Llevo un mes viciándome como un condenado a Mario Kart World y no veo el momento de soltar el volante. Vaya juegazo para estrenar la Switch 2

Publicado el 09/07/2025 por Diario Tecnología Artículo original

El mes pasado se produjo uno de los acontecimientos más históricos e inolvidables de este 2025: el lanzamiento de Nintendo Switch 2. La expectación estaba más que servida y millones de personas de todas partes del mundo estaban contando las horas que faltaban para tenerla entre sus manos, entre los que he de admitir que me incluyo. Desde el pasado 5 de junio no he parado de darle caña junto al mejor juego que le podía acompañar con su llegada a las tiendas: Mario Kart World.

La saga siempre ha sido una de mis favoritas de toda la vida desde la época de SNES y por las diferentes plataformas que ha ido pasando, llegando a un punto en el que he perdido la cuenta de cuántas horas le he podido dedicar, así que tenía clarísimo que con este nuevo título no iba a ser una excepción. Sobre todo por las veces que lo probé antes de su lanzamiento y cómo me enganchó desde el momento en el que suena el pistoletazo de salida.

Desde luego, por todo lo que he jugado hasta ahora, las sensaciones que me ha transmitido no podrían haber sido más satisfactorias, porque lo que ha logrado la gran N en esta ocasión es una locura. Directamente, ha tirado la casa por la ventana para crear algo que mantiene la misma fórmula tan divertida y caótica con la que nos lleva conquistando desde hace más de 30 años, pero al mismo tiempo ofrece algo único y novedoso en cada uno de sus aspectos para que jamás sientas que es lo mismo de siempre.

Todo un desfase con sus circuitos interconectados

Reconozco que soy de los que le apasionan las propuestas tradicionales de la franquicia en las que tenías que dar tres o más vueltas al mismo circuito, pero me encanta que en este juego se haya querido apostar por algo diferente con sus pistas interconectadas. De primeras me sonaba algo muy raro o que no tenía muy claro si el resultado sería lo suficientemente convincente, pero vaya si es así, porque la emoción que se vive a cada minuto es alucinante.

Si bien siguen existiendo las pistas de toda la vida en las que tienes que dar varias vueltas al mismo recorrido, estas no son en absoluto las que predominan. La mayoría de veces tienes que llegar del punto A al punto B a lo largo de una buena cantidad de minutos, lo que garantiza que no te puedas relajar ni un solo segundo por la cantidad de elementos, trampas, curvas y detalles que hay por los escenarios y a los que debes de prestar atención para no fastidiarla y ver cómo te adelantan todos los contrincantes.

De hecho, ese es otro de los puntos que más me ha fascinado del juego, el que se junten 24 corredores al mismo tiempo. El que se haya duplicado la cantidad de personajes que compiten ha sido un acierto de pleno, porque las pistas, al ser más grandes en todos los sentidos, necesitan a más gente contra la que te puedes chocar, adelantar y arrojar toda clase de objetos, para que así el caos sea más brutal que nunca.

En este sentido, diría que es el Mario Kart más complicado de todos por eso mismo, porque en cuanto recibes una concha, un bombazo o cualquier otro golpe demasiado fuerte, te quedas aturdido la suficiente cantidad de tiempo como para que te adelanten prácticamente todos los adversarios. ¿Que hay alguien a quien eso le parece injusto? Bueno, esto es Mario Kart, ya deberías estar acostumbrado a estas situaciones, y sino, tranquilo, que la saga te dará la bienvenida de la manera más salvaje.

Se nota que solo es posible que exista en Nintendo Switch 2, porque es increíble la cantidad de pistas tan extensas y variadas que existen y lo maravillosamente bien que lucen cada una de ellas. Volviendo al hecho de que estén interconectadas, eso mismo le añade un toque de variedad simplemente colosal para que casi siempre tengas la sensación de estar compitiendo en pistas nuevas. Tal vez eso no ocurra en el modo Grand Prix, porque ahí son siempre las mismas, pero sí en su multijugador local y online.

