España ha apostado por la solar, pero ha dejado tirada a la red: cómo las microrredes encajan en el rompecabezas energético
Publicado el 08/05/2025 por Diario Tecnología Artículo original
En los últimos años, España ha convertido al sol en su mejor aliado para la generación de fotovoltaica. Sin embargo, el apagón del 28 de abril ha evidenciado la falta de integración efectiva en la red eléctrica.
En corto. Hasta ahora, la primera imagen que siempre acompaña a las renovables son las baterías, pero existe otro sistema de acoplamiento a la red: las microrredes o microgrids. Según ha explicado Borja Santos, CEO de Full&fast, para Europa Press, las microrredes son sistemas energéticos autónomos compuestos por un convertidor de potencia y un sistema de baterías. Estos sistemas reciben todas las entradas y salidas de energía de distintas fuentes, como grupos electrógenos, paneles solares o incluso la red eléctrica convencional.
Más profundo. Las microrredes operan a través de sistemas de almacenamiento que permiten acumular la energía generada en momentos de baja demanda o de alta producción. Esta energía almacenada puede luego liberarse en momentos críticos, garantizando la estabilidad del sistema. Este modelo no solo aporta seguridad de suministro, sino que también ofrece oportunidades económicas al gestionar la energía almacenada y liberarla cuando el precio en el mercado es más favorable.
Cuando llegó el cero energético. En caso de una caída del suministro principal, la microrred puede seguir funcionando de forma independiente, manteniendo la continuidad del servicio energético para sus usuarios. En otras palabras, las microrredes actúan como una “red dentro de la red”, permitiendo que comunidades, industrias o zonas rurales sigan operando sin interrupciones, incluso si el sistema eléctrico nacional colapsa, como ha detallado Borja Santos.
Además, ha añadido que el apagón dejó en evidencia la falta de sistemas capaces de generar su propia referencia de tensión y frecuencia. Las microrredes, por el contrario, pueden hacerlo, evitando así que los sistemas entren en un estado de “stand-by” como ocurrió en España. En otras palabras, lo que te da la microrred es autosuficiencia y la capacidad de seguir operando y trabajando de manera ininterrumpida, haya luz o no.
Un país con sobrecapacidad solar. España ha invertido masivamente en parques solares, pero, como ha señalado el exministro de administración pública, Jordi Sevilla, el sistema eléctrico no se ha adaptado a esta nueva realidad. Sevilla ha advertido que “se han multiplicado los puntos de generación conectados a la red de transporte, así como su distribución geográfica”, lo que ha aumentado la complejidad de gestionar el sistema eléctrico. Además, ha explicado que las propuestas normativas presentadas por Red Eléctrica para regular los inversores fotovoltaicos llevan años en los cajones del ministerio, mientras la red sigue sin adaptarse a las nuevas realidades del mix energético.
Sin embargo, el problema no radica en la capacidad de generación, sino en la incapacidad de gestionarla eficazmente. En este sentido, Borja Santos ha señalado que “en España hay sobrecapacidad de generación solar, pero esos parques solares confrontan un problema: generan la máxima energía cuando menos te lo paga el mercado”, lo que reduce la rentabilidad para los inversores.
La implementación. A pesar del potencial de las microrredes, su implementación masiva en España enfrenta varios retos. Por un lado, la regulación actual no incentiva suficientemente el desarrollo de estos sistemas, y las propuestas normativas que permitirían a las renovables ayudar a controlar la tensión y la corriente reactiva de la red aún duermen “el sueño de los justos”, según el exministro. Por otro lado, el sistema eléctrico español ha sido diseñado para gestionar energías síncronas, como el gas o la nuclear, que generan su propia referencia de frecuencia. Las renovables, en cambio, dependen de sistemas electrónicos que no ofrecen esta referencia de forma natural, lo que aumenta la complejidad de integrar grandes volúmenes de energía solar o eólica sin comprometer su estabilidad. Por esa razón, la UNEF ha señalado la implementación del procedimiento de operación 7.4 permitiría a las renovables controlar la tensión y la corriente reactiva de la red, contribuyendo a mitigar futuros apagones.
Previsiones. El apagón del 28 de abril evidenció un problema en la capacidad de gestión y almacenamiento del sistema eléctrico nacional. Las microrredes se presentan como una solución gracias a su capacidad para operar de forma independiente y mantener el suministro en momentos críticos.
Imagen | Pexels y Victor Romero V
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