Ucrania ha encontrado la solución para producir tres veces más armas de las que puede comprar: el modelo danés
Publicado el 06/06/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Se sabía que Ucrania había levantado una industria de drones haciendo frente a la falta de ayuda. Lo que ya no se sabía era que, desde que Rusia lanzó su invasión a gran escala en 2022, la industria de defensa ucraniana había experimentado un crecimiento explosivo, multiplicando por 35 su capacidad productiva, pasando de 1.000 millones a 35.000 millones de dólares en potencial anual. El problema era ese, que el “potencial” no tenía salida por falta de financiación. Hasta ahora.
Falta de fondos. Como decíamos, este inmenso desarrollo no solo ha abarcado grandes empresas, sino también pequeños talleres que operan incluso desde garajes particulares, adaptándose a las necesidades del campo de batalla. Sin embargo, y a pesar de esa capacidad creciente, el país se encuentra limitado por la falta de financiación: el presupuesto estatal solo permite contratar unos 11.500 millones en armamento, lo que deja más de dos tercios del potencial industrial ocioso.
De hecho, empresas del sector y altos funcionarios coinciden en Insider en que, si existieran los fondos necesarios, Ucrania podría triplicar su producción armamentística, reforzando así su resistencia y reduciendo su dependencia de proveedores extranjeros. Ahora creen haber dado con la solución en Dinamarca.
El modelo danés. Para resolver esta paradoja, la industria ucraniana ha propuesto una solución ya en marcha a pequeña escala: el llamado "modelo danés". Esta fórmula, aplicada por Dinamarca desde 2023, permite a países aliados comprar directamente armas producidas en Ucrania, en lugar de enviarlas desde sus propios arsenales o adquirirlas a proveedores occidentales.
Esta vía no solo reduce los costes y acelera la entrega de material, sino que también garantiza que los soldados reciban exactamente lo que necesitan, fabricado según sus demandas tácticas y con una logística optimizada. Varios países ya se han sumado a este enfoque, y otros, como Alemania, trabajan en adaptaciones propias. Gracias a esta fórmula, Ucrania ha podido aumentar la producción de sistemas clave como el obús autopropulsado Bohdana, y dispone ya de una lista de armamento (incluyendo artillería y vehículos blindados) listo para fabricarse si se canalizan más fondos bajo el esquema.
Colaboración y alternativas. Aunque el modelo danés representa la vía más rápida y sencilla, no es la única. Serhiy Goncharov, presidente de la Asociación Nacional de Industrias de Defensa de Ucrania, y otros líderes del sector también han planteado a la Comisión Europea modelos más complejos, basados en la coproducción y en la financiación de armas ucranianas que incluyen componentes europeos.
Esta fórmula, aunque más lenta, podría ser atractiva para una industria europea que también está ampliando su capacidad ante el temor de una expansión rusa en el continente. Además, se baraja el uso de activos rusos congelados como fuente de financiación y el establecimiento de alianzas industriales para transferencias tecnológicas. Así todo, Goncharov advierte que muchos socios occidentales aún no expanden su capacidad defensiva con la urgencia que la situación requiere, y que Ucrania, por tanto, no tiene otra opción que seguir creciendo por sí sola para satisfacer sus propias necesidades.
Oportunidad estratégica. La colaboración con Ucrania no solo representa una forma de apoyar su defensa en el corto plazo, sino una oportunidad estratégica para los países aliados. La industria armamentística ucraniana, nacida y adaptada en medio del conflicto, acumula una experiencia directa en combate que es invaluable para cualquier potencia militar. Pensemos que su contacto constante con el frente permite ajustar el diseño y el rendimiento de las armas en función de las condiciones reales del campo de batalla, algo que muchas industrias occidentales no pueden replicar con la misma rapidez.
En ese sentido, asociarse con Ucrania ofrece a Europa y otras regiones una doble ventaja: fortalecer una línea de suministro esencial para Kyiv y aprender de un ecosistema militar que ha demostrado ser extraordinariamente resiliente, innovador y eficaz bajo presión. Tal y como concluye Goncharov, “no elegimos estar en guerra, pero esa es nuestra realidad”, y dentro de ella, la capacidad de producción está lista.
Imagen | Ministry of Defense
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