Volkswagen ha metido 6.000 millones de dólares en Rivian para crecer en Estados Unidos. Los aranceles están truncando sus planes
Publicado el 08/05/2025 por Diario Tecnología Artículo original
A finales de 2024, Volkswagen confirmaba que inyectaría casi 6.000 millones de dólares en Rivian. Durante el verano anterior, los germanos anunciaron que invertían 5.000 millones de dólares en la compañía de coches y furgonetas eléctricas estadounidense.
Entonces defendieron esta medida dentro de un ajuste generalizado dentro de la empresa como el camino para ganar presencia en Estados Unidos y, al mismo tiempo, aprender en materia de software de lo que se trabaja al otro lado del charco. Una faceta especialmente importante para los germanos que han venido buscando alternativas en otras compañías, incluida la china XPeng.
Hace casi un año, en Volkswagen afirmaban que esta decisión les permitiría aumentar sus ventas en Estados Unidos, un país donde la compañía tiene más problemas para satisfacer un mercado que demanda vehículos enormes cuya producción se cuenta con los dedos de una mano para los alemanes.
Esa promesa, la de seguir creciendo en ventas, era especialmente importante en el contexto de recortes antes mencionado. De hecho, los representantes de los trabajadores llegaron a preguntarse qué garantías había de que la última y nueva partida comprometida no fuera una nueva forma de quemar otros 1.000 millones de dólares.
A esta difícil situación se han sumado los aranceles de Donald Trump. Las barreras comerciales del nuevo presidente de Estados Unidos han llevado a Volkswagen a buscar soluciones para paliar el daño económico a sus finanzas. Desde tener cientos de unidades de Audi paradas en la frontera hasta plantear una reconversión de alguna de sus plantas en el país.
Ahora, Rivian ya ajusta sus objetivos de ventas.
Para abajo.
La excusa son los aranceles
Rivian debería entregar 51.000 unidades de sus coches, pick-up y furgonetas eléctricas a final de año. Pero ya anuncia que no cumplirá los planes. La cifra se ha ajustado a la baja, reduciendo las previsiones entre un 10 y un 20%. Según sus nuevas cuentas, pondrán en el mercado entre 40.000 y 46.000 vehículos.
Aseguran que el motivo son los aranceles impuestos por el Gobierno de Donald Trump en Estados Unidos. Recogen en Bloomberg que la compañía fabrica todos sus coches en el país y que la inmensa mayoría de las piezas también son locales pero que avisan de que la empresa "no es inmune a los impactos del comercio mundial y el entorno económico".
Eso sí, la empresa asegura que podrá cumplir con el objetivo de ofrecer un beneficio bruto a final de año. Una vez que se descuenten impuestos y otras partidas, lo más probable es que Rivian siga dando pérdidas.
Los aranceles están suponiendo un verdadero dolor de cabeza para la industria e, incluso, supone un problema para quienes fabrican en Estados Unidos. Tesla, por ejemplo, es la compañía que menos impacto sufrirá con estas barreras comerciales pero el propio Elon Musk quiso dejar claro que también estaban afectados por ellas.
Gigantes como Ford o General Motors han estado buscando fórmulas para paliar el golpe económico a sus cuentas pero la situación es especialmente complicada para dos tipos de compañías: las que exportan al país la mayoría de su producción o piezas (como los japoneses y europeos) o las de menor tamaño.
Las empresas más grandes han ido dando salida a un stock que tenían ya acumulado. Aplicando grandes descuentos, es seguro que no han conseguido los beneficios por unidad que esperarían pero al menos les ha permitido seguir adelante hasta conocer las posibles nuevas condiciones.
Sin embargo, para empresas pequeñas como Rivian la situación es mucho más complicada. Ya hemos contado que poner en marcha una compañía de automóviles obliga a perder dinero durante años y que sólo es sostenible si otras compañías y los inversores están dispuestos a dejarse su dinero hasta ver beneficios. En este caso, un vaivén comercial es mucho más acusado que en cualquier otra situación.
Ahora, a Volkswagen no le queda más remedio que mantener la hoja de ruta y seguir apoyando a Rivian aunque el contexto económico que se lo ponga todavía más complicado. Los germanos aspiraban a aprender de esta empresa sus secretos en torno al software, una división que está trayendo de cabeza al grupo Volkswagen entero y que ya expulsó a unos de sus CEO.
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utm_campaign=08_May_2025"> Alberto de la Torre .