Apple a punto de romper una de sus reglas de oro por culpa de Siri. La solución a sus problemas con la IA pasa por llamar a la puerta de Google
Publicado el 25/08/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Tim Cook siempre ha defendido la misma filosofía: Apple controla cada elemento de la experiencia del usuario. Desde los procesadores hasta el software, desde el diseño hasta la distribución. Es la estrategia que ha hecho a Apple grande y seguirá haciéndola. Pero parece que va a haber una excepción histórica. Y todo tiene que ver con Siri.
La información la aporta Mark Gurman, la fuente más fiable en lo que a rumorología de Apple se refiere. Y él afirma que Apple está explorando usar los modelos de inteligencia artificial Gemini de Google para alimentar a la nueva Siri. No es una decisión tomada a la ligera, sino el resultado de una crisis arquitectónica que llevaba años gestándose y que parece haber llegado a un punto de no retorno.
Los cimientos heredados de Siri
Para entender lo que está pasando ahora, hay que volver al principio. Siri no nació dentro de Apple. Era una aplicación independiente que la compañía compró en 2010, durante los últimos años de Steve Jobs. En aquel momento parecía una compra maestra: un asistente virtual que podía integrarse perfectamente en el ecosistema iOS. Pero lo que entonces era innovador se ha convertido, con el tiempo, en una carga técnica.
Los ingenieros de Apple han reconocido internamente durante años que trabajar con Siri era una pesadilla. El cambio más pequeño podía llevar varios meses, y las modificaciones importantes a nivel de sistema operativo se extendían durante años. En un mundo donde los asistentes de inteligencia artificial necesitan evolucionar continuamente, esa arquitectura se había vuelto insostenible.

La situación llegó a su punto crítico el año pasado. Apple presentó en junio de 2024 una Siri renovada como parte de Apple Intelligence, pero no pudo escalarla masivamente. Los problemas técnicos se acumularon hasta obligar a la empresa a tomar una decisión drástica: hacer un parón completo y reescribir Siri desde cero. Esa nueva versión llegará finalmente en abril de 2026, casi dos años después de lo prometido inicialmente.
El reloj que juega en contra de Apple
Mientras Apple lidiaba con los problemas estructurales de Siri, el mundo de la inteligencia artificial se aceleraba. ChatGPT revolucionó la conversación con las máquinas, Google mejoró su asistente con Gemini y surgían nuevos competidores como Claude o Perplexity.
Apple, la empresa que había popularizado los asistentes virtuales con Siri en 2011, ahora se veía superada por competidores.
Los retrasos se convirtieron en una crisis de liderazgo. John Giannandrea, el jefe de inteligencia artificial que Apple había fichado de Google en 2018, fue apartado del desarrollo de Siri. El proyecto pasó a manos de Craig Federighi, el jefe de software, y Mike Rockwell, el creador de Vision Pro. Dos ejecutivos que entienden la importancia estratégica de Siri y que están dispuestos a explorar todas las opciones para salvar la situación.

La decisión más difícil
Internamente, Apple está desarrollando dos versiones de la nueva Siri en paralelo. Una lleva el nombre en clave "Linwood" y funciona con tecnología completamente propia. La otra se llama "Glenwood" y depende de modelos externos. Es una competición que representa algo más profundo: el enfrentamiento entre los principios históricos de Apple y las necesidades urgentes del presente.
La empresa también ha sopesado acuerdos con Anthropic y OpenAI, viendo si Claude o ChatGPT podrían servir como el nuevo cerebro de Siri. Al principio, Anthropic parecía el candidato favorito, pero sus exigencias económicas llevaron a Apple a ampliar la búsqueda y considerar más seriamente a Google. Alguien con quien ya tiene un acuerdo de 20.000 millones por ser el motor de búsqueda de Safari.

El talento que se escapa mientras se toman decisiones
Mientras los ejecutivos debaten el futuro de Siri, el equipo de Apple Foundation Models atraviesa su propia crisis. En julio, el arquitecto principal del equipo se marchó a Meta, atraído por un paquete de 200 millones de dólares para unirse a la nueva unidad Superintelligence Labs. No fue el único: varios compañeros le siguieron.
Es comprensible la fuga de talento. Si tu trabajo consiste en desarrollar modelos de IA internos y la empresa está considerando seriamente usar tecnología externa, el futuro profesional se vuelve incierto. Apple acaba de empezar a probar su primer modelo de un billón de parámetros, un salto importante desde los 150.000 millones actuales. Pero OpenAI ya usa modelos de varios billones de parámetros. La distancia sigue siendo abismal.
Algunos líderes de ingeniería de software han sugerido incluso reemplazar también los modelos que alimentan otras funciones de Apple Intelligence, más allá de Siri. Sería una ruptura completa con el enfoque tradicional de Apple.

La filosofía de Apple puesta a prueba
En una reunión interna reciente, Tim Cook les dijo a los empleados que Apple debe ganar en inteligencia artificial y que está aumentando sus inversiones. Adoptó un tono optimista, recordando que Apple rara vez es la primera en llegar a nuevos mercados, pero al final siempre ofrece un producto superior.
Pero esta vez la situación es diferente. Apple ya está cediendo terreno en otras áreas. En iOS 26, la empresa ofrecerá ChatGPT como opción para generar imágenes y ha cancelado un proyecto público para desarrollar su propio sistema de programación basado en IA generativa. En su lugar, usa ChatGPT y Claude para sus operaciones internas.
Cómo Apple planea usar Gemini sin perder el control
Si Apple finalmente decide usar Gemini para alimentar Siri, no será una rendición incondicional. Los modelos de Google funcionarían en los servidores de Private Cloud Compute de Apple, que usan chips Mac para el procesamiento remoto de IA. Esto significa que los modelos externos no funcionarían directamente en los dispositivos, manteniendo cierto nivel de control sobre la privacidad y la seguridad.
En otras palabras, Apple "pagaría" por alojar Google Gemini en sus propios servidores privados. Nosotros, los usuarios, seguiríamos manteniendo toda la privacidad, solo que el cerebro tendría los conocimientos de Google.
Las conversaciones siguen siendo de exploración, según Mark Gurman, sin negociaciones comerciales formales en marcha. Apple podría decidir al final seguir con sus modelos internos, apostando por un desarrollo más lento pero completamente propio. O podría sorprendernos con una tercera opción que nadie ha contemplado aún.
Fuente | Bloomberg
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