El monte Sinaí se las prometía felices como lugar sagrado. Hasta que Egipto se dio cuenta de que es un filón turístico
Publicado el 10/09/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Pocos lugares en el mundo pueden presumir de tener la carga de historia y simbolismo del monte Sinaí, el lugar en el que (según la tradición judeocristiana) Dios entregó sus diez mandamientos a Moisés y donde se alza el monasterio que más tiempo ha logrado preservar su función original, una joya arquitectónica del siglo VI. Ahora tanto uno como otro se enfrentan a cambios radicales mientras el Gobierno de Egipto apuesta por un nuevo megaproyecto turístico en la región.
El debate está servido.
¿Qué ha pasado? Que el desarrollo turístico y la conservación patrimonial, dos realidades no siempre fáciles de conjugar, han desatado una polémica en Egipto. Y lo ha hecho además en una zona especialmente sensible por su valor simbólico, cultural, histórico, religioso e incluso geopolítico: Jabal Musa, el monte Sinaí.
Allí, donde según la tradición judeocristiana Dios entregó las tablas de los mandamientos a Moisés, se planea un megaproyecto turístico denominado 'Gran Proyecto de Transfiguración' y que las autoridades egipcias presentan como "un regalo" del país "al mundo entero y todas las religiones". No todos lo ven así.

¿Qué quieren hacer? El proyecto no es nuevo. Lo presentó en 2020 el presidente Abdelfatha El-Sisi y su nombre da una idea de cuál es su propósito. El 'Great Transfiguration' aspira, en palabras del Ejecutivo egipcio, a "desarrollar" la ciudad de Santa Catalina, una pequeña población situada en plena península del Sinaí, "situándola en el lugar que le corresponde, aprovechando al máximo sus atractivos turísticos, así como su rico patrimonio arqueológico y religioso".
La iniciativa incluye 14 proyectos distintos en la zona capaces de despertar el interés de operadores turísticos y el desarrollo del aeropuerto local. El Gobierno egipcio suele citarlo de hecho como una de sus grandes apuestas turísticas.
¿Se sabe más? La idea es convertir Santa Catalina en un polo del turismo religioso y ambiental, con plazas, espacios comerciales, hoteles de lujo, villas e infraestructuras. La BBC señala que incluso incluye un teleférico. "El proyecto proporcionará todos los servicios turísticos y recreativos al visitante, promoverá el desarrollo de la ciudad y sus alrededores, preservando al mismo tiempo el carácter ambiental, paisajístico y patrimonial. También aportará alojamiento a quienes trabajan en su desarrollo", celebraba en 2024 el ministro Sherif el-Sherbiny.
¿Es solo un proyecto? No. Es ya una realidad en marcha. A lo largo de los últimos años las autoridades egipcias han visitado el lugar para seguir el avance de las obras in situ y la transformación es ya visible en la llanura de el-Raha. Es más, a principios de año el Gobierno llegó a afirmar que el nivel de ejecución rondaba ya el 90%. Poco antes, a finales de 2024, World Heritage Watch (WHW), muy crítica con el desarrollo, publicó un comunicado en el que incluía una imagen de cómo estaba el entorno antes y cómo está ahora, con los edificios ya avanzados.

¿Por qué es polémico? Por varias razones. Una de las principales es cómo afectará a la zona, tanto a nivel ambiental como en lo que afecta a los lugareños. "Los paisajes naturales han sufrido graves daños y se han violado los derechos de los nativos. Los beduinos jebelya de Santa Catalina han perdido partes importantes de su antiguo territorio tribal. Se han demolido casas. Se han destruido lugares de especial sensibilidad cultural, como un cementerio", denuncia WHW. "Se está construyendo un mundo urbano alrededor de un pueblo de raíces nómadas".
La organización lamenta que las autoridades egipcias "han ignorado" recomendaciones de Naciones Unidas y "actúan en claro desafío a las leyes medioambientales" que protegen el entorno y las comunidades que lo pueblan. Todo, insiste, mientras el desarrollo capta el interés de corporaciones privadas como una popular cadena hotelera con sede en Alemania. Mientras, WHW y otras voces advierten del impacto negativo para las poblaciones autóctonas, el Gobierno insiste en que el megaproyecto será "un regalo al mundo y las religiones".
¿Por qué es tan mediático? El megaproyecto del monte Sinaí lleva ya tiempo sobre la mesa. Si en los últimos días ha protagonizado noticias en medios como El País, la BBC o The Art Newspaper es porque allí no sólo está la población de Santa Catalina. Muy cerca se alza un icono de la cristiandad: el Monasterio de Santa Catalina, fundado en el siglo VI y que ostenta el honor de ser el monasterio cristiano más antiguo habitado por monjes de forma ininterrumpida.
"Sus muros y edificios son de gran valor para el estudio de la arquitectura bizantina y acoge una destaca colección de manuscritos e iconos primitivos", recuerda la UNESCO, que en 2002 lo declaró Patrimonio de la Humanidad.
No es solo que el monasterio de Santa Catalina esté en el mismo entorno del megaproyecto turístico. Es que a lo largo de los últimos años ha vivido su propio culebrón judicial con el Estado egipcio, lo que ha levantado suspicacias. Tras años de disputas y pleitos por la titularidad del suelo que ocupa, en mayo un tribunal dictaminó que el recinto religioso se ubica en terrenos estatales. Se le reconoce el derecho a usar sus suelos y los enclaves arqueológicos con valor religioso de su entorno, pero aún así la decisión que ha generado una notable polvareda.

¿Qué dice la sentencia? Como precisa El País, el veredicto concedió al monasterio los derechos de usufructo (no propiedad) sobre 57 parcelas, pero ordenó desalojar otras 14 que también estaban en disputa. El problema es que parte de las parcelas reclamadas por Egipto tienen un papel en el día a día del recinto religioso, ligado a la Iglesia Ortodoxa Griega y donde viven monjes.
"Muchas de las propiedades monásticas expropiadas son muy antiguas y se construyeron y han sido mantenidas por el monasterio", advierte Ben Hoffler, familiarizado con la zona. Los monjes serán despojados de huertos y fuentes.
¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? ¿Es casualidad que la sentencia haya llegado justo cuando toma forma el nuevo polo turístico en el cercano pueblo de Santa Catalina? Para Hoffler hay pocas dudas al respecto: "Este proyecto y el caso judicial están directamente relacionados. La rápida expansión del proyecto turístico en el corazón de Santa Catalina ha generado una competición por el espacio, el territorio y, al final, el control de sus antiguos paisajes sagrados".
Los responsables de WHW insisten también que el 'Gran Proyecto de Transfiguración' está en el entorno del emblemático monasterio. Egipto no parece querer el cierre del monasterio y todo indica que los monjes seguirán habitándolo igual que lo han hecho durante los últimos siglos, entre valiosas reliquias, pero la situación del recinto y el monte Sinaí ha despertado interés más allá del país.
¿Qué dicen las autoridades? El arzobispo Jerónimo II de Atenas, primado de la Iglesia ortodoxa en Grecia, ha advertido que la sentencia sitúa al monasterio de Santa Catalina ante "una amenaza existencial", y recalca: "Las propiedades están siendo confiscadas y expropiadas". No es el único líder religioso que ha dejado ver su malestar o preocupación por una decisión que también ha sacudido la política griega. Para las autoridades egipcias la situación es bastante distinta y la sentencia no hace sino clarificar el estatus legal de los terrenos del monasterio. Además garantizan su "pleno compromiso" con que el recinto mantenga su estatus.
Imágenes | Georg Arthur Pflueger (Unsplash) y World Heritage Watch
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