Hyundai Ioniq 9, primeras impresiones: una nave espacial de 80.000 euros que coloca a Hyundai en otra dimensión

Publicado el 09/07/2025 por Diario Tecnología
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Hyundai Ioniq 9, primeras impresiones: una nave espacial de 80.000 euros que coloca a Hyundai en otra dimensión

"No somos premium"

Es el mantra repetido hasta la saciedad en el tándem Hyundai/Kia. Es lo que nos dijeron cuando nos subimos al Kia EV9. Es lo que han repetido desde Hyundai cuando nos hemos puesto a los mandos del Hyundai Ioniq 9 por primera vez.

Sin embargo, está claro que ambos SUV hermanos tienen una clara vocación de elevar el nivel. De demostrar que han dado un paso adelante y que, quizás no son premium pero, desde luego, tampoco son firmas generalistas al uso.

Ficha técnica del Hyundai Ioniq 9


Nuevo Kia EV9

Tipo de carrocería

SUV de cinco o siete plazas

Medidas y peso

5,060 metros de largo, 1,980 de ancho y 1,790 metros de alto. Distancia entre ejes de 3,130 metros.

  • 2.549 kg en su versión de un solo motor
  • 2.685 kg en su versión de doble motor

Maletero

  • 338 litros con tres filas de asientos.
  • 908 litros con dos filas de asientos
  • 88 litros adicionales en el maletero delantero

Potencia máxima

320 kW (435 CV) y 700 Nm de par motor.

Consumo WLTP

  • 19,9 kWh/100 km en su versión de un solo motor
  • 20,6 kWh/100 km en su versión de doble motor

Distintivo ambiental DGT

Cero emisiones.

Ayudas a la conducción (ADAS)

Control de crucero adaptativo con frenada de emergencia (también en tráfico cruzado trasero), mantenimiento en el carril y asistente de cambio automático del mismo. Cámaras delantera y trasera. Maniobra de esquiva con sensor de ángulo muerto.

Otros

Estacionamiento automático y sin conductor. Apertura y arranque con teléfono móvil. Compatibilidad con Android Auto y Apple Car Play. Monitorización remota del vehículo. 15 sensores (dos de ellos LiDAR). Servicio de streaming en sus pantallas. Puertos USB para todos los pasajeros. Dos pantallas principales de 12,3 pulgadas y una tercera de soporte auxiliar de cinco pulgadas.

Híbrido eléctrico.

No.

Híbrido enchufable.

No.

Eléctrico

Sí. Tres versiones con batería de 110 kWh.

  • Tracción trasera con un motor de 160 kW (218 CV) y 620 km de autonomía
  • Tracción integral con un motor delantero de 160 kW (218 CV) y otro trasero de 70 kW (95 CV) que rinden 230 kW (313 kW) y 606 km de autonomía
  • Tracción integral con dos motores de 160 kW ( 218CV) que rinden 320 kW (435 CV) y 600 km de autonomía

Precio y lanzamiento

Ya disponible.

  • Tracción trasera desde 69.990 euros
  • Tracción integral de 230 kW (313 kW) desde 81.600 euros
  • Tracción integral de 320 kW (435 CV) desde 87.100 euros

Buscando un nuevo hueco

¿Qué define a un coche como premium?

No hay una definición al uso. No hay unos criterios mínimos o claros que, de cumplirlos, meta de lleno a un coche en la categoría de "los premium". Y, sin embargo, todos tenemos más o menos claro cuáles son esos coches premium. En Europa, sin ninguna duda, el trío alemán Mercedes-BMW-Audi son el gran emblema de esta categoría.

¿Por qué? Porque sus productos son refinados, cuentan con buenos materiales y unos ajustes por encima de la media. Y aunque están siendo criticados por según qué soluciones o según qué materiales utilizados, lo cierto es que su calidad está por encima del resto del mercado. También su precio... pero también su imagen de marca, el estatus que aportan al cliente o, al menos, el que el cliente siente que está adquiriendo cuando compra uno de sus coches.

Por eso es tan complicado entrar en el segmento premium. Y es que no solo se vale de cuestiones puramente objetivas, hay una parte de irracionalidad que convierte a un coche con un equipamiento básico más escueto de partida y un precio más alto en un coche premium.

