Rusia sueña con dominar el millonario mercado porcino de China. Pekín acaba de ponérselo más fácil a costa de la UE
Publicado el 08/09/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Pekín ha decidido reforzar su presión sobre el sector porcino europeo en una velada represalia a las tasas aplicadas por Bruselas a los coches eléctricos 'made in China'. Y planea hacerlo a lo grande, añadiendo aranceles de hasta el 62,4% a las exportaciones de carne de la UE. En España la patronal ya ha matizado que sus empresas pagarán solo un 20% (alguna incluso menos), pero si hay un país que puede mirar con satisfacción la decisión de China no es España, sino Rusia.
Al fin y al cabo Moscú lleva tiempo queriendo ganar cuota de mercado en Asia.
¿Qué ha pasado? Que el porcino europeo ha arrancado septiembre con turbulencias. Turbulencias que afectan además a uno de sus grandes mercados: China. El viernes el Ministerio de Comercio del gigante asiático anunció que desde este miércoles impondrá aranceles provisionales de hasta el 62,4% a una serie de productos y subproductos porcinos, todo un mazazo para el sector comunitario, que cada año vende en China miles y miles de toneladas de carne de cerdo.
Según la plataforma especializada Pig333, solo durante el primer trimestre de 2025 la UE exportó más de 1,1 millones de toneladas a países situados fuera del club comunitario. Entre las naciones que más aportaron a esa cifra figuran España, con el 35% de las exportaciones, seguida de Países Bajos, Dinamarca y Polonia. En el otro extremo de la cadena, el del destino de la carne, se sitúa China, que se hizo con 296.500 toneladas, casi el 27% del total. Le siguen Reino Unido y Filipinas.

¿Qué significa esa tasa del 62,4%? La cifra es contundente, pero la política arancelaria de Pekín no afectará por igual a todos los países de la UE. De hecho Interporc, la Organización Interprofesional Agroalimentaria del Porcio de Capa Blanca, destaca que la industria española será la mejor parado de Europa. Aunque la tasa efectivamente alcanzará el 62,4% para las empresa de otros países de la región, la patronal matiza que para las firmas locales esa penalización será bastante menor: del 20%, o incluso inferior en algún caso concreto.
¿Y cuál es el motivo? Efe precisa que los mayores aranceles, de hasta el 62,4%, se aplicarán a las empresas que no colaboren con las autoridades chinas. Las que sí lo hagan verán cómo esa tasa baja al 20%, el porcentaje que deberán afrontar El Pozo, Noel, Campofrío, Cárnicas Cinco Villas, Fiselva o Sánchez Romero Cavajal.
La foto general es sin embargo algo más compleja: China prevé hacer ciertas excepciones con las empresas que su delegación ha tomado a modo de muestra para su investigación. Entre ellas figuran la holandesa Vion, que afrontará un arancel del 32,7%; la danesa Danish Crown, que asumirá una tasa del 31,3%; y la española Litera Meat, con sede en Huesca, la más favorecida con un 15,6%.
¿Por qué esas tasas? En gran parte por la automoción. Quizás la industria cárnica y la del automóvil no tengan mucho que ver, pero si hablamos de política económica, flujo comercial y aranceles las cosas cambian. Cuando Bruselas decidió subir sus tasas a los coches eléctricos 'made in China', Pekín reaccionó apuntando a uno de los sectores europeos que más depende del gigante asiático, el porcino.
¿Cómo? El Gobierno de Xi Jinping inició una investigación 'antidumping' centrada en las importaciones de cerdo de la UE, un proceso con el que, alega China, quiere evitar la supuesta competencia desleal que afecta a sus propias empresas.
Esas pesquisas se iniciaron en 2024, pero en junio Pekín decidió ampliar la investigación hasta al menos mediados de diciembre. Una vez finalice el proceso el Gobierno anunciará los aranceles permanentes, pero hasta entonces ha optado por tasas temporales. Como recuerda el Ministerio de Comercio, su estudio preliminar identificó un caso de dumping relacionado con la carne de cerdo procedente de la UE, lo que habría causado "un perjuicio importante" a las empresas chinas.
¿Tan grave es? No es casualidad que Pekín se haya fijado justo en ese sector. China es un productor importante de porcino, pero también un enorme gigantesco mercado que importa cada año cientos de miles de toneladas de carne, un flujo que genera a su vez miles de millones de dólares. Y ese mercado la UE (y sobre todo países con amplias cabañas ganaderas, como España) juega un papel clave.
Pese a haber reducido ligeramente sus compras, en 2024 el gigante asiático se mantuvo como el principal destino de la carne de cerdo comunitaria, con un flujo de 1,12 millones de toneladas. En 2020, cuando el sector del país quedó afectado por la peste porcina africana, ese dato llegó a elevarse a 3,34 millones.
En el caso concreto de España, que junto a Alemania y Francia juega un rol fundamental en la industria porcina europea, las cifras son igual de elocuentes. "China es el principal mercado de destino para la carne y subproductos del porcino español. En 2024 las exportaciones hacia este país alcanzaron las 540.000 t, con un valor superior a los 1.097 millones de euros, lo que representa casi el 20% del volumen total exportado y el 12,5% del valor de las ventas", recuerda Interporc.
¿Es malo para todos? No. Hay un país que probablemente vea con expectación las tensiones comerciales entre China y Europa, sobre todo si hablamos del sector porcino: Rusia. Moscú estuvo apartado del apetitoso (y millonario) mercado chino durante cerca de una década y media debido a las restricciones sanitarias aplicadas por Pekín en 2008 para protegerse de la peste porcina africana. Ese veto se rompió en marzo de 2024, cuando Rusia logró enviar una primera partida de 27 toneladas de cerdo al gigante asiático. Era una cantidad modesta, cierto, pero todo un éxito para Rusia, que llevaba años intentando abrirse hueco en el mercado chino.
El pasado julio las exportaciones rusas de carne de cerdo con destino China alcanzaban ya los 12,4 millones de dólares, según Echemi, que asegura que esa cifra supone un incremento del 22% con respecto a junio. No es la única señal de que Moscú está logrando recuperar terreno en el mercado asiático. Hace solo unos días la agencia Intefax reveló que el Kremlin espera que Pekín aumente el número de empresas rusas autorizadas para exportar carne a China, una posibilidad que mira con optimismo. "Nos estamos comunicando con Aduanas y mantiene una postura muy constructiva", celebró la ministra del ramo, Oksana Lut.
¿Es importante? Sí. Europa tiene un peso relevante en el mercado porcino chino, pero Rusia es ambiciosa y quiere ganar una mayor cuota de mercado, algo que no duda en reconocer abiertamente el sector. "Para nosotros estas tensiones comerciales representan una oportunidad de mostrar nuestra competitividad en el mercado chino", explicaba hace un año Yuri Kovalyov, de la industria porcina rusa, precisamente a raíz de las tensiones comerciales entre Pekín y Bruselas.
"Si fuera necesario podríamos satisfacer plenamente la demanda de carne de cerdo importada de Europa. En tres años podríamos suministrar un millón de toneladas o más al año", se expresaba de forma aún más rotunda Dmitri Reva, experto en el mercado de consumo ruso, en un artículo publicado por The China Academy.
Imágenes | Deepthi Clicks (Unsplash), /Ricardo (Unsplash) y Pascal Debrunner (Unsplash)
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