El insólito caso del Dios menguante de Dragon Ball. O cómo una simple escalera redujo al protector de la Tierra
Publicado el 26/07/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Todos los personajes principales de Dragon Ball tienen una estatura oficial recogida en numerosos compendios y libros de arte. Pero, claro, otra cosa muy diferente es que Akira Toriyama, su creador, se la tomase en serio y lo mismo se aplica a las proporciones. De hecho, es un recurso que usaba una barbaridad en Dr. Slump y que explicó en su obra Taller de Manga. Sin embargo, lo de Dende, el Dios protector de la Tierra es un caso aparte. Una singularidad excepcional.
Por ponernos un poco en contexto, y según el mismo explicó en sus obras, al papá de Goku y Arale le gustaba compactar o estirar a sus héroes y personajes secundarios para darle más humor o dramatismo a las escenas. En según que caso, porque simplemente le resultaba cómodo dibujarlos así. ¿El resultado? A veces Vegeta o Krillin aparecen muy bajitos en una página y no tanto en la siguiente. ¡Y originalmente Piccolo era gigantesco en comparación con ambos! Eso, lógicamente, es intencionado.
En el caso de Arale, además, hizo un chiste al respecto y en un capítulo de Dr. Slump lo justificó mostrando que Senbei Norimaki (el creador de la divertidísima robot) tenía diferentes cuerpos para ella. Lo que ya no es tan normal es que un personaje pase de la niñez a la adolescencia tras siete años y luego, en una misma página, recupere su aspecto infantil al bajar por una escalera. Eso, de manera textual, es lo que le pasó a Dende.
Dende nunca ha sido un namekiano normal
Partiendo de lo más básico, Piccolo y Dende pertenecen a la misma raza pero son de tipos diferentes. El primero es un namekiano de tipo guerrero (como Nail) y su desarrollo es extremadamente rápido, de modo que en muy pocos años tiene un cuerpo prácticamente adulto. Si te fijas, Piccolo solo tenía cuatro años cuando participó en el 23º Gran Torneo de las Artes Marciales como Ma Junior.

Dende, no obstante, pertenece a la línea del clan Dragón y eso, como se explica en Dragon Ball, hace que no tenga capacidad de combate pero a cambio disponga de poderes extraordinarios, como sanación instantánea o aumentar drásticamente el poder de las esferas mágicas de la Tierra. Sin embargo, y esto es oficial, el crecimiento de los namekianos de tipo dragón es muchísimo más lento.
A partir de aquí, y lo creas o no, la primera vez que vimos a Dende con un aspecto más o menos adolescente fue en el capítulo 426 de Dragon Ball, al inicio de la Saga de Buu. Habían pasado siete años -nada menos- desde el Juego de Cell y cuando Gohan fue a avisar a Piccolo que participaría con su padre al Palacio de Kami Sama, el Dios protector de la Tierra, se muestra al lector que el pequeño namekiano ha crecido. O, como puedes ver un poco más arriba, que ya no es tan pequeño como aquel niño que conocimos en la saga de Freezer.
Lo insólito aquí es que si te vas al final de la saga de Buu verás cómo, de manera completamente arbitraria, Akira Toriyama lo dibujó una vez más como ese pequeño niño namekiano, incluyendo su atuendo original del planeta en el que nació, y se quedó así hasta el epílogo del manga. Ahí, una vez más, volvió a dar un estirón. ¿Es que al autor se le olvidó cómo lo había dibujado varios capítulos atrás? Quizás sí. O, como verás, puede que no.

Akira Toriyama sí le devolvió su ropa de Namek a Dende cuando volvió a aparecer en el capítulo 469 de Dragon Ball Titulado 'Una pequeña esperanza'. Sin embargo, en vez de dibujarlo como un niño directamente fue reduciendo su tamaño y edad poquito a poco en la misma página. Y pese a que un poco después dibujó su rostro un poco más crecido, será a partir de ahí que recuperará el aspecto de niño namekiano con el que lo conocimos hasta prácticamente el final de esa trama. Con excepciones, que conste.
¿Un despiste típico de Toriyama? Quizás sí... o probablemente no
Quizás no te diste cuenta de ello, o puede que lleves algún tiempo teorizando sobre si esto fue un despiste o esa clase de lapsus que todos los autores de manga tienen, sin excepciones. Pero una cosa está clara: el propio Toriyama mostró cómo Dende encogió, poquito a poco a poco, en el manga y por cualquier razón decidió dejarlo tal cual. Y eso en ningún minuto afectó al desarrollo de la historia.
Vaya por delante que en la misma saga de Buu puedes ver páginas en las que Goku se muestra a veces más encogido y cabezón y otras más estilizado. Y, como ya vimos en VidaExtra, el estilo de dibujo de Akira Toriyama era rápido, al vuelo y sin referencias. Sin embargo, cuando dejó de dibujar Dragon Ball sí dejó que creciese a manos de otros artistas. Bueno, ¡hasta que en Dragon Ball Daima decidió convertirlo y dibujarlo directamente como un bebé!
Porque, al final, la gracia de las obras de Toriyama, aquello que las hace tan interesantes, es que su autor siempre estaba pendiente de darle la emoción y sensaciones de sorpresa a los lectores y el resto, como la cola de Goku y otros matices, ya se explicaría... Si es que era necesario.
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