Antes de hacer consolas, Nintendo trató entretener a los japoneses lanzando... ¿una Roomba para niños?
Publicado el 08/09/2025 por Diario Tecnología Artículo original
¿Cómo reaccionarías si por tu cumpleaños o Navidad recibieses un robot aspirador? No con tu edad actual, que conste, sino cuando todavía estabas en primaria. En mi caso habría alucinado, que conste, pero es perfectamente normal que más de uno y de dos se llevasen una enorme decepción. Sin embargo, el caso del Musen Cleaner Chiritori esa especial: además de acabar con la suciedad, irradiaba la auténtica magia Nintendera.
Inventado por el mismísimo Gunpei Yokoi, el padre de la Game Boy, las Chiritori llegaron a las estanterías apenas un año antes de que la revolución con las Game & Watch transformase a Nintendo de manera interna. Una compañía que entonces lo mismo te hacía naipes, que juguetes o arroz instantáneo. Con todo, y pese a que aquellas fantasías coloradas y con ruedas servían para recoger la porquería, la gran genialidad de aquello es cómo Nintendo logró que hasta los electrodomésticos fuesen divertidos.
No te voy a engañar: visto con ojos maliciosos aquello de las Chiritori podría parecer en la actualidad un maquiavélico engaño de los padres para que los niños hiciesen las labores del hogar, pero en realidad es una extensión aquella la visión de la época en un mundo que soñaba con que máquinas hiciesen las tareas más rutinarias. Algo que veíamos en series como los Supersónicos o en el manga de Doraemon. Un sueño cumplido desde que existen las Roomba, por cierto. ¿Y funcionaban como un robot aspirador moderno? Más o menos.
Como aspirador apenas hay nada que explicar: las Chiritori atrapan el polvo, la suciedad, las pelusas y prácticamente todo lo que hay a su paso. La gracia del asunto, lo que las convierte en un juguete, es que usa un sistema de radiocontrol, de modo que al encenderla gira sobre sí misma y solamente usando el único botón de su mando se dirige a la dirección a la que queremos. Algo que limita su recorrido y movimientos, pero que era enormemente conveniente para abaratar su coste y hacerlo un artículo atractivo para los padres.

Como es natural, Nintendo buscó la manera de convertir lo que de otro modo sería una curiosa aspiradora en un juego motivando que los niños jugasen empleando sus reflejos mientras limpian la casa. Algo un poquito desafiante y funcional que, visto con perspectiva, casa muy bien con la filosofía tradicional japonesa. Con todo, y para hacer aquello más entretenido, junto con las instrucciones se añadieron divertidas pegatinas con las que personalizar las Chiritori.
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