Hyu

La línea con los generalistas está clara. Un generalista no es un coche aspiracional como los anteriores. No tiene los acabados de un premium, no utiliza los mismos materiales y, sobre todo, no proyecta la misma imagen quien viaja a bordo de un Renault que de un Mercedes, pese a que puedan compartir piezas... como el propio motor.

Y entre medias hay una categoría resbaladiza. La de esos coches que no son premium pero tienen un precio ligeramente superior a los generalistas y que han estado más cuidados que ellos. Bien por tacto de conducción, materiales o equipamiento, quieren proyectar una imagen superior pero no consiguen entre los elegidos. Aquí podemos encontrar a Volkswagen con su clásico posicionamiento bisagra entre Audi y Skoda pero que ha tenido coches que sí han sido aspiracionales, como el Golf GTI.

También encontramos a Mazda y ahí ha querido jugar Stellantis con DS y con algunos productos concretos de Peugeot, como el 508. También lo intentó Renault en su día con los Vel Satis y Avantime, monovolúmenes superiores a la competencia pero que no rompieron en el mercado por su precio claramente más caro.

Y ahí parece querer jugar Hyundai y Kia con el coche eléctrico. La tecnología les permite un reset a su imagen de marca. Los Ioniq 9 y EV9 no son coches pensados solo para venderse, son coches pensados para hacer gala de la última tecnología, para demostrar dónde están posicionados y cómo quieren escalar en percepción de marca.

Hyundai

Muy buenos mimbres

Para dar este salto, en Hyundai han apostado por arriesgar en su estética. Guste más o guste menos, es de agradecer.

Es una nueva línea de diseño que ya se adelantó con el Hyundai Santa Fe, ese vehículo bandera en el formato de combustión que, con el paso de los años, ha pasado de SUV popular a un coche asentado en los 60.000 euros, un tamaño poco apto para el mercado europeo y una imagen claramente enfocada al público norteamericano.

El Ioniq 9 repite fórmula. Con el añadido de que aquí el SUV se va a los 5,06 metros de largo y 1,98 metros de ancho. La imagen con sus 1,79 metros de altura es poderosísima. Sobre todo con un frontal altísimo, dominado por ese entramado pixel de sus luces que repite fórmula en la parte trasera. Los cuadrados son una tónica que se repite por toda la estructura del coche.

El Hyundai Ioniq 9 grita a los cuatro vientos que este no es su sitio, que las carreteras y ciudades españolas se le quedan pequeño. Pero que también tiene un nicho de mercado al que puede asaltar. Son aquellos que viven en chalets fuera de las ciudades, que tienen aparcamiento en casa y que utilizan el coche para largos viajes familiares y para llevar a los niños a colegios alejados de las grandes urbes y centros comerciales de fácil acceso.

Interior

Está claro que este coche no cosechará unas grandes ventas apuntando a quienes viven "a la americana" en el anillo que rodea a Madrid o Barcelona. Pero sí le permite a Hyundai mostrar su coche por nuestras carreteras, hacerlo rodar e impactar (porque por imagen impacta) en el resto de conductores.

Mucho más si impactante (o contraintuitivo) si da la casualidad de verlo cargando. Porque el Hyundai Ioniq 9 es un coche que suma la última tecnología de Hyundai/Kia en formato eléctrico.

La plataforma E-GMP le permite ofrecer una estructura de 800 Voltios que disipa los inconvenientes de viajar con un coche eléctrico. La batería es gigantesca, con 110 kWh. En nuestra toma de contacto cerramos un consumo que rondó los 22 kWh/100 km. Aunque serían necesarias más pruebas, eso nos dejó una autonomía real de entre 450 y 500 kilómetros. Si sumamos la posibilidad de cargar el coche a 350 kW, eso nos deja paradas cada 400 kilómetros de apenas 24 minutos para recuperar hasta el 80% de la capacidad de la baterías. Es decir, recorrer otros 400 kilómetros.

Teniendo en cuenta que estamos ante un coche de 2,5 toneladas de peso pero, sobre todo, un vehículo que hace pocas concesiones a la eficiencia (su 0,259 Cx es relativamente bueno pero la superficie frontal debe ser enorme), esos 22 kWh/100 kilómetros no me parecen demasiado altos. De hecho, podría asumir un mayor consumo dado que la batería es enorme pero, sobre todo, que la potencia de carga es tan rápida.

