Durante años Seseña pareció condenada a ser el fantasma del ladrillazo. Hasta que la vivienda se puso intocable en Madrid

Publicado el 06/06/2025 por Diario Tecnología
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Durante años Seseña pareció condenada a ser el fantasma del ladrillazo. Hasta que la vivienda se puso intocable en Madrid

Los vaivenes del mercado inmobiliario tienen sus propios símbolos. Durante años Seseña lo fue del ladrillazo, la burbuja inmobiliaria que explotó en 2008. Hoy lo es de algo bien distinto: la crisis de vivienda que afronta Madrid (y España), lo que ha permitido que aquella antigua ciudad fantasma asociada a Francisco Hernando, 'El Pocero', esté renaciendo con fuerza. Con los precios en escalada y un grave déficit de vivienda en la capital, cada vez más gente mira fuera de Madrid cuando le toca buscar casa, a localidades como Valladolid, Segovia… o Seseña, donde se ha reanudado la construcción y surgen nuevas promociones residenciales.

Y no es la única "ciudad fantasma" que está ganando impulso gracias a las familias expulsadas de Madrid por un mercado que cada vez aprieta más sus bolsillos.

De icono de la burbuja del ladrillo… Durante años Seseña, sobre todo el PAU El Quiñón (la megaciudad proyectada por 'Paco El Pocero') fue un icono de los años del exceso del ladrillo y la burbuja inmobiliaria. También de su resaca.

Quienes compraron en plena vorágine urbanística se encontraron con una especie de "barrio fantasma", viviendas en manos de bancos y un mercado fracturado en el que los precios no paraban de caer. Si en 2007 un piso de dos dormitorios costaba casi 200.000 euros, siete años después, con la banca desesperada por librarse de las propiedades, podía comprarse por menos de la mitad: unos 60.000 euros.

Quinon

… a disfrutar una edad dorada. Hoy las cosas son distintas en Seseña. Tras años con obras a medio construir y preocupada por los okupas, la localidad está viviendo una nueva edad dorada. Llegan familias. Se abren negocios y servicios. Surgen proyectos como Parquijote. Y levantan nuevas promociones. En 2023 El Periódico hablaba de dos grandes proyectos: una urbanización de 156 casas que se movían entre los 110.500 y algo más de 200.000 euros y otra de chalets.

El cambio lleva tiempo cocinándose. Hace casi una década El Paísle dedicó un amplio reportaje en el que explicaba cómo la ciudad residencial El Quiñón estaba ganando impulso poco a poco, con familias, negocios y servicios. Por entonces el diario hablaba de 6.411 habitantes. El año pasado Antena3 volvía a analizar la situación de la macro urbanización toledana y constataba un aumento en el número de residentes, además de una demanda creciente de viviendas.

"Hace tres años se podía encontrar casa fácilmente aquí. Ahora resulta casi imposible", explicaba por entonces Vanesa, una mujer que se había instalado tiempo antes en la urbanización toledana tras comprar una vivienda de cuatro habitaciones con trastero, garaje y piscina por unos 150.000 euros.

Lista de espera para comprar. La última pista sobre el renacer de la urbanización de Seseña la daba hace unos días Reuters, que ha constatado el creciente interés por la localidad. Pese a que está a unos 40 kilómetros al sur de la capital y no dispone de las mejores conexiones y transporte público, cada vez más familias parecen interesadas en instalarse en sus apartamentos. Reuters habló con una agencia que tenía una lista de espera de 70 personas para cada vivienda.

Seseña (y algo más). La zona ha visto cómo se activaba también la obra nueva. La promotora Impact Homes, por ejemplo, está impulsando una promoción de 156 viviendas que arrancó en 2023. Su objetivo es tenerla lista a lo largo de este año. En el sector se habla incluso de niveles de preventa de casi el 50% en nuevas edificaciones. "Seseña está al 100%", celebra el alcalde, Jaime de Hita.

La suya no es la única localidad del entorno de Madrid que ha visto cómo se activaba su ladrillo. Algo similar ha ocurrido en Valdeluz, urbanización situada a 75 km de Madrid que quedó a medias tras el estallido de la burbuja inmobiliaria. Su alcalde espera que la población se dispare durante los próximos años. Reuters cita incluso un tercer ejemplo: una urbanización situada a las afueras de Bernuy de Porreros, a aproximadamente 100 kilómetros al norte de Madrid, que ha recobrado también la actividad tras permanecer casi abandonada.

¿Y cuál es la razón? Todas esas poblaciones tienen algo en común: su relativa proximidad a Madrid, lo que las convierte en un destino atractivo para las familias que acaban siendo expulsadas de la capital por el elevado coste de su vivienda. Es el caso por ejemplo de Néstor, un empleado del sector de la construcción que hace cuatro años abandonó Carabanchel para mudarse con su familia a Seseña.

Vivir en Seseña le exige levantarse cada día de madrugada y tomar el bus de las 6.30 h que lo lleva a la capital, pero la brecha de precios hace que esa molestia sea más que asumible. En su día Néstor se mudó a Seseña porque los alquileres eran allí un 20% inferiores a los de Madrid, explica, y hace unos meses decidió dar un paso más y convertirse en propietario: junto a su mujer, compró un apartamento en la localidad toledana por 240.000 euros. "Escogimos este sitio cercano porque podemos pagarlo. Madrid ahora mismo está muy caro", relata el hombre.

¿Es un caso único? No. Llega un repaso rápido a la hemeroteca para encontrarse con testimonios de familias que han decidido instalarse en Seseña o profesionales del sector que asisten al renacer de la urbanización y sus edificios. "Parecían monstruos que iban a quedar parados para el futuro, pero la necesidad de vivienda ha hecho que se reactiven", confiesa una inmobiliaria a Tele5. "Nos movemos en precios por debajo de 200.000 euros. Eso en Madrid es imposible".

Cuestión de dinero (y km). Seseña no es la única localidad a la que miran las familias expulsadas por el mercado inmobiliario madrileño, que solo en el último año ha visto cómo la vivienda se encarecía por encima del 20%, según Idealista. La mejora (y abaratamiento) de las comunicaciones, sobre todo el tren, ha hecho que Segovia o incluso Valladolid estén acogiendo a gente que trabaja para empresas de la capital. En esos municipios encuentran viviendas a precios que, como reconocía hace poco una familia instalada en Valladolid, "ni olerían" en Madrid.

Imágenes | Ayuntamiento de Seseña, Wikipedia y Seseña es Más (Flickr)

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