China ha resuelto el misterio de por qué hay gente que se arruina viendo streams: los "榜一大哥"

Publicado el 06/07/2025 por Diario Tecnología
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China ha resuelto el misterio de por qué hay gente que se arruina viendo streams: los "榜一大哥"

Un hombre de 37 años ha hipotecado su casa, vendido sus acciones y endeudado hasta gastarse 16 millones de yuanes (2,2 millones de euros) donando dinero a una streamer llamada Lili (nombre modificado por la fuente original, Tencent News, para preservar su anonimato).

Su mujer le ha puesto una demanda para tratar de recuperar el patrimonio familiar.

Por qué es importante. El de Chen Ping, contado por SCMP, no es un caso aislado. En los tribunales chinos hay registradas 302 demandas civiles relacionadas con "streamers" y "donaciones de streaming". Una cifra residual considerando los 1.400 millones de habitantes de China, pero llamativa como tendencia emergente.

De las 67 sentencias más relevantes, la mayoría de las demandantes son mujeres de donantes compulsivos intentando recuperar el patrimonio familiar. El mercado de donaciones virtuales en China ya iba por los 140.000 millones de yuanes (unos 17.000 millones de euros= en 2019 y se proyecta que llegue a 417.000 millones en 2025 (unos 49.000 millones de euros).

El contexto. Los "榜一大哥" ('Big Brother') no buscan sexo ni una relación romántica tradicional. Buscan ser importantes en una comunidad donde el dinero determina el estatus.

Las plataformas han gamificado la intimidad: cada donación aumenta tu "nivel de cercanía" con la streamer, que te tratará como alguien especial, recordará tu nombre y te dará acceso privado por chat, generando esa falsa sensación de intimidad.

En detalle. Chen Ping, el protagonista del caso, empezó donando pequeñas cantidades que escalaron mucho en poco tiempo. Las plataformas ofrecían "cajas ciegas" donde pagando dinero real consigues enviar regalos aleatorios a streamers para que los abran en directo. De tu parte. Como un casino, pero donde el premio no es dinero sino estatus social virtual, digamos.

La streamer Lili tenía grupos privados de WhatsApp solo para sus mayores donantes. Chen llegó a ser administrador de su sala de streaming. Su mujer descubrió conversaciones íntimas donde él le escribía "te espero en la cama" y ella le enviaba vídeos en ropa interior.

Sí, pero. Chen insiste en que solo buscaba "amistad" y "ser tratado como alguien importante".

  • En la vida real era directivo en la empresa de su padre, pero se sentía demasiado controlado.
  • En el streaming podía ser él quien iniciara y terminara las relaciones.

Las cifras:

  • En 612 días, Chen gastó 13,5 millones de yuanes en su cuenta principal y 2,5 millones en otra secundaria (1,6 millones y 300.000 euros respectivamente).
  • Solo a Lili le donó directamente 1,87 millones de yuanes (220.000 euros) en más de 5.000 transacciones.

El resto se esfumó en cajas ciegas y minijuegos.

Al otro lado. Su mujer, Ou Qing, perdió tres juicios intentando recuperar el dinero. Los tribunales chinos no tienen jurisprudencia clara:

  • Unos consideran las donaciones "consumo" (irrecuperable, por tanto).
  • Otros las consideran "regalos" (recuperables si hay adulterio).

Al final, Chen y Lili nunca se conocieron físicamente, así que legalmente no hubo "relación inapropiada".

Profundiza. Este fenómeno no es exclusivamente chino. Los streamers han descubierto que vender intimidad artificial es más rentable que vender contenido. Amouranth ya reinventó la línea 906 tirando de chatbot. Y ya hace tres años hablábamos de adictos a donar en Twitch

Para esa falsa sensación de intimidad ni siquiera hace falta un talento especial, solo mantener la ilusión de que el donante es especial. Es la gamificación de la soledad masculina.

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