Saber si un móvil aguanta las caídas o resiste al agua es imposible a simple vista. Esta nueva etiqueta quiere solucionarlo
Publicado el 20/06/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Llegó el día. Desde hoy, 20 de juniode 2025, todos los móviles y tablets tendrán que tener la etiqueta energética. Sí, esa misma etiqueta que estamos acostumbrados a ver en todo pequeño y gran electrodoméstico de casa. Esta regulación entró en vigor el pasado 20 de septiembre, pero no ha sido hasta ahora que la vigencia ha sido plena. Desde hoy, si un fabricante quiere vender sus móviles y tablets en territorio europeo tendrá que añadir la etiqueta en la caja.
Es un cambio interesante y que empezaremos a notar más pronto que tarde en los lineales de las tiendas de electrónica y webs. Así pues, vamos a repasar todo lo que hay que saber de esta etiqueta, qué significa cada símbolo y qué contempla el Reglamento sobre diseño ecológico que también entra hoy en juego.
A qué dispositivos afecta. De acuerdo al Reglamento (UE) 2023/1669 de la Comisión de 16 de junio de 2023, esta nueva regulación será de aplicación a móviles (con pantalla táctil de entre cuatro y siete pulgadas), teléfonos fijos inalámbricos y tablets (con pantalla táctil de entre siete y 17,4 pulgadas). Esos dispositivos tendrán que tener desde ahora su etiqueta energética a.k.a. EPREL (siglas de European Product Registry for Energy Labelling).

Cómo es la etiqueta. Prácticamente idéntica a la que puedes encontrar en cualquier electrodoméstico y similar a la que puedes ver sobre estas líneas. Hay varios símbolos y sus significados son los siguientes:
- Un código QR con un enlace proporcionado por el fabricante a información relacionada con el producto.
- La marca comercial del dispositivo. Si el móvil es Samsung, "Samsung".
- El identificador del modelo en concreto. Por ejemplo, el Samsung Galaxy S25 Ultra de 256 GB es el SM-S938BZBDEUB.
- La escala de eficiencia energética: "A" es la máxima puntuación posible y "G" es la peor.
- El nivel de eficiencia del dispositivo de acuerdo a la escala anterior.
- La autonomía de la batería por ciclo medida en horas y minutos por carga completa de la batería. Es decir, cuánto le dura la batería al móvil.
- La fiabilidad del dispositivo en caída libre: "A" es la máxima puntuación posible y "E" es la peor.
- La reparabilidad del dispositivo: "A" es la máxima puntuación posible y "E" es la peor.
- Ciclos de carga soportados por el teléfono hasta que la batería alcanza el 80% de sus capacidad máxima. Dicho de otra forma, la tasa de degradación de la batería.
- Clasificación de resistencia a agua, polvo y sumergibilidad. Para este indicador se utiliza el certificado IP.
- El número del reglamento. En este caso, "2023/1669"
¿Dónde se mostrará? La etiqueta debe medir al menos 68 x 136 milímetros, por lo que probablemente la encontremos en la parte trasera de la caja de los dispositivos. Sin embargo, la etiqueta debe ser visible en los lineales y productos expuestos, así que seguramente también la encontremos impresa cerca de la plaquita con la información y el precio del terminal. En las webs, el enfoque es el mismo que con los electrodomésticos: subir la etiqueta como una foto de producto más y adoptar el formato reducido para la previsualización.

Cómo se mide todo esto. El reglamento europeo establece que se "efectuarán mediciones y cálculos utilizando las normas armonizadas cuyos números de referencia hayan sido publicados en el Diario Oficial de la Unión Europea u otros métodos fiables, precisos y reproducibles que tengan en cuenta los métodos más avanzados generalmente aceptados". Mientras estas normas llegan, se han establecido otros métodos de ensayo transitorios.
Por ejemplo, la capacidad asignada y autonomía de la batería en ciclos se mide respecto a la norma IEC EN 61960-3:2017, la resistencia al rayado en base a la norma EN 15771:2010, la resistencia a caídas accidentales en función de la IEC 60068-2-31, caída libre repetida – procedimiento 2, etc. Todo esto viene detallado en el anexo IV Bis del reglamento. No es algo "aleatorio" o que cada marca pueda hacer como quiera.

