Poner la piscina a punto para verano es un horror. Este año lo he dejado en manos de un robot autónomo y esta ha sido mi experiencia
Publicado el 31/05/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Los robots que nos acompañan día a día molan mucho menos que los que veíamos en pelis de ciencia ficción, pero son tan útiles que han conseguido hacerse un hueco en casa. Los robots aspiradores han llegado para quedarse y, de las primeras generaciones ‘tontas’ que cambiaban de rumbo al chocar con algo, hemos pasado a robots con sensores LIDAR que mapean nuestra casa para limpiar de manera mucho más eficiente.
Ahora esos robots quieren salir al jardín y cada vez vemos más modelos de robots cortacésped como el Segway Navimow H1500e o el Dreame Roboticmower A2. Pero tan aburrido como cortar el césped es limpiar la piscina, y la propia Dreame tiene una propuesta: un robot limpiafondos que es como la ‘roomba’ de la piscina. Se trata del Dreame Z1 Pro y, tras unas semanas con él, te cuento mi experiencia con muchas luces, pero también alguna que otra sombra que hay que tener en cuenta.
Índice de Contenidos (6)
Ficha técnica del Dreame Z1 Pro
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Dreame Z1 Pro |
---|---|
Dimensiones y peso |
47,03 x 42,40 x 28,13 cm 16,78 kg |
Mapeado y navegación |
Sensor doble PoolSense Mapeo de superficie |
Evasión de obstáculos |
Sí |
Potencia de succión |
30 m3/h |
Superficie de limpieza |
Hasta 200 m2 |
Tipo de cepillo |
Doble (delante y detrás) |
Modos |
Limpieza de suelo Limpieza de paredes Limpieza de línea de flotación Limpieza total |
Filtro |
Forma de cesta Nylon Atrapa partículas hasta 180 micras |
Control |
Selección de modos desde el robot Selección de modos desde la app Limpieza programada Manual mediante el mando LiFi |
Batería |
Hasta 4 horas de autonomía Carga magnética Carga entre 4 y 6 horas |
Precio |
DREAME Z1 Pro Robot Limpiapiscinas Sin Cable, Detección de Avanzada de Piscinas y Planificación de Rutas, Potente Succión en Suelo, Paredes y Línea del Agua, Piscinas de 200 ㎡, Elevadas y Enterradas
La ‘roomba’ de la piscina
Algo que me gustó en cuanto abrí la caja es el diseño. Sé que es lo de menos en un robot de este estilo, pero se nota que hay una intención por parte de la compañía a la hora de crear una línea entre sus productos. Es como su cortacésped, pero con rodillos. La caja es muy voluminosa, pero realmente el Z1 Pro no es tan grande.

Sí, es pesado, algo más que un limpiafondos convencional debido al sistema de baterías. Para transportarlo y sacarlo de la piscina cuenta con un asa que está integrada en el cuerpo y que da muchísima seguridad.
Al abrir la caja, además del robot encontramos el cargador magnético, un gancho de recuperación con el sistema de anclaje estándar para los palos de limpieza de piscinas y algo exclusivo de la versión Pro: un mando control remoto con tecnología LiFi. Entraré más tarde en esto porque tiene su miga.

Y el diseño del propio robot, más allá de esa estética futurista, no esconde mucho misterio. En la zona superior tenemos el botón de encendido y uno más grande que nos permite elegir el modo de limpieza sin usar el móvil. Al lado, está el puerto de carga magnético que es muy cómodo porque son tres pines que enganchamos al cargador… y listo.

Las dos rendijas circulares son el sistema de salida de agua y lo que vale la pena aprender es el sistema de indicaciones por LED. Dependiendo del color y la posición, la barra nos indica en qué modo de limpieza está configurado, el nivel de carga y si estamos en modo manual o automático. Respecto a los modos de limpieza, no hay que aprenderse las posiciones porque los dibujos lo indican con claridad.

En esa misma parte superior tenemos la tapa del filtro, que se levanta pulsando un botón en la trasera y nos da un acceso facilísimo a una cesta de nylon que se limpia con mucha facilidad y, según el fabricante, es capaz de atrapar partículas de hasta 180 micras (0,18 milímetros). En una piscina convencional nos da un poco igual, pero en una piscina salada es posible que atrape algunos granos y habrá que vigilar más los niveles.


