Starlink está ahora mucho más cerca de conseguir su objetivo: ningún sitio de la Tierra sin cobertura móvil

Publicado el 18/09/2025 por Diario Tecnología
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Starlink está ahora mucho más cerca de conseguir su objetivo: ningún sitio de la Tierra sin cobertura móvil

SpaceX cerró hace unos días la mayor compra de su historia. No tiene que ver con cohetes, ni con naves espaciales, pero allana el camino para que Starlink no deje ningún rincón de la Tierra sin cobertura.

Un poco de contexto. El pasado 8 de septiembre, SpaceX anunció un acuerdo que volvió a sacudir los cimientos de la industria satelital: la compra de todo el espectro de la banda S de EchoStar en Estados Unidos y sus licencias globales de servicio móvil por satélite. La operación, valorada en 17.000 millones de dólares, es astronómica porque no busca un retorno de inversión a corto plazo, sino el dominio estratégico del mercado.

Con esta jugada, SpaceX adquiere el carril necesario para su servicio Direct to Cell de cobertura celular, pero además elimina de un plumazo a su principal competidor en potencia, que era la propia EchoStar. La compañía de Charlie Ergen llevaba décadas acumulando este valioso espectro sin llegar a desplegar una red propia, y ahora pasa a ser el combustible de los planes de Elon Musk.

Un salto de gigante. La constelación actual de satélites Starlink Direct to Cell cuenta con más de 600 satélites en órbita que ofrecen cobertura 4G. El plan de SpaceX es utilizar sus frecuencias recién adquiridas para pasar al siguiente nivel. 

La próxima generación de satélites Direct to Cell promete multiplicar por 100 la capacidad actual gracias al nuevo espectro y los protocolos 5G. En la práctica, esto debería traducirse en la eliminación total de zonas muertas: siempre que puedas ver el cielo tendrás cobertura, ya sea de tu operadora terrestre o de Starlink.

Comprar espectro para eliminar a la competencia. Según un análisis de la consultora especializada TMF Associates, la compra está diseñada para arrinconar a otros competidores como AST SpaceMobile o la alianza entre Apple y Globalstar, forzándolos a unirse a SpaceX o a quedarse atrás.

En un giro característico del personaje, Elon Musk respondió al análisis afirmando que "casi todo en este artículo está mal", lo que deja una nube de incertidumbre sobre los detalles más finos de la estrategia, pero no sobre su impacto.

Starship, la pieza que faltaba en el puzzle. Tener el mejor espectro del mundo no sirve para ofrecer una cobertura global a millones de clientes si no puedes lanzar muchos satélites. Y aquí es donde entra la segunda pieza clave: Starship. Tras una serie de vuelos de prueba fallidos, el décimo lanzamiento del cohete más grande del mundo consiguió desplegar por primera vez una carga.

El 26 de agosto, Starship no solo alcanzó el espacio y sobrevivió a una reentrada infernal, sino que cumplió una misión clave para el futuro de Starlink: desplegó con éxito una carga útil. Utilizando un mecanismo que SpaceX compara con los dispensadores de caramelos PEZ, la nave liberó ocho simuladores de satélites Starlink, lo que demuestra que ya está lista para autofinanciarse a corto plazo.

Este hito es crucial. Starship será el vehículo encargado de lanzar los satélites Starlink V3 de nueva generación, y la diferencia de capacidad con el Falcon 9 es abismal: mientras que un cohete Falcon 9 puede poner en órbita unos 22 satélites V2 mini, se espera que Starship despliegue tandas mucho mayores.

No solo más satélites, sino mucho mejores. La última clave del plan es la evolución tecnológica de los propios satélites Starlink. Starship no solo va a permitir lanzar más satélites, sino satélites mucho más grandes y capaces. Según la propia SpaceX, un solo lanzamiento de Starship con satélites V3 añadirá 60 Tbps de capacidad a la red, más de 20 veces lo que consigue un Falcon 9 hoy en día.

Los Starlink V3 también suponen un salto de ingeniería, especialmente por su navegabilidad. Incorporan propulsores de argón de efecto Hall de nueva generación como el que se ve en la imagen de cabecera. Según un directivo de SpaceX, destrozan las especificaciones de los ya impresionantes propulsores actuales y permiten maniobras orbitales más eficientes.

Una constelación para dominarlas a todas. La estrategia de SpaceX se construye sobre una base prácticamente inalcanzable por la competencia. La red de banda ancha de Starlink tiene más de 8.300 satélites en órbita, más que todas las demás constelaciones juntas.

El servicio de Internet de banda ancha ya tiene una capacidad total de 450 Tbps. Y aunque los satélites de tercera generación no llegarán hasta 2026, la máquina de producción de SpaceX no se detiene. La compañía presentó hace unos días un nuevo "mini-láser" de 25 Gbps que sirve para que otros satélites o estaciones espaciales se conecten directamente a la red de Starlink como si fuera un proveedor de internet orbital. Starlink quiere dominar el Internet extraterrestre.

Con la compra del espectro ideal, un vehículo de lanzamiento pesado ya funcional y una tecnología satelital que avanza a un ritmo vertiginoso, el objetivo de Starlink de erradicar las zonas muertas de cobertura en la Tierra ha dejado de ser una quimera para convertirse en un plan de ingeniería en plena ejecución. El mundo está a punto de volverse mucho más pequeño.

Imagen | SpaceX

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