Un programador quiso alojar una página web entera en un vapeador. Y ha contado cómo lo consiguió

Publicado el 16/09/2025 por Diario Tecnología
Artículo original

Un programador quiso alojar una página web entera en un vapeador. Y ha contado cómo lo consiguió

En el mundo de la tecnología, no faltan los experimentos curiosos basados en mezclar creatividad y conocimientos técnicos, pero el que os traemos hoy es uno de los más llamativos que hemos visto en los últimos tiempos (junto al de ejecutar videojuegos dentro de un PDF): consiste en usar algo tan insospechado como un vaper desechable para alojar una página web.

Sí, un dispositivo pensado para 'consumir (vapor) y tirar' acaba convertido en un diminuto servidor consultable desde Internet. ¿Cómo te quedas?

De basura electrónica a laboratorio improvisado

Durante años, los 'vapers' desechables han sido vistos como un problema ambiental: contienen baterías recargables y componentes electrónicos que rara vez se reciclan. El autor del proyecto decidió coleccionar algunos de estos aparatos, al principio solo para aprovechar las baterías.

Sin embargo, pronto descubrió que los modelos más recientes ya incluyen microcontroladores (chips diminutos capaces de ejecutar software, como Arduino) dotados de una cierta 'potencia'.

En lugar de limitarse a extraer piezas, pensó: ¿qué pasaría si se intentara ejecutar un servidor web en uno de estos dispositivos? La idea, que suena absurda a primera vista, se convirtió en un desafío técnico para nuestro protagonista, Bogdan Ionescu.

El corazón oculto del vaper

Vapeserver El protagonista del experimento (Imagen de Bogdan Ionescu)

Al abrir varios modelos, el autor encontró un chip identificado como PUYA C642F15. En pocas palabras, se trata de un microcontrolador ARM Cortex-M0+ con especificaciones muy modestas: procesador de 24 MHz (mil veces más lento que tu móvil), 24 KB de memoria flash y 3 KB de RAM.

Comparado con un ordenador o incluso con un teléfono de hace 20 años, esto es casi ridículo. Sin embargo, estas limitaciones son precisamente lo que hace atractivo el experimento: ¿se puede convertir un hardware tan simple en un servidor funcional?

El reto de conectarlo a Internet

Obviamente, el vaper no tiene Wi-Fi ni cable de red. Así que, para lograr el reto, el primer paso fue simular una conexión: Ionescu decidió usar un protocolo viejísimo llamado SLIP (Serial Line Internet Protocol), que permitía mandar datos de Internet por un puerto serie, como los módems de los 90.

Con unas cuantas herramientas de software, consiguió que el microchip del dispositivo fuera capaz de "hablar con Internet". Luego añadió un mini servidor HTTP (integrado en la aplicación uIP) que podía responder a peticiones desde un navegador.

Optimización: de tortuga a liebre

Al principio, el servidor era tan desesperantemente lento que hasta hacía gracia: los pings tardaban 1,5 segundos y cargar una página podía llevar más de 20 segundos. Básicamente, era como volver al Internet por teléfono de los años 90.

Pero el problema estaba en la forma en que se procesaban los datos: byte a byte. En cuanto eso se optimizó, el servidor pasó a responder en 20 milisegundos y podía cargar una página completa en apenas 160 milisegundos. Todo esto, con menos de la mitad de la RAM ocupada y solo un 20% de la memoria flash utilizada.

Pero, ¿qué se puede hacer con un servidor así?

No vas a montar Netflix en un vaper, obviamente: no tiene la potencia para ejecutar aplicaciones pesadas ni para soportar mucho tráfico. Pero sí puede:

En otras palabras, un vaper desechable puede convertirse en una pequeña y sorprendente ventana a Internet.

Más allá de la broma, la clave del asunto

Aunque el proyecto tenga un aire humorístico —"mi blog funciona en un vaper"— también plantea cuestiones de fondo:

  • Reutilización tecnológica: dispositivos descartados pueden tener una segunda vida creativa.
  • Eficiencia extrema: demuestra lo lejos que se puede llegar con recursos limitados, recordándonos que el software moderno suele ser mucho más pesado de lo necesario.
  • Curiosidad y aprendizaje: desmontar, investigar y experimentar es una de las mejores maneras de entender cómo funcionan realmente los sistemas embebidos.

Vía | GitHub

Imagen | Foto de Romain B en Unsplash

En Genbeta | DOOM ya no necesita un sistema operativo para funcionar: puede hacerlo desde la propia BIOS

utm_campaign=16_Sep_2025"> Marcos Merino .