Hay gente comiendo zanahorias como conejos porque piensan que así se pondrán morenos. Solo hay un pequeño problema

Publicado el 26/06/2025 por Diario Tecnología
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Hay gente comiendo zanahorias como conejos porque piensan que así se pondrán  morenos. Solo hay un pequeño problema

Llega el verano y con él, el desfile de trucos para conseguir ese tono dorado que deja la marca de unas buenas vacaciones. Entre protectores solares, autobronceadores y exposición solar calculada, hay un consejo que resurge cada año como si fuera una novedad, aunque lleva décadas dando vueltas en conversaciones de playa, revistas de moda y, ahora, videos virales de TikTok: “come zanahorias y te pondrás morena”. Pero, ¿hay algo de cierto en todo esto?

¿Un snack inofensivo? Comer zanahorias en la playa no es algo tan descabellado, ya que son frescas y nutritivas. No obstante, la vieja creencia de que, si te alimentas como un conejo, acabarás con la piel dorada como si hubieras estado en Menorca, vuelve cada verano. El punto es que el color difiere mucho de lo que uno se puede llegar a imaginar.

Un bronceado más bien naranja. Lo que en realidad está ocurriendo es un fenómeno conocido como carotenodermia. “Sí, las zanahorias pueden cambiar el color de la piel”, ha afirmado para Glamour el dermatólogo Dr. Christian Merkel. Pero, ha advertido: “El tono tiende más al naranja que al marrón clásico del bronceado solar”.

Este efecto se debe al beta-caroteno, un pigmento presente en zanahorias, calabazas, mangos y otras frutas y verduras de color cálido. Cuando se consume en grandes cantidades, este se acumula en la piel, especialmente en zonas como palmas de las manos, plantas de los pies, codos o nariz, provocando un cambio de color en la piel.

Un falso moreno. Y ni siquiera. La dermatóloga Silvija Gottesman, entrevistada por MedPage Today, lo ha aclarado: “No es un bronceado verdadero, ya que a diferencia del tono que genera la melanina tras la exposición solar, lo que se logra con la zanahoria es una coloración superficial, sin activación de los melanocitos”. Así que, más que un bronceado dorado, se trata de una tinte anaranjado temporal.

Hay un tope. Como casi todo en nutrición, la dosis importa. Sarah Carolides, nutricionista de la Clínica Lanserhof, ha explicado para Women's Health Mag que el consumo excesivo de betacaroteno puede teñir la tpiel, incluso sin darte cuenta. Estima que basta con unas 12 zanahorias medianas crudas al día, o menos de 300ml de zumo diario durante aproximadamente un mes, para empezar a notar cambios visibles en el color de la piel.

En un caso clínico documentado por el Hospital Clínico Universitario de Zaragoza, una niña de un año que desarrolló una notable coloración amarillenta tras consumir puré de zanahoria a diario. La pigmentación desapareció tras retirar el alimento de la dieta durante dos meses.

¿Puede conllevar un peligro? En general, no. La carotenodermia por alimentación no es dañina y suele revertirse al modificar la dieta. Sin embargo, hay que prestar atención porque puede confundirse con enfermedades como la ictericia. Además, en personas con trastornos metabólicos o enfermedades como hipotiroidismo, diabetes o anorexia nerviosa, este tipo de pigmentación podría indicar desequilibrios más serios. Como ha señalado el médico De Lucas Laguna para ConSalud, la acumulación de carotenos no es solo por la dieta, sino por alteraciones en su metabolismo y eliminación.

El punto final. Comer zanahorias tiene beneficios. Son saludables, antioxidantes, ricas en vitamina A y pueden dar un leve tono cálido a la piel. Pero no, no te vas a broncear comiendo como Bugs Bunny. El efecto es más naranja que dorado, más visible en las manos que en la cara, y más anecdótico que estético.

Imagen | Freepik y PXHere

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