En el frontal tenemos uno de los sensores ópticos y los rodillos frontales de goma. El segundo sensor está en uno de los laterales y, en la parte inferior únicamente tenemos la zona de succión con una tapa de goma que es la que deja pasar la porquería, pero impide que salga. No tiene un cepillo de cerdas ni nada así, por lo que el mantenimiento es muy sencillo.
App para dejarlo -casi- a su bola
Y, hablando de sencillez, la configuración y puesta en marcha es una delicia. El Z1 Pro que hemos probado vino con un 30% de batería y, en cuanto lo encendimos y emparejamos a la aplicación de Dreame, se puso a actualizar. Estas semanas de uso hemos recibido un par de actualizaciones que mejoran prestaciones, sobre todo, de navegación, y hay dos cosas a tener en cuenta.

La primera es que, para esa primera configuración, es necesario que el robot tenga acceso al WiFi de casa. El motivo es que es de donde baja las actualizaciones, pero una vez configurado y actualizado, el resto de la conexión irá directamente a nuestro móvil vía Bluetooth.
La aplicación de Dreame es sencilla, y eso tiene su lado bueno y su parte no tan buena. Es positivo porque, una vez emparejado (aunque la primera pantalla me apareció en alemán, al dar a “siguiente” se tradujo al castellano) en la pantalla principal tenemos los controles e información muy a la vista.
Vemos si está conectado al Bluetooth y al Wi-Fi (red 2,4 GHz, ojo), el nivel de batería indicado bien grande, un botón para iniciar la limpieza y detenerla (que no tiene mucho sentido y ahora veremos el motivo), una pestaña para programar la limpieza si lo queremos dejar dentro del agua incluso cuando haya terminado y una ventana de ajustes de limpieza.

Ahí podemos configurar los mismos modos de limpieza que podemos programar de forma manual con uno de los botones del robot:
- Limpieza total.
- Sólo suelo.
- Sólo paredes.
- Sólo línea de flotación.
Echarlo a andar, como digo, es tan sencillo como elegir el modo, meterlo en el agua justo como nos indica la aplicación cuando le damos a “Iniciar” y listo. Ahora bien, podemos profundizar un poco más en los modos de limpieza gracias al “Modo Laboratorio” de los ajustes de la aplicación.
En este menú hay varias configuraciones útiles. Una de ellas que te recomiendo activar si no lo está de serie es el “Aparcamiento automático”. En mi caso, ya estaba activada, y básicamente hace que el robot suba a la línea de flotación cuando termina de limpiar o cuando le quede un 10% de batería para que podamos cogerlo fácilmente. No hay que estar pendiente: cuando termina o sube para que lo recojamos, nos manda una notificación al móvil y al Apple Watch.

Y luego tenemos el “Modo Laboratorio”. Aquí Dreame nos dice que lo activemos bajo nuestra responsabilidad porque son funciones que están desarrollando, pero realmente lo peor que puede pasar es que el robot se confunda en algún momento y nos toque recogerlo con el gancho. Lo cierto es que no entiendo cómo todas estas funciones no vienen activadas de serie y no en forma de beta, ya que son básicas.
Una es la limpieza en plataformas de bronceado en las que el agua no lo cubre. Esa veo bien que sea experimental porque los sensores pueden confundirse y necesita más entrenamiento, pero luego hay tres que deberían estar preactivadas. Son la limpieza en condiciones extremas (cuando está más sucia como puede ser un primer arranque de temporada), una mejor detección de obstáculos, y la visualización y gestión de mapas.

Con esta función, podemos dividir nuestra piscina en zonas y, si bien es algo no muy útil en piscinas convencionales con forma rectangular, para formas más creativas o para piscinas tipo ‘foso’ que rodean una casa sí es útil para gestionar cada zona. Algo importante antes de pasar a la experiencia: la conexión entre el móvil y el robot es, como digo, vía Bluetooth, por lo que debes pensarte muy bien qué quieres que limpie cuando lo metas porque, una vez en el agua, la conexión se pierde.
Y por eso decía que el botón de cancelar la limpieza no tiene mucho sentido porque, seguramente, no te hará ni caso. Intentando comunicarme con el robot cuando estaba en una zona de unos 90 centímetros de profundidad, pasaba de mí.
Experiencia de uso
Dicho esto, tengo que decir que he probado el Dreame en dos escenarios muy diferentes. El primero, y reconozco que me lancé a la aventura, es una piscina que parecía una ciénaga. Llevaba tapada desde septiembre del año pasado, pero aun así se habían colado algunas hojas que se habían descompuesto y había muchas, muchas algas.


