Windows 10 está a un paso de quedarse sin soporte. Casi la mitad de los ordenadores del mundo siguen confiando en él, en España aún más
Publicado el 02/09/2025 por Diario Tecnología Artículo original
En poco más de 40 días, Windows 10 dejará de recibir parches y actualizaciones de seguridad. Microsoft marcará así el final de soporte para un sistema operativo que todavía domina casi la mitad del mercado global (en España, 54%). Windows 11 lleva ya varios años en el mercado, pero el cambio ha sido más lento de lo esperado. La cuenta atrás sigue en marcha y millones de usuarios aparentemente aún no han decidido cómo afrontar el salto antes de que llegue octubre, aunque quienes estén dispuestos a pagar podrán mantenerlo con soporte extra.
Qué opciones reales tiene ahora el usuario estándar
El final de soporte no significa que tu ordenador deje de funcionar, pero sí que queda más expuesto. Microsoft ofrece tres salidas principales:
- Dar el salto a Windows 11. Si tu PC tiene el hardware necesario, la actualización es gratuita y garantiza actualizaciones y nuevas funciones. Los equipos que no cumplen requisitos tendrán que plantearse renovarse para seguir protegidos.
- Pagar por las actualizaciones extendidas (ESU). Con este plan se siguen recibiendo parches de seguridad pagando una cuota anual. Está pensado para ganar margen, no para quedarse indefinidamente en Windows 10.
- Mantener Windows 10 o explorar alternativas. Instalar Linux o usar el sistema sin soporte en entornos controlados es posible, pero exige asumir riesgos y planificar a medio plazo.
Comparar la situación de Windows 11 con la de sus predecesores ayuda a entender si este cambio tan lento es una excepción o simplemente historia que se repite. Según Statista, a los tres años y diez meses de vida Windows 11 ronda el 49% del mercado global. Windows 10, a esa misma edad, había alcanzado cerca del 57%, y Windows 7 se movía en cifras todavía más altas, alrededor del 61%. En el extremo opuesto, Windows 8.1 apenas llegó al 10%, reflejo de su tibia acogida.
Estos datos dibujan un patrón claro: Windows 11 avanza más despacio que sus predecesores exitosos, pero lidera ampliamente frente a Windows 10. Todo apunta a que la barrera de hardware, que deja fuera a millones de equipos antiguos, explica buena parte de este ritmo. No es que los usuarios se resistan por costumbre, sino que el salto a la nueva generación implica más esfuerzo que nunca, y eso se nota en las cifras globales y europeas.
El lento avance de Windows 11 se entiende mejor al mirar los requisitos que impone: TPM 2.0 y una lista cerrada de procesadores dejan fuera a millones de ordenadores que antes corrían Windows 10 sin problemas. Para muchos usuarios, actualizar implica renovar el equipo, y eso frena la transición. Existen métodos no oficiales para instalar Windows 11 en PC no compatibles, pero hacerlo conlleva riesgos. El resultado es una adopción más lenta y un Windows 10 que sigue muy vivo a las puertas de su final.

Europa y España avanzan a otro ritmo. Mientras el promedio global muestra que Windows 11 ya está presente en casi la mitad de los equipos, en el Viejo Continente Windows 10 mantiene más del 53% de cuota y Windows 11 ronda el 43,9%. España sigue ese mismo patrón (54% en Windows 10 y 42,61% en Windows 11), con cifras prácticamente calcadas. El resultado es una fotografía distinta a la global: aquí el salto de versión avanza más despacio y Windows 10 sigue siendo protagonista a las puertas de su final de soporte.

La resistencia a actualizar tampoco es inédita, aunque el contexto actual tiene matices. Windows 7 llegó a su final de soporte en enero de 2020 con una presencia todavía significativa, en torno al 27% del mercado global, pero ya superado de largo por Windows 10. Hoy la situación es distinta: Windows 11 lidera, pero Windows 10 conserva casi la mitad de los equipos, a poco más de un mes de quedarse sin parches y soporte oficial.
Imágenes | Microsoft
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