¿Y si se redondea de más? De hecho, el reglamento contempla la posibilidad de que una marca falsee los datos. El anexo IV establece que los fabricantes no deben diseñar sus dispositivos para que cambien su comportamiento si detectan que están siendo sometidos a ensayo, ergo que están siendo investigados. De detectarse, el dispositivo no pasaría la certificación y no podría venderse en nuestras fronteras. ¿Cómo medir eso? Con unas tolerancias comunes.
Supongamos que un país decide comprobar si lo que dice la marca X sobre la autonomía por ciclo es cierto. Al hacer la prueba, que ya sabemos que es estándar, el valor obtenido no puede ser inferior al valor declarado en un +3%. Si la marca asegura que la batería aguanta 60 minutos, pero la prueba determina que aguanta 50 minutos, el dispositivo no cumple con las tolerancias (en este caso el máximo aceptable sería de 58,2 minutos) y, por lo tanto, no cumple con el reglamento. Todo esto, de nuevo, viene detallado en el documento.

Que los dispositivos aguanten más. Otro aspecto interesante es que la regulación establece una serie de mínimos en el llamado Reglamento de diseño ecológico. Este impone a los fabricantes algunas cifras que juegan a favor del consumidor, que ponen sobre la mesa no pocos desafíos y que, seguramente, den que hablar en los próximos meses. Los puntos principales son los siguientes:
- Resistencia a caídas: los móviles tendrán que aguantar 45 caídas desde un metro de altura sin funda ni protector. En el caso de los plegables, 35 caídas cerrados y 15 abiertos (siempre con la lámina que viene preinstalada).
- Resistencia a rayados: los móviles deben tener una dureza mínima de nivel cuatro en la escala de Mohs. Esto, evidentemente, no aplica a los plegables.
- Resistencia al agua y al polvo: los móviles, todos, deben ser resistentes a objetos de más de un milímetro de grosor y a salpicaduras de agua. Sería el equivalente a un IP42 o IP43.
- Autonomía de la batería: tras 800 ciclos de carga, la capacidad de la batería debe ser del 80% o más con respecto a la capacidad original. En ese sentido, los fabricantes tendrán que permitir que el usuario limite por software la carga máxima de la batería al 80%.
- Actualizaciones del sistema operativo: desde que el móvil se lance al mercado, el fabricante tendrá que ofrecer al menos cinco años de "actualizaciones de seguridad, actualizaciones correctoras o actualizaciones de funcionalidad". El problema es que la regulación no establece que sean cinco años de actualizaciones mayores (de Android 15 a Android 16, 17, 18...), sino que parece ser suficiente con ofrecer cinco años de soporte en general. Por ejemplo, tres años de actualizaciones mayores y dos más de parches de seguridad.
- Reparabilidad: los fabricantes tendrán que garantizar piezas de recambio durante al menos siete años desde que el producto deje de venderse. Entre las piezas están la batería, los módulos de cámara, el puerto de carga, los botones mecánicos, el módulo de bisagras, el mecanismo de plegado de la pantalla o la bandeja para la SIM. Estas piezas, además, deberán entregarse rápido (entre cinco y diez días) y deberán poder instalarse, por lo general, con herramientas disponibles en el mercado (nada de tornillos propietarios, por ejemplo) y de forma fácil. Depende del repuesto, pero la idea es la misma en todos: reparar un móvil o una tablet debe ser posible y fácil.

¿La parte positiva? Que desde ahora podremos tomar decisiones de compra más informadas y los fabricantes tendrán que ofrecer cosas que, de momento, podían no ofrecer. No es ningún secreto que los terminales de corte más económico no se actualizan al ritmo que deberían, se degradan a mayor velocidad y no ofrecen resistencia al agua. Con la nueva regulación tendremos, al menos, una garantía de mínimos.
¿El problema? Sobre el papel, la idea es buenísima. La realidad, sin embargo, es diferente. El tiempo dirá, pero que un fabricante tenga repuestos para todos los modelos lanzados durante un año durante los siete años posteriores a su lanzamiento es complejo. También habrá que ver en qué se materializan los cinco años de actualizaciones en los móviles y tablets más modestos cuyos componentes pueden no aguantar bien el paso del tiempo. Y sobre todo, si todas estas regulaciones no acabarán suponiendo un aumento en los precios de los dispositivos.
Imagen de portada | Xataka
utm_campaign=20_Jun_2025"> Jose García .