En estos modos puedes elegir el punto de partida desde el que quieres arrancar, pero también puedes seleccionar cuál quieres que sea el destino, de manera que esto influirá en el camino que seguirás al principio, entre medias y al final. Por lo tanto, eso provoca que pueda haber el triple o el cuádruple de circuitos en comparación con otras entregas. Es más, algunas proceden de otros Mario Kart y se han rediseñado de arriba a abajo para ser más magistrales todavía.

La competición extrema en su multijugador

El modo Grand Prix me ha parecido lo suficientemente desafiante como para que te tengas que esforzar al máximo para hacerte con la victoria, aunque el ser demasiado bueno tiene pinta de que te penaliza severamente. En cualquier caso, donde he pasado la mayoría de horas con unos piques que no son ni medio normales es con su multijugador online. He llegado a la conclusión de que el juego puede aspirar a ser mi mayor pozo de horas de este 2025.

Como puntualizaba antes, cada vez que comienza una nueva pista, no sueles tener claro qué te vas a encontrar o qué te espera. En las anteriores entregas, en cuanto seleccionabas una pista en cuestión, sabías que toda la acción iba a transcurrir en ella y nada más. En cambio, aquí votas por el destino. En cuanto llegas a la línea de meta, partes desde allí al siguiente lugar entre varias opciones cercanas, y así sucesivamente a medida que te vas desplazando por todo este mundo gigantesco sin cesar.

Pero si hay un modo que me ha atrapado más que ningún otro y que podría ser perfectamente al único que jugaría durante meses, ese es Supervivencia. En él compiten como de costumbre los 24 jugadores en el circuito más inmenso de todo el juego, ya que es como juntar seis pistas consecutivas, una detrás de otra, en una sola, por lo que ya tienes garantizado desde el primer segundo que te vas a tirar unos 10 minutos pisando el acelerador sin parar, aunque eso dependerá también de lo bueno que seas.

El motivo se debe a que en este modo los jugadores van siendo eliminados poco a poco. De esta manera, cada vez que cruzas la línea de meta de una de las seis partes del recorrido, los cuatro últimos en llegar se quedan fuera. Así hasta que los cuatro mejores se ven las caras para determinar quién es el vencedor, lo que viene a ser una especie de Battle Royale. También es cierto que puedes jugar contra la inteligencia artificial en el modo offline, pero no es ni por asomo tan emocionante y divertido como saber que tus 23 oponentes son personas dándolo todo a los mandos.

Más allá de todo esto, regresa una vez más su modo Batalla en el que llevas atados unos globos y compites por explotar los del resto, al que acompaña la otra vertiente en la que tienes que obtener más monedas que el resto antes de que se agote el tiempo. Y si a eso le sumas que son 24 personajes repartiendo estopa a diestro y siniestro, pues os podéis imaginar la rapidez con la que se lía parda y lo excesivamente complicado que se vuelve ganar, pero como la diversión es tan inmensa, lo cierto es que acaba importando más bien poco quién se proclama vencedor.

Un mundo abierto que no parece tener fin

Pasando al punto fuerte del juego, como es su mundo abierto, es otro con el que tampoco me he dado cuenta de cómo volaban las horas mientras estaba delante de la pantalla. En él se juntan todos y cada uno de los circuitos en uno solo, en una megapista, por llamarla de alguna manera, que la puedes recorrer con total libertad por donde más te apetezca, sin temer a que venga Lakitu a estropearte la fiesta con sus reglas tan estrictas.

Si bien he echado en falta un componente online en él, no da la sensación de sentirte solo o recorriendo unas zonas vacías, porque al final siempre hay algo para hacer, como recolectar monedas para desbloquear más vehículos, localizar medallas de Peach, bloques de interruptor para conseguir pegatinas para el coche, y también están los bloques azules con una "P" gigante que son tan conocidos en el universo de Mario.

