Apple ha dado un paso atrás con los iPhone 17 Pro. Era necesario para dar un salto hacia delante
Publicado el 10/09/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Apple acaba de presentar el iPhone 17 Pro y, con él, ya tenemos todas las cartas sobre la mesa en lo que a procesadores de alto rendimiento se refiere. El nuevo iPhone monta el SoC A19 Pro, el Pixel 10 Pro tiene el Tensor G5 y ya conocíamos el Snapdragon 8 Elite de móviles como el Samsung Galaxy S25 Ultra.
Los de la manzana llevan generaciones peleando para marcar el ritmo en cuanto a potencia gracias a unos chips que tienen menos núcleos que los de la competencia, pero un gran rendimiento tanto en CPU como en GPU. También suelen ser parcos a la hora de hablar de especificaciones concretas, como la frecuencia de esos núcleos, pero este año se han superado.
Han dado muy pocos datos del A19 Pro y, sin embargo, anuncian a lo grande que son “los modelos Pro más potentes jamás creados”. Lo curioso es que esa potencia de los iPhone 17 Pro puede estar más marcada por el diseño del móvil que sólo por las bondades del propio procesador. Porque ya no hay que hablar de lo premium que es el titanio y el cristal: hay que hablar del aluminio.
Y tiene todo el sentido además de un gran enemigo: las fundas.
El deliberado misterio del A19 Pro
Apple es una empresa que cuida muchísimo la comunicación y no dice una palabra más alta que otra sin haberlo meditado seriamente. Antes de ver cómo están hablando de la potencia del nuevo iPhone, veamos qué han querido enseñar del procesador.
Para leer algo sobre el propio A19 Pro, hay que bajar hacia la mitad de la página de presentación del terminal, donde podemos ver que el SoC “ofrece la mayor potencia que haya tenido un iPhone”. En la página de características, simplemente detallan que tiene seis núcleos de CPU (con dos de rendimiento y cuatro de eficiencia), seis núcleos de GPU con aceleradores neuronales (esta es la gran novedad de este SoC, por cierto) y 16 núcleos en su ‘Neural Engine’.
Mismos núcleos de CPU y misma configuración que el A18 Pro (y que el A17 Pro) y mismos núcleos de GPU, pero ahora cada uno de esos núcleos con uno de apoyo para cálculos de IA a nivel local. No hemos tenido el clásico “rinde un X% más que la generación anterior, algo que antes sí detallaban.

El único porcentaje sobre rendimiento que hemos tenido es el de un rendimiento sostenido un 40% mejor. Y esto es lo que hay que explicar porque no es tanto gracias al A19 Pro… como al diseño del iPhone 17 Pro.
Cámara de vapor y cuerpo de aluminio, las claves del rendimiento
En su web, Apple menciona que “la innovación del diseño térmico hace que la GPU y la CPU logren hasta un 40 % más de rendimiento constante”, y todo “gracias a su avanzada tecnología de refrigeración y a la estructura Unibody de aluminio”, lo que les ha “permitido crear el iPhone más potente de todos los tiempos”.
En los primeros segundos de la presentación de este modelo, vimos que Apple se enfocaba en mostrar el nuevo chasis del iPhone 17 Pro: un cuerpo unibody que implica que los laterales, el interior y gran parte de lo que tendremos a la vista y entre manos se ha creado a partir de una sola pieza, y no uniendo varias para crear el cuerpo.
Es algo que la propia Apple ya ha hecho en el pasado y que compañías como Tesla, con su Gigapress, también emplean para construir un chasis con el menor número de piezas posible. Pero lo que llama la atención es el material: aluminio.

Apple lleva un par de generaciones vendiendo la idea de que el titanio y el cristal de los iPhone 15 Pro y iPhone 16 Pro era el culmen de lo que podríamos entender como un móvil fabricado con materiales premium y… ¿vuelven al aluminio tras todos estos años? Como decía hace unos párrafos: es la decisión que tiene sentido si quieren resolver un problema histórico.
El aluminio es un material que se utiliza, junto al cobre, a la hora de crear los disipadores que tenemos en consolas, ordenadores y otros dispositivos que generan calor. Es un gran conductor, por lo que el calor de sus chips se transfiere con facilidad al aluminio y, de ahí, al ambiente, ayudando a refrigerar la circuitería. El titanio y, sobre todo, el cristal… no son grandes conductores del calor.
Depende de muchos factores como la aleación y el grosor, pero se estima que la conductividad térmica, en vatios por metro y kelvin, de los tres materiales es la siguiente:
Como digo, es una medida que depende, pero W/mK arriba o abajo, es evidente que el aluminio es mucho mejor disipando el calor que los otros dos materiales. Pero si el iPhone 17 Pro fuese sólo de aluminio, sería incómodo en la mano bajo tareas pesadas (o grabando vídeo, que no hay que irse a renderizar algo con el iPhone para que coja temperatura). Ahí es donde entra en juego la otra gran rectificación de Apple: un sistema de disipación a la altura.
El año pasado ya vimos que Apple incorporaba una estructura de grafito para conducir el calor del procesador y repartirlo mejor por la trasera del teléfono para evitar que se concentrara en un único punto. Fue algo necesario, pero también comentamos que podría no ser suficiente.
Las pruebas de estrangulamiento térmico, así lo evidenciaban: cuando el iPhone es exigido, se calienta y el SoC, para protegerse, entra en lo que conocemos como throttling: su frecuencia -y rendimiento- baja para calentarse menos. Cuando el iPhone vuelve a la temperatura normal, la frecuencia del procesador aumenta automáticamente.

Esta generación, por fin, se han rendido y han aceptado la realidad, incorporando una rumoreada cámara de vapor, que es uno de los sistemas más avanzados para disipar el calor. Este mecanismo utiliza un conducto metálico lleno de un líquido a baja presión que, al cambiar de estado entre líquido y vapor, transfiere el calor para reducir la temperatura del dispositivo.
Es por eso que Apple, tanto en la presentación como en su web, siempre que mencionaba el aumento de rendimiento del iPhone 17 Pro lo hacía uniendo el concepto tanto a la cámara de vapor como al cuerpo de aluminio, porque ha convertido la propia estructura del iPhone en un elemento fundamental para lograr una mejora en potencia sostenida.
En teoría, al disipar mejor, el iPhone tardará más en entrar en ese rango del estrangulamiento térmico, permitiendo, por ejemplo, jugar a títulos exigentes al máximo rendimiento durante más tiempo o grabando en 4K sin que se caliente tanto.
Todo esto, evidentemente, es en teoría y tendremos que esperar al análisis del iPhone 17 Pro para poder comprobarlo de primera mano, pero aunque, por un lado, sea decepcionante no ver mejoras en potencia bruta en cuanto a rendimiento del A19 Pro (que ya decimos, hay que esperar a conocer detalles de frecuencia de los núcleos), me alegra que hayan solucionado un problema que han tenido los últimos iPhone.
Por eso, pese al paso atrás en cuanto a calidad percibida de los materiales (esa ‘preumificación’ de los diseños gracias al cristal y al titanio), sobre el papel es un gran paso adelante para el uso en el día a día. Más allá de que, aunque en CPU parece que el A19 Pro no marcará un avance significativo, en GPU sí mejorará el rendimiento bruto comparado con la generación anterior.
Aunque, claro, la cámara de vapor hará su trabajo, pero no puedo pensar en cómo Apple está jugando con la idea de que el aluminio será la salvación del rendimiento sostenido cuando, en la práctica, muchos pondremos una funda al iPhone que anulará ese rendimiento térmico del propio material.
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