Si la pregunta es qué hace por primera vez un submarino nuclear de EEUU en Islandia, la respuesta es sencilla: GIUK y Rusia

Publicado el 10/07/2025 por Diario Tecnología
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Si la pregunta es qué hace por primera vez un submarino nuclear de EEUU en Islandia, la respuesta es sencilla: GIUK y Rusia

Cuando comenzó 2025 Estados Unidos repitió de forma incesante una palabra: Groenlandia. No había aparición de Trump donde no deslizara que Washington estaba interesada en hacerse con la pequeña nación, incluso por las malas. Detrás, por supuesto, había mucho más que una ocurrencia, porque la isla forma parte de un borde occidental estratégico que comparte con Reino Unido e Islandia.

Curiosamente, el primer submarino nuclear de EEUU acaba de llegar para quedarse.

Primera escala nuclear. Sí, por primera vez en la historia, un submarino de propulsión nuclear de Estados Unidos ha atracado en Islandia. El USS Newport News, una unidad de ataque rápido clase Los Angeles, llegó a Reikiavik en un movimiento que subraya la creciente importancia estratégica del Ártico en un contexto de tensiones geopolíticas cada vez más agudas.

El gobierno islandés solo comenzó a permitir la entrada de submarinos nucleares en sus aguas territoriales en 2023, y esta visita inaugural se enmarca en un patrón de cooperación cada vez más estrecho con Washington y la OTAN. La Marina estadounidense presentó el acontecimiento como un “momento decisivo” que reafirma su compromiso con la defensa colectiva y la seguridad marítima del Ártico, mientras que diplomáticos estadounidenses en Reikiavik destacaron que la operación se ha llevado a cabo en plena coordinación con Islandia, país que no posee fuerzas aéreas ni navales propias y depende del paraguas aliado para su protección.

GIUK. Lo contamos hace unos meses. El fondo geoestratégico del evento está íntimamente vinculado al llamado corredor GIUK (entre Groenlandia, Islandia y el Reino Unido), una franja de aguas clave por la que transitan rutinariamente submarinos de la Flota del Norte rusa, incluyendo los avanzados Yasen-M portadores de misiles de crucero. La ubicación de Islandia convierte a la isla en un punto de control vital para seguir a estas embarcaciones antes de que se oculten en el vasto Atlántico y representen una amenaza potencial para la costa este de Estados Unidos.

Durante la Guerra Fría, Islandia albergó a la 57.ª Ala de Caza de la Fuerza Aérea estadounidense en la base de Keflavik, así como destacamentos de vigilancia marítima con aviones P-3 Orion. Actualmente, esa vigilancia persiste con los modernos P-8A Poseidon y con cazas de la OTAN que rotan para cubrir el espacio aéreo islandés. La parada del Newport News se suma a ese entramado de defensa renovado, en un contexto donde la OTAN ha intensificado la protección de infraestructuras submarinas tras presuntos actos de sabotaje ruso en el Báltico que alertaron sobre la vulnerabilidad de cables y conducciones vitales.

Uss Newport News Iceland Visit 4 Los marineros a bordo del submarino hacen guardia mientras llegan a Reykjavík, Islandia

Y más. Como explicamos, si, pongamos que Rusia o China cruzan el corredor, su localización se volvería extremadamente difícil, tanto por las condiciones acústicas del terreno submarino como por la vastedad oceánica. Siendo así, desde esas posiciones ocultas podrían lanzar ataques con misiles contra objetivos en el este del continente americano.

De hecho y en respuesta a ello, Estados Unidos formó en 2021 el denominado como Task Group Greyhound, un grupo especializado de destructores antisubmarinos diseñados para contrarrestar esta amenaza específica. La propia Marina estadounidense advirtió en su momento que la costa este del país ya no era un refugio seguro, subrayando la urgencia de establecer puntos de vigilancia y defensa en zonas clave como Groenlandia.

La respuesta rusa. Lo cierto es que Rusia ha demostrado conocer muy bien el valor de este corredor. En 2019, organizó su mayor ejercicio naval desde la Guerra Fría, enviando al menos diez submarinos a través de la brecha GIUK completamente sumergidos, con el objetivo de alcanzar el Atlántico sin ser interceptados.

Según medios noruegos, la intención era clara: probar la capacidad de Occidente para detectar movimientos de su flota y demostrar que podía proyectar poder hasta las costas estadounidenses. Estos ejercicios también cumplen una función defensiva: impedir que fuerzas navales de Estados Unidos o la OTAN puedan operar cerca del Ártico o amenazar las bases rusas en el mar de Barents, donde patrullan los submarinos estratégicos rusos y donde Moscú consolida su creciente presencia territorial.

Una nueva etapa. Más allá de su valor simbólico, la llegada del Newport News representa un paso operativo importante para Estados Unidos: disponer de un punto de apoyo logístico para submarinos nucleares en el Ártico sin necesidad de desplazarse hasta Escocia o el norte de Noruega. La nave, equipada con doce tubos verticales de lanzamiento para misiles Tomahawk y sistemas de guerra antisubmarina y antisuperficie, aporta además capacidades de vigilancia y disuasión en una región donde Rusia ha reforzado su presencia naval y ha incrementado su actividad militar cerca de Finlandia.

La propia cancillería islandesa reconoció que estas visitas contribuyen a una vigilancia submarina continua y eficaz que protege también las infraestructuras críticas sumergidas en aguas islandesas. Desde 2023, seis submarinos estadounidenses ya habían entrado brevemente en aguas de Islandia para rotaciones parciales de tripulación, pero esta es la primera parada en puerto, producto de una normativa bilateral preparada con discreción y basada en acuerdos similares con otros países nórdicos.

Un eje emergente. La escala del submarino no es un caso aislado: en 2019, bombarderos furtivos B-2 Spirit también utilizaron Islandia como base adelantada, lo que supuso una novedad tanto para ese tipo de aeronave como para la isla. La capacidad de operar desde ubicaciones austeras se ha convertido en un principio clave de la estrategia de proyección estadounidense.

Islandia, que durante décadas desempeñó un papel secundario tras el final de la Guerra Fría, se está reposicionando como un nodo central en el dispositivo defensivo de la OTAN en el norte, especialmente frente al resurgir de la amenaza submarina rusa. Esta escala, por tanto, no es solo una operación naval, sino una declaración silenciosa pero inequívoca de intenciones: Estados Unidos contempla al Ártico como un teatro de competencia estratégica en pleno auge, y a Islandia como su nuevo bastión.

Imagen | USN

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