Estos últimos son los encargados de activar un reto con multitud de pruebas variadas que van de recolectar monedas rojas, llegar a un punto determinado rápidamente, atravesar unos arcos y muchísimo más. Hay tantísimos y están tan escondidos a conciencia que es fácil tirarte horas y horas hasta localizarlos todos con tal de hacerte con el 100%

Por otra parte, para no sentirte solo mientras vas quemando el asfalto, el mundo abierto se siente muy vivo gracias a que por las carreteras no paras de ver vehículos, autobuses y camiones que están simplemente conduciendo por cualquier parte, además del resto de personajes del juego con sus propios karts. Y eso mientras vas atravesando bosques, desiertos, montañas cubiertas de nieve, barcos, selvas, castillos, etc.

La brillantez en los detalles más técnicos

Teniendo en cuenta que ahora son 24 personajes los que compiten a la vez, era más que evidente que la plantilla necesitaba una buena renovación y ampliación. La de Mario Kart 8 Deluxe ya era lo bastante grande, pero esta vez se ha querido apostar por darle un mayor protagonismo a las caras más familiares del universo de Super Mario Bros., de ahí que una buena parte de los pilotos sean los villanos más clásicos de la serie.

Aparte de los típicos Mario, Luigi, Yoshi, Peach, Bowser y compañía, podemos encontrar también a Caco Gazapo, Floruga, Topo Monty, Cheep Cheep y otros que hasta han aparecido en otros títulos de manera más puntual, como Picocuac, Forestano y hasta una vaca normal y corriente, porque puestos a meter lo que sea, ¿por qué no? Así le da un toque más disparatado todavía para que resulte prácticamente imposible que dos personas utilicen el mismo personaje.

Un gran motivo para ello se debe a que los personajes principales disponen de disfraces que se pueden desbloquear. Mientras otros juegos recurren a contenidos descargables de pago, aquí puedes hacerte todos ellos gratuitamente a base de jugar sin más. No es que otorguen alguna ventaja en especial, como sí sucede con los diferentes karts y motos a pilotar, pero le otorga un toque más variado e hilarante al ver a un Bowser más malote, un Mario veraniego, un Luigi con un traje árabe o un Yoshi preparado para ir a la playa, entre muchos otros ejemplos.

En otro orden de cosas, el rendimiento del juego es simplemente impecable. He jugado en pantalla y en modo portátil y en ambos casos el ritmo es excelente, más aún en la tele a 60 fps constantes en 4K. Y el hecho de que se haya implementado el HDR es determinante para lograr un efecto más espectacular todavía en sus escenarios tan coloridos y repletos de detalles, que es otro de los mayores motivos por los que nunca te cansarías de ir de un lado a otro por su mundo abierto.

Pero si hay algo que también me ha demostrado el cariño tan profundo que se ha depositado en el desarrollo del juego es su sensacional banda sonora. Junto con las nuevas melodías de los circuitos se pueden escuchar de fondo, multitud de ellas proceden de todos y cada uno de los juegos en los que Mario ha aparecido en algún momento, desde los más clásicos de NES y Game Boy, a otros más actuales de Wii y Nintendo Switch. Sin duda es una auténtica delicia para los oídos que te invita a tararearlos constantemente.

Por todo ello, no tengo ninguna duda de que Mario Kart World es la mejor entrega de todas las que existen y que es la excusa perfecta para tener una Nintendo Switch 2. Es uno de esos juegos que tienes más que garantizado que te puedes pasar más de 100 horas jugando y en ningún momento te aburrirás. Al contrario, desearás pasar otras 100 horas más jugando contra la inteligencia artificial, contra amigos que vengan a casa o con el resto del mundo. Al final, lo importante es pasárselo bien y este Mario Kart lo cumple con creces.

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