpo pase de utilizar carbohidratos como fuente de energía en pasar a consumir grasas, el equipo decidió estudiar las implicaciones de una restricción de carbohidratos limitada en el tiempo.
12 participantes. Los 12 participantes en el estudio, adultos con sobrepeso u obesidad, pasaron por dos días de restricción de alimentos separados por cinco días de “descanso”. Uno de los días de restricción, los participantes consumieron una dieta baja en hidratos, mientras que el otro día consumieron una dieta basada en la reducción clórica (consumiendo un 75% menos de calorías con respecto a lo que sería habitual). Los días siguientes a la jornada de restricción los participantes consumieron una ración alta en grasas y azúcares.
Lo que observó el equipo es que ambas formas de dieta mostraban resultados similares en cada tipo de dieta. Los detalles del estudio han sido publicados en un artículo en la revista European Journal of Nutrition.
Buscando respuestas. Según explica el equipo responsable del análisis, nuevos estudios serán necesarios para comprender mejor esta relación y para afianzar esta noción con una población más amplia. El equipo recalca que cada una de las dietas (restricción de carbohidratos y restricción temporal) conllevan sus propios problemas, pero quizás combinarlas nos permita hacer estas dietas más llevaderas y con ello más asequibles y con un menor riesgo.
Imagen | Rosy Ko
utm_campaign=12_May_2025"> Pablo Martínez-Juarez .