Este driver desapareció del kernel de Linux hace 25 años porque ya nadie usaba cintas magnéticas: ahora la IA ha permitido resucitarlo
Publicado el 09/09/2025 por Diario Tecnología Artículo original
En 2025, cuando el almacenamiento en la nube y los SSD parecen haber desterrado definitivamente a cualquier clase de soporte magnético, un pequeño milagro retroinformático acaba de ocurrir: el controlador 'ftape', aquel viejo módulo del núcleo de Linux que permitía leer unidades de 'floppy tape', ha vuelto a la vida.
Sí, hablamos de esas unidades de respaldo en cartuchos QIC (o, en español, 'cartuchos de cuarto de pulgada') que se conectaban al controlador de disquete de la placa base, o a veces al puerto paralelo, y que parecían condenadas al olvido junto con las cintas VHS.

El proyecto, rescatado por Dmitry Brant, consiste en una modernización del código original del driver creado en los años noventa por Claus-Justus Heine. La versión oficial incluida en el núcleo de Linux se mantuvo en la serie 3.04, publicada en 1997, y continuó ahí —sin apenas cambios— hasta que fue eliminada en 2006, con Linux 2.6.20, debido a su escasa utilización.
Mientras tanto, de forma paralela y al margen del kernel, el autor siguió desarrollando el controlador hasta alcanzar la versión 4.04a en el año 2000, que sería la última antes de que el proyecto quedara abandonado (y en la que se basa el nuevo proyecto).
¿Por qué revivirlo?
A primera vista puede parecer un ejercicio de arqueología informática sin mucho sentido a estas alturas. Sin embargo, hay dos comunidades que agradecen esta 'resurrección':
- La de los fans de la retroinformática: y es que hay más usuarios entusiastas de lo que parece buscando experimentar con hardware antiguo y necesitan herramientas modernas para darle utilidad.
- La de los usuarios dedicados rescate de datos: todavía existen por ahí cintas guardadas con información valiosa almacenada en este formato, y poder acceder a ellas es crucial en algunos casos.
¿Alguien va a empezar a hacer copias de seguridad en cintas QIC en 2025? Por supuesto que no. Pero gracias a este proyecto, quienes aún tienen datos atrapados en esos cartuchos tienen ahora una forma de recuperarlos.
Por eso, la prioridad del proyecto ahora mismo es clara: leer datos antes que escribirlos, con énfasis en modos 'forenses' capaces de ignorar tablas de volúmenes o errores de corrección (ECC).
¿Cómo funciona?
De todos modos, el nuevo 'ftape' no pretende ser un módulo de producción ni volver a formar parte del kernel oficial. Brant lo distribuye como un módulo independiente (lo que se denomina 'out-of-tree'), lo que permite compilarlo manualmente con `make` (usando el código y las instrucciones de su GitHub oficial), aplicándolo al núcleo Linux 6.8 o superior.
Una vez hecho eso, sólo queda:
- Cargar los módulos generados con scripts específicos para cada tipo de unidad (FDC, Ditto Max, paralelas…).
- Interactuar con los dispositivos creados en `/dev/nqft0`, `/dev/rawqft0`, etc.
- Extraer datos recurriendo a utilidades clásicas como `dd`.
Eso sí: el soporte de hardware sigue siendo tan limitado como en los noventa, porque depende de chipsets concretos de controladoras de disquete o de configuraciones de BIOS.
"¡Está vivo!", dijo el chatbot
Más allá del valor técnico del driver, lo fascinante de este caso es comprobar cómo este tipo de proyectos se benefician hoy de una herramienta que no existía en el año 2000: los modelos de lenguaje de gran escala (LLMs).
Modernizar un driver que quedó congelado hace un cuarto de siglo implica adaptarlo a cambios profundos en las APIs internas del núcleo, en la gestión de memoria, interrupciones, e interfaces de dispositivos.
Lo que antes podía ser una tarea hercúlea que se prolongase durante meses, hoy se convierte en una colaboración hombre-máquina donde el programador guía y los modelos de IA ayudan (sólo ayudan) a traducir sintaxis, encontrar equivalencias y sugerir refactorizaciones.
Vía | Mixx.io
Imagen | Marcos Merino mediante IA
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