Se está formando un grupo de países tras la decisión de España: los que le están cerrando la puerta al F-35 de EEUU

Publicado el 11/08/2025 por Diario Tecnología
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Se está formando un grupo de países tras la decisión de España: los que le están cerrando la puerta al F-35 de EEUU

La semana pasada se conoció una noticia de gran envergadura por lo que significaba en Europa: España había dado un portazo a la flota de 50 cazas F-35 que tenía apalabrados con Estados Unidos. Las razones: la apuesta por una “defensa europea” y la desconfianza a una tecnología militar en la que Washington tiene gran influencia, incluso después de comprado el lote.

Resulta que se han sumado muchas más naciones a la “iniciativa”.

La avanzadilla: España. Lo contamos hace unos días. España ha optado por no adquirir el caza estadounidense F-35 Lightning II de Lockheed Martin y centrará sus futuras compras en aviones de fabricación europea, concretamente en el Eurofighter Typhoon y en el futuro sistema FCAS (Future Combat Air System) que desarrolla junto a Francia y Alemania.

La medida, confirmada por el Ministerio de Defensa, implica la suspensión indefinida de los contactos previos con Estados Unidos y se alinea con una estrategia de reforzar la soberanía industrial y militar europea. Según analistas como Richard Aboulafia, esta decisión encaja con la meta más amplia de Europa de reducir su dependencia tecnológica y productiva del exterior.

Un caza en el centro de otra “guerra”. Ahora, el furtivo F-35, símbolo de esa cooperación militar entre Estados Unidos y sus aliados, se ha convertido también en objetivo político para países que buscan responder a las políticas arancelarias y de seguridad de Trump. La última reacción se produjo tras la entrada en vigor de un arancel del 39% contra Suiza, lo que ha llevado a parlamentarios suizos a pedir la cancelación de su contrato de 9.100 millones de dólares por 36 F-35, firmado en 2022 para sustituir a sus F/A-18 y F-5.

Este acuerdo, inicialmente valorado en 6.250 millones, ya arrastraba tensiones por la inflación antes del choque arancelario. La controversia llega, además y como decíamos, después de que España anunciara que descartaba sus “50” F-35, y en un contexto donde otros aliados como Portugal y Canadá han expresado dudas por la fiabilidad estratégica de Estados Unidos.

Fcas Ngf Mock Up At Paris Air Show 2019 1 Maqueta del NGF y un operador remoto en el Salón de la Aeronáutica de París de 2019

Efecto dominó. Dinamarca dijo recientemente que se ha arrepentido de la compra. Portugal, a través de su ministro de Defensa Nuno Melo, ha subrayado que la previsibilidad de los aliados es un factor clave a la hora de decidir sobre futuros cazas, mientras Canadá, pese a haber comprometido fondos para los primeros 16 aparatos de un pedido de 88, estudia alternativas europeas ante el clima político.

Con todo, informes recientes indican que la cúpula militar canadiense sigue dudando si completar la adquisición total. El malestar también ha alcanzado a Suiza, donde voces de todo el espectro político piden revisar o directamente anular su compra, en línea con la creciente tendencia de usar el F-35 como palanca política frente a Washington.

El caza como negocio. Aunque Suiza represente un pedido aceptable, el impacto global sobre el negocio de Lockheed Martin es, por ahora, limitado: cientos de F-35 están en servicio con Estados Unidos y aliados, y el Pentágono prevé adquirir unos 2.400 para sustituir cazas no furtivos en las tres ramas de sus fuerzas armadas.

En 2024, JPMorgan estimó que el F-35 supondrá el 25% de las ventas de Lockheed, con el área de aeronáutica aportando el 41% de los ingresos trimestrales. Al mismo tiempo, otros clientes han ampliado pedidos: Reino Unido (+12), Bélgica (+11) y Dinamarca (+10), y el reciente acuerdo comercial USA-UE contempla compras masivas de armamento estadounidense.

F35 F35

Coste y proyección. El programa, adjudicado a Lockheed en 2001, ha sufrido críticas constantes por sobrecostes, retrasos y un coste total estimado de 1,8 billones de dólares a lo largo de su vida útil, incluyendo desarrollo, producción, operación y mantenimiento.

Pese a ello, el F-35 sigue siendo la opción de combate más avanzada disponible para los aliados de Estados Unidos y se espera que forme la columna vertebral de la flota estadounidense durante décadas, incluso mientras Boeing y el Pentágono desarrollan el F-47 de nueva generación con integración de drones autónomos. En combate real ha demostrado sus capacidades, como en operaciones israelíes recientes contra objetivos en Irán.

Comparativa “europea”. El Eurofighter Typhoon con el que algunos países proyectan parte de la sustitución es un caza polivalente de cuarta generación, fruto de un consorcio europeo. Por su parte, el FCAS aspira a ser un sistema de sexta generación con entrada en servicio prevista para 2040.

Aunque algunos expertos consideran al Eurofighter igual o superior al F-35 en rendimiento aéreo puro, reconocen que el F-35 posee una ventaja clara en aviónica y paquete de misión. Además, la producción del Eurofighter es mucho más limitada y el FCAS aún está en fase de desarrollo, lo que plantea retos para cubrir la demanda si se prescinde de plataformas estadounidenses.

Limitaciones y ajustes. En un hipotético escenario, la dependencia exclusiva de cazas europeos implicaría cambios en la estructura de fuerzas. La Armada española opera actualmente Harrier AV-8B en su portaaeronaves, que se retirarán próximamente, el F-35B era la opción lógica para sustituirlos por su capacidad de despegue corto y aterrizaje vertical, algo que ni el Eurofighter ni otros modelos europeos ofrecen.

Sin esa opción, España y los que le sigan tendrían que redefinir el papel de su portaaviones o adaptar otras soluciones. A nivel de interoperabilidad, renunciar al F-35 limita la capacidad de operar de forma homogénea con aliados que lo utilicen como estándar.

Valor estratégico frente a alternativas. Analistas de JPMorgan señalan que, pese a las críticas, el F-35 ofrece una capacidad significativa a un coste relativamente competitivo en el mercado internacional, razón por la que sigue imponiéndose en concursos. Las capacidades no tripuladas merecen inversión, pero aún están lejos de reemplazar a un caza como el F-35.

Esta combinación de potencia operativa, interoperabilidad con numerosos aliados y proyección tecnológica refuerza su posición, aunque las tensiones comerciales y diplomáticas impulsadas por la política exterior estadounidense apuntan a seguir minando la cohesión en torno a su adquisición y, quizás, a ese sorpasso “europeo” que en ningún caso puede darse a corto plazo.

Imagen | Robert Sullivan, Christopher Ebdon, Tiraden

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