Por dentro, el coche sabe dónde centrarse. Las versiones más altas llevan incorporadas cámaras en lugar de retrovisores que, sin duda, elevan esa percepción de coche tecnológico y avanzado. Aunque prefiero los espejos clásicos, incluye dos guías en la imagen al poner el intermitente, naranja y roja, que aportan profundidad y señalan dónde se sitúa la distancia de seguridad y cuándo el vehículo que circula a nuestro lado se mete ya de lleno en nuestro ángulo muerto.

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Es lo más llamativo de un interior que no brilla por la elección de materiales o sus ajustes. No digo que sea mala, digo que no está a la altura de esa triada alemana que antes mencionábamos. Porque parece que el cliente potencial de este coche es menos conservador, familiar pero interesado por probar cosas nuevas. Y Hyundai quiere desplegar todo su arsenal para conquistarle.

En ese arsenal tecnológico encontramos un control de crucero adaptativo muy bueno. El sistema cuenta con cambio de carril asistido por lo que basta con señalar el cambio de carril para que el coche se mueva solo. Su funcionamiento me ha sorprendido por su consistencia.

Ni un acelerón a destiempo, ni una frenada brusca y, algo que me ha gustado mucho: la reticencia a cambiarse de carril si otro coche viene lanzado a nuestra izquierda, aunque esté situado todavía por detrás de esa línea naranja que marca la distancia de seguridad mínima. Así evitó un frenazo al vehículo que venía lanzado y, sobre todo, una situación de riesgo.

El buen comportamiento se confirma con un rodar muy suave y una ausencia total de ruido. Es sorprendente cómo se ha trabajado para eliminar el ruido de rodadura y el aerodinámico en un coche con unas formas tan cuadradas. Eso sí, cuando le apretamos en una carretera revirada secundaria sí le sacamos alguna costura.

Con todo, estamos ante un coche de 2.500 kg y más de cinco metros de largo. Dudo mucho que alguien vaya a ponerle contra las cuerdas en estas circunstancias. Está pensado para ser un barco en el mejor de los sentidos. Un coche que, en autopista, tiene alma de devorar kilómetros. Estoy casi seguro que el cansancio aparecerá después de muchos cientos de kilómetros recorridos.

Butacas

Ese posicionamiento de coche tecnológicamente avanzado es de lo que quiere presumir Hyundai. Pero también de un coche que cuida al pasajero. Se incluyen asientos calefactables y ventilados. Asientos de talla claramente norteamericana que para un conductor como yo (1,68 de altura) quedan enormes. Al menos, el ajuste lateral del asiento ofrece un poco más de acomodo.

Pero es en la disposición de los asientos traseros donde el coche brilla. Su espacio interior es enorme e, incluso, la última fila es relativamente cómoda. Además, el SUV eléctrico se puede solicitar con banquetas relax en la segunda fila, ahondando en esa sensación de viajar lo más cómodo posible. O, incluso, se puede configurar con asientos de contramarcha en la segunda fila, enfrentando espalda con espalda a conductor y copiloto y creando un enorme salón entre la segunda fila y los pasajeros del fondo.

De igual modo, el coche es perfecto para quien, con una familia de uno o dos niños, prefiera abatir la tercera fila de asientos y contar con un maletero gigantesco que se va por encima de los 1.000 litros. Perfecto para olvidarse de elegir entre irse de fin de semana con la bicicleta o los niños.

En resumen, el Hyundai Ioniq 9 es un coche que apunta alto. Está claro que el grueso de las ventas lo debería tener en Norteamérica y, desde luego, su espacio en Europa está acotado a un nicho muy concreto. Pero es que, en el fondo, el cometido principal de este coche no es ese. Su idea es la de ser la imagen de una nueva Hyundai. Una que, aseguran, no es premium pero que sin ninguna duda ha dejado atrás el mercado de las generalistas.

No se trata de vender el coche, se trata de demostrar que, si alguien busca un coche eléctrico, Hyundai tiene la última tecnología del mercado y que si buscas un coche más pequeño podrás encontrar parte de ella en los Hyundai Ioniq 5 o Ioniq 6. También en los que están por venir. Y esa manera de atraer clientes y vender las bondades del producto solo se consigue con un producto excesivo como este.

Fotos | Xataka

En Xataka | Hyundai quiere vender un coche eléctrico por 80.000 euros. Su plan para convencernos: un cambio de marchas imaginario

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