Se está escribiendo menos ciencia ficción que nunca, y la culpa no la tiene ni la falta de ideas ni la falta de lectores
Publicado el 16/05/2025 por Diario Tecnología Artículo original
La ciencia ficción literaria interesa menos que nunca. Devorada por subgéneros de la fantasía con más tirón popular, como el romantasy, los libros que antes eran best-sellers garantizados ahora solo son rarezas, muestras de un género que va desapareciendo de las librerías. ¿Por qué un género que ha sido tan popular ahora languidece? ¿Qué ha cambiado desde que hace un par de décadas era el rey del mambo de la fantasía?
Las ventas caen. En un artículo sobre hábitos de lectura, The Washington Post reveló un dato singular: solo el 12% de los lectores están interesados en la ciencia ficción. Las cifras acompañan a esa caída, hasta el punto de que en lo que llevamos de década, si analizamos las cifras de ventas en Estados Unidos que proporciona Publishers Weekly, solo un libro de género se ha colado en el Top 10 de cada año: 'Balada de pájaros cantores y serpientes', muy significativamente la secuela de uno de los grandes éxitos de la década anterior, 'Los juegos del hambre'.
El poder del young adult. Nunca la ciencia ficción había vendido tanto como en las dos décadas anteriores, y todo gracias a las variantes distópicas y juveniles del género: 12 libros se colaron en las listas de best-sellers de la década de los 10 y en los primeros diez años del siglo, con sagas como 'Los juegos del hambre', 'Divergente', 'The Host' y 'Un pliegue en el tiempo'. También hubo espacio para la ciencia ficción adulta, sin duda empujada por este estado receptivo para el género, especialmente obras de grandes nombres como Stephen King o Michael Crichton.
Y ahora, al romantasy. Lo que tiene todo el sentido: sencillamente los mismos lectores que aupaban a lo más alto las distopías juveniles ahora están interesados en géneros como la fantasía ligera y el romantasy... y es lo que ocupa los puestos más altos. En los dos últimos años, libros y sagas del género como 'Alas de sangre', 'Una corte de rosas y espinas' o 'Sangre y ceniza' han dominado casi en su totalidad (especialmente los años 2023 y 2024) las listas. Autoras como Rebecca Yarros o Sarah J. Maas repiten, año tras año, con una frecuencia que solo estaba al alcance de los mencionados King o Crichton.
Avalancha mediática. Este cambio de intereses dentro del género fantástico de los lectores que propulsan las ventas es el motivo más inmediato para la bajada de la ciencia ficción en las listas de ventas, pero hay otras causas más endémicas, no tan aparentes. Una de ellas es el ecosistema mediático: el gusto del público por las historias de ciencia ficción se sacia con películas y series, más rápidas y menos exigentes de consumir. Por contradictorio que pueda parecer, la relevancia absoluta de la fantasía y la ciencia ficción en el mainstream audiovisual ha jugado en contra de los libros: ¿quién quiere leer sagas de ciencia ficción si en el cine lo tiene plasmado de forma más espectacular?
La distopía está aquí. Desde una perspectiva más sociológica el interés en la ciencia ficción puede haberse disipado porque la realidad ha adelantado a cualquier ficción. Es una broma amarga recurrente hablar de cómo la realidad ha sobrepasado antes de lo previsto a futuros pesimistas, como los presentados en 'Blade Runner' o 'El cuento de la criada'. Con la sensación de futuro truncado que se presenta a la Generación Z, es normal que el escapismo romántico de 'Alas de sangre' sea preferible a los recordatorios de que '1984' se ha hecho realidad adelantándonos por la derecha y sin que pillemos la ironía.
Crisis creativa. A todo esto se suma la crisis creativa que atraviesa la cultura actual y el género fantástico en particular. La mayoría de las producciones que triunfan en taquilla y en las ventas de libros son secuelas o pertenecen a franquicias. La ciencia ficción siempre ha sido un género que se ha alimentado del riesgo, de la innovación y de las nuevas ideas y con este panorama, es normal que se encuentre estancado. Lo contaba un clásico como Orson Scott Card ('El juego de Ender') en un artículo titulado '¿Estamos ante el fin de la ciencia ficción?': se dice que "se han escrito todas las historias realmente buenas que eran posibles dentro de la ciencia ficción".
¿Hay salvación? El propio Orson Scott Card detalla en ese artículo que un posible problema del género es que la ciencia da pie a formatos menos narrativos, como los viajes espaciales o las guerras estelares. Ahora la ciencia se centra más en aspectos "teóricos, o sub-microscópicos, o trans-cósmicos". Pero en esos apartados donde surgen autores tan interesantes y renovadores como Greg Egan, Liu Cixin o Ted Chiang, quizá alejados de los gustos del gran público, pero más que capacitados para hacer que el género permanezca vivo. Y quizás esa sea la clave: qué más da si se entra o no en las listas de superventas, mientras el género siga innovando
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