Los consejos de los expertos para que tus hijos aprovechen ChatGPT en la vuelta a las clases
Publicado el 08/09/2025 por Diario Tecnología Artículo originalLa inteligencia artificial (IA) aspira a transformar, por completo y para siempre, la forma en la que trabajamos, consumimos contenido, buscamos información o nos relacionamos. Y lo cierto es que, a estas alturas, los cambios que está realizando en nuestros hábitos ya son más que evidentes. Especialmente para los estudiantes . De acuerdo con un reciente estudio de la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD), el 89% de los universitarios ya hace uso de herramientas como ChatGPT , Gemini , Deepseek o Grok para que les ayuden a sacar las asignaturas adelante. El 35%, además, las utiliza de forma diaria. Coincidiendo con la vuelta a las clases , que arranca esta misma semana, expertos consultados por ABC apuntan que no es malo que los jóvenes intenten aprovechar la tecnología para mejorar sus resultados académicos. Eso sí, siempre y cuando conozcan bien su funcionamiento y sepan cómo emplearla correctamente, algo que no está del todo claro, ya que solo el 34% de los alumnos ha recibido formación específica para ello. Y en inteligencia artificial generativa no todos los usos posibles valen . En absoluto. En opinión de Juan Ignacio Rouyet, profesor experto en IA y Ética de la Universidad Internacional de La Rioja, el empleo de inteligencia artificial generativa debería estar vedado para el alumno hasta que se encontrase en las últimas etapas de la educación secundaria. «El alumno tiene antes que ser capaz de hacer todo lo que hace ChatGPT por su cuenta, igual que antes de usar una calculadora debe haber aprendido a multiplicar o dividir. Hasta las últimas etapas de la educación obligatoria yo no recomendaría su uso, es más, debería estar prohibido hasta que el estudiante tenga al menos 16 años. A partir de ahí no solo lo permitiría, sino que además los enseñaría en clase a cómo sacarle partido «, explica este experto. En la misma línea se mueve Pablo Haya Coll, investigador del Laboratorio de Lingüística Informática de la Universidad Autónoma de Madrid y director de Businness and Language Analytics en el Instituto de Ingeniería del Conocimiento. Aunque no tiene tan claro que haya que ser tan restrictivos con la edad, el docente remarca que «los chatbots deben ser una herramienta de apoyo que no sustituya la adquisición de conocimientos»: «Tenemos que seguir aprendiendo a escribir, a razonar, a sintetizar y comparar ideas por nuestra cuenta sin depender de las máquinas». Evidentemente, el alumno debe desconfiar siempre de los datos y la información que le ofrezca la máquina ; ya que pueden contener errores. Antes de dar una respuesta por buena hay que tratar de contrastar usando otras fuentes. Asimismo, debe evitar copiar el contenido que le ofrece el robot y hacerlo pasar por propio. «Para empezar, eso es plagio porque no lo has escrito tú y emplearlo en un trabajo está considerado como un delito», dice Haya Coll. A pesar de que, hasta la fecha, en el mercado no hay ninguna herramienta que permita a un docente comprobar, sin que haya dudas, que un texto ha sido creado a través de IA, las máquinas cuentan con una forma de expresarse muy particular; demasiado formal y repetitiva. El docente que conozca un poquito la tecnología se dará cuenta rápido del intento de engaño. Aunque ChatGPT se equivoca como cualquier máquina de su clase, su uso puede ser especialmente útil a la hora de comenzar a investigar un tema concreto o intentar aclarar posibles dudas . «Yo a mis alumnos siempre les digo que los chatbots te ayudan a desbrozar el camino. Cuando antes tenías que empezar un trabajo, y no sabías por donde arrancar a leer, ibas a Google y te salían cincuenta páginas, y eso es algo que te podía abrumar. La IA generativa puede servir para que el camino de aprendizaje esté más dirigido a través de las preguntas directas que realizas a la máquina. Así también puedes encontrar las fuentes concretas que necesitas consultar a través de enlaces», dice Rouyet. Haya Coll apunta que ChatGPT, por ejemplo, cuenta desde hace un par de meses con una versión dedicada para ser utilizada por estudiantes . Recibe el nombre de 'modo estudio' y, a través de este, la máquina comparte preguntas, pistas y sugerencias destinadas a que el joven reflexione y comprenda mejor la materia. Las respuestas que ofrece el chatbot están estructuradas para resultar asequibles y se adaptan al nivel del estudiante. «Las conversaciones están muy orientadas. Por ejemplo, le puedes pedir que resuelva problemas matemáticos o análisis de texto de forma pormenorizada. Funciona muy bien según las pruebas que he podido realizar. Es muy útil para repasar lecciones o comprender temas. Muy parecido a tener un tutor al lado», dice el experto. Los chatbots, igual que crean imágenes de la nada y responden casi cualquier pregunta, pueden ayudar a los estudiantes a completar las tareas más tediosas. Los docentes consultados apuntan que funcionan muy bien componiendo índices o bibliografías ; siempre y cuando, eso sí, el estudiante le comparta la información necesaria para llevar a cabo la labor. También pueden ser muy útiles para hacer resúmenes de los apuntes o de los trabajos realizados. Solo hay que subirlos a la herramienta y comenzar a trabajar sobre ellos a través de solicitudes escritas. Como hemos explicado, las máquinas parlantes de esta clase pueden cometer errores y ofrecer datos falsos. Por ejemplo, suelen ser bastante malas a la hora de compartir citas textuales con los usuarios , ya sean de libros o personajes. «Cuanto más trillado esté un tema, más difícil es que la IA se equivoque. Donde más me he encontrado fallos a nivel académico es a la hora de encontrar las citas. Muchas veces las aplicaciones tienen tendencia a compartirlas con el usuario sin haber realizado ninguna búsqueda en internet, inventándoselas directamente», dice el investigador del Laboratorio de Lingüística Informática de la Universidad Autónoma.