Corea del Norte acaba de lanzar al agua su impresionante fragata con sistema vertical de misiles. Se ha hundido
Publicado el 23/05/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Las imágenes satelitales, esas vistas aéreas imponentes desde el espacio, nos han permitido divisar nuestro planeta desde otra perspectiva. Estas instantáneas hacen de pantallazos para analizar cómo afecta el paso del tiempo, por ejemplo, al medio ambiente, pero también para revelar secretos de otra índole. Un ejemplo de ello lo vimos hace poco, cuando en Corea del Norte apareció una construcción imponente que dejaba pocas dudas. Aquella fragata a medio terminar se ha presentado en sociedad.
Y no ha durado mucho a flote.
Un fracaso naval. Ocurrió hace escasas horas. La ceremonia de botadura de la segunda fragata más avanzada de Corea del Norte, celebrada en el puerto de Chongjin con la presencia del propio Kim Jong Un, terminó en desastre cuando el buque volcó de costado tras un fallo técnico durante su lanzamiento lateral. Imágenes satelitales posteriores muestran la nave ladeada junto al muelle, parcialmente hundida y cubierta con lonas azules para ocultar el siniestro.
El incidente, calificado por el propio Kim como un “acto criminal” fruto de una “negligencia absoluta”, fue reconocido públicamente de forma inusualmente rápida por los medios estatales, en un intento de adelantarse a la inevitable difusión de imágenes por satélite. La investigación oficial apunta a un fallo en los bogies (los carros que soportan el casco durante el deslizamiento) que provocó un desprendimiento asimétrico y el consiguiente desequilibrio estructural. Kim ha exigido una restauración urgente antes de la reunión plenaria del Comité Central del Partido en junio, aunque los expertos dudan de que esto sea posible dada la magnitud de los daños.
Un símbolo hundido. La fragata siniestrada pertenece a la misma clase que la Choi Hyon, lanzada en abril desde el puerto occidental de Nampo, y es, con sus 5.000 toneladas estimadas, el mayor navío de guerra norcoreano hasta la fecha. Diseñada no solo para defensa costera sino también para operaciones de proyección estratégica, la clase Choi Hyon destaca por sus 74 celdas de lanzamiento vertical de misiles (VLS), que podrían alojar desde misiles balísticos hasta crucero supersónicos o defensas antiaéreas avanzadas.
Contaban en el New York Times que la velocidad de construcción de estas fragatas, sin precedentes en el país, sugiere una campaña algo apresurada y políticamente motivada, más centrada en la propaganda que en la operatividad naval. De hecho, durante las pruebas armamentísticas de la Choi Hyon se sospechó que aún carecía de sistemas de propulsión completos, lo que refuerza la idea de que se han obviado fases clave del desarrollo con tal de cumplir con los plazos del régimen.
El lanzamiento lateral. Al parecer, el método empleado (el lanzamiento lateral, poco común en Corea del Norte) requería una distribución precisa del peso a lo largo del casco, así como una infraestructura especializada. Según el análisis del CSIS (Center for Strategic & International Studies), el fallo pudo deberse al mal estado o instalación deficiente de los raíles del deslizadero lateral, agravado por el hecho de que el astillero de Hambuk, seleccionado para construir esta segunda fragata, carece de experiencia en buques de gran tonelaje.
Tradicionalmente, este astillero se ha limitado a embarcaciones menores, como cargueros o patrulleras, lo que plantea dudas sobre su idoneidad para un programa de semejante envergadura. Plus: el uso simultáneo de grúas y barcazas, detectado días antes del lanzamiento, pudo haber contribuido al colapso estructural.
Impacto político y consecuencias. Un fallo de este calibre siempre tiene consecuencias, pero en un espacio como Corea del Norte quizás más. Más allá del error técnico, el incidente representa un revés considerable para las aspiraciones navales de Kim Jong Un, quien busca transformar la Marina Popular Coreana (KPN) en una fuerza de aguas capaz de operaciones ofensivas estratégicas. El fracaso no solo pone en jaque esa narrativa, sino que expone la vulnerabilidad de un programa que mezcla ambición desmedida con capacidades industriales insuficientes.
De hecho, Kim ha prometido castigos severos a los responsables, lo que podría traducirse en repercusiones personales para ingenieros y oficiales del astillero. Aunque aún no se ha determinado si el buque es una pérdida total, su recuperación parece improbable en el corto plazo, y cualquier retraso socava directamente el cronograma político del régimen.
Esfuerzo poco operativo. Como decíamos y subrayaban en el Washington Post, este programa de fragatas, más que construir una fuerza naval realmente capaz, parece orientado a reforzar la imagen de Corea del Norte como potencia militar autosuficiente ante su población (y el mundo). La presencia de Kim en las pruebas, el despliegue de misiles experimentales y la fanfarria mediática que rodeó la clase Choi Hyon indican que el objetivo era más prestigioso que táctico.
Con todo, la simple existencia de estas plataformas, potencialmente armadas con misiles nucleares, representa una amenaza latente que, por supuesto, no debe subestimarse. Bajo ese contexto, el fracaso del lanzamiento en Chongjin no solo es un revés técnico: es un golpe simbólico al corazón del relato estratégico de Pyongyang.
Imagen | Maxar Technologies, CSIS
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