La señal "Wow!" fue aún más potente de lo que calcularon los astrónomos: medio siglo después, el misterio se complica
Publicado el 28/08/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Casi medio siglo después de que el radiotelescopio Big Ear captara una enigmática señal de 72 segundos procedente del espacio, el misterio, lejos de resolverse, se ha vuelto más complejo. Un exhaustivo análisis de los datos originales de 1977, que se creían perdidos, ha revelado que la legendaria señal "Wow!" era considerablemente más fuerte de lo que se pensaba, y se movía hacia nosotros a una velocidad mucho mayor de lo que se había calculado.
Un poco de contexto. El 15 de agosto de 1977, el astrónomo estadounidense Jerry Ehman estaba revisando los datos impresos de las observaciones del cielo cuando se topó con la secuencia de caracteres "6EQUJ5", una señal de radio de banda estrecha extraordinariamente intensa.
Su sorpresa fue tal que rodeó el código con un círculo y escribió "Wow!" en el margen. Nacía así uno de los mayores enigmas de la astronomía moderna y la candidata más famosa a ser una transmisión extraterrestre. Ahora, un estudio preliminar publicado en arXiv.org reescribe casi todo lo que sabíamos sobre ella.
Rescatando un tesoro de 75.000 páginas. La nueva investigación ha sido un trabajo casi arqueológico. Durante décadas se pensó que los datos detallados que rodeaban a la señal 'Wow!' se habían perdido para siempre, sobre todo después de que el observatorio Big Ear de Ohio fuera desmantelado en 1998 para construir un campo de golf. Afortunadamente, un grupo de voluntarios rescató la mayor parte de los registros del telescopio.
Ahora, investigadores del proyecto "Arecibo Wow!", liderados por Abel Méndez del Laboratorio de Habitabilidad Planetaria de la Universidad de Puerto Rico, han digitalizado y analizado más de 75.000 páginas de los impresos originales con tecnología de reconocimiento óptico de caracteres (OCR) y supervisión humana. Este monumental esfuerzo ha permitido, por primera vez, aplicar métodos computacionales avanzados a la señal original, revelando detalles que se habían pasado por alto durante casi 50 años.

Más fuerte, más precisa, más rápida. El nuevo análisis corrige y refina drásticamente los parámetros de la señal, arrojando nueva luz sobre su posible naturaleza. Las estimaciones previas situaban la intensidad de la señal (su densidad de flujo) entre 54 y 212 Janskys. Los cálculos corregidos elevan esa cifra a un mínimo de 250 Janskys, confirmando que fue incluso más potente de lo que se pensaba. Pocas fuentes de radio astrofísicas conocidas emiten con esa intensidad, lo que la convierte en un evento verdaderamente excepcional.
También la frecuencia se ha corregido a 1.420,726 MHz, lo que sugiere que el objeto se estaba moviendo hacia nosotros a 74 km/s, una velocidad que no encaja con la rotación normal de los objetos de nuestra galaxia.
Por otro lado, el estudio reduce el área de búsqueda en dos tercios, afinando las coordenadas a dos posibles localizaciones ligeramente desplazadas de las estimaciones anteriores, lo que podría explicar por qué décadas de búsquedas de seguimiento no sirvieron para detectarla de nuevo.
Ni humanos, ni cometas. Con estos nuevos datos, los investigadores han podido descartar con mayor contundencia muchas de las explicaciones propuestas a lo largo de los años. El estudio descarta casi por completo el origen humano. No había satélites conocidos en esa posición y la Luna estaba en el lado opuesto de la Tierra, por lo que no fue un reflejo de las transmisiones terrestres.
Las emisoras de televisión de la época tampoco pudieron generar un armónico en esa frecuencia. La propia forma de la señal, que encaja perfectamente con el patrón esperado de una fuente puntual pasando por el haz del telescopio, es otro argumento en contra de una interferencia local.
La teoría de que la misteriosa señal "Wow!" fue causada por el paso de un cometa, que en su momento pareció resolver el enigma, también ha quedado debilitada con el nuevo análisis. La extrema potencia y las características de la señal revisada no encajan bien con la nube de hidrógeno que rodea a un cometa.
Entonces, ¿qué fue? Probablemente tampoco fueran aliens. Los investigadores apuntan a un evento astrofísico natural, pero extremadamente raro. Como ya apuntaba un estudio anterior que cubrimos en Xataka, la señal podría provenir de una nube de hidrógeno neutro. Estas nubes son comunes, pero normalmente no emiten señales tan intensas y de banda estrecha.
La nueva propuesta es que la señal 'Wow!' fue el resultado de un fenómeno conocido como llamarada máser astronómica o un estallido de superradiancia procedente de una de estas nubes. Algo parecido a un láser de microondas natural, un evento transitorio y potentísimo que explicaría tanto la intensidad de la señal como el hecho de que nunca se haya vuelto a repetir.
Imágenes| Observatorio Big Ear
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