No se veía el fondo, pero aun así lo tiré a ver de qué era capaz viendo que tenía ese modo óptimo para condiciones complicadas y… lo dejé a su bola. Gracias a sus luces y al polvo que levantaba, podía ver dónde estaba más o menos y me di cuenta de algo interesante: la detección de obstáculos funcionaba a la perfección.
Bordeó tanto las luces de las paredes como un limpiafondos tradicional que dejamos metido en la piscina a ver qué pasaba y si era capaz de esquivarlo incluso con el agua tan turbia. Pudo sin problema, pero te reconozco que la siguiente hora y media la pasé con algo de miedo pensando que tendría que meterme al agua a por él.
Había momentos en los que no se notaba la ondulación de la superficie y me preguntaba si se había apagado, congelado o atascado, pero de vez en cuando aparecía por las paredes, así que todo iba bien. No dejé que terminara la tarea y, en una de sus limpiezas de pared, lo agarré para ver qué había sacado del fondo.
El cesto estaba emponzoñado, repleto de bichos y elementos en descomposición. De ahí podía salir algo que originara una nueva pandemia global, pero tras un manguerazo, el filtro quedó como nuevo. Y que el interior sea tan simple me gustó: los rodillos de goma estaban perfectamente limpios y en el interior, la única suciedad se había acumulado en el cesto.

Lo dejamos dándose algún que otro baño más ya más tranquilos porque sabíamos que no se apagaba y tenía batería de sobra. ¿Lo malo? Realmente no sabía hasta qué punto estaba limpiando. Es decir, porquería sacaba, pero no veía el fondo, así que era imposible ver hasta qué punto, pero con siguientes pasadas y una semana de tratamiento de agua, empezamos a ver los frutos: realmente se notaban esas pasadas del limpiafondos, y para un primer arranque de piscina, el trabajo había sido muy bueno.
Mi sensación es que es más un robot de mantenimiento que de un arranque de temporada debido a que el filtro se llena con facilidad y tienes que estar más pendiente, por eso probé en la piscina del vecino. Aquí la cosa cambiaba: agua salada y mucho más limpia, un escenario ideal para permitir ver cada pasada y, sobre todo, qué saca en el cestillo.
En esta piscina ya pude ver cómo opera este robot, y considero que lo hace de una forma muy poco eficiente. Me explico:
- Sólo suelo: aquí, bien. Cuando lo dejas, en mi caso da una primera vuelta al perímetro para reconocerlo y luego se pone a limpiar en S. No he visto que repita zonas, pero sí que se deja un margen considerable en la zona inclinada entre el suelo y la pared, algo que limpia al final del todo.
- Sólo paredes y línea de flotación: bien también cuando ya ha reconocido la piscina. Hay algún momento en el que parece que resbala, pero no sé hasta qué punto está resbalando o pasando los rodillos con intensidad sin avanzar. Pero bueno, lo hace correctamente.
- Limpieza total: aquí es cuando pincha no porque no limpie bien, sino porque se ha mostrado muy poco eficiente. En un limpiafondos convencional sin baterías, esa eficiencia da exactamente igual, pero en uno con batería, cuantas menos pasadas haga, mejor para su vida útil. El problema con este modo es que, primero limpia el suelo, luego limpia poco a poco toda la unión entre el suelo y las paredes en forma de N (subiendo un poquito por la pared y volviendo a bajar, así durante todo el perímetro) y, por último, las paredes. Sería mucho más fácil limpiar en ‘S’ en 3D, por llamarlo de alguna manera: empezando por la superficie y bajando en línea recta hasta el extremo contrario, repitiendo el patrón por toda la piscina. A nivel de batería y tiempo, es poco eficiente.

Cuando termina, lo ya comentado: sube a la línea de flotación y se queda ahí pegado esperando que lo recojas. Pero… ¿qué pasa si quieres controlarlo tú? Pues, para eso, tenemos el mando. Y aquí también hay luces y sombras. La tecnología es mediante un haz de luz que se comunica con la zona fotosensible de la zona superior del robot, y tengo que decir que en la piscina con agua verde no atendía a mis órdenes. No me hacía caso ni en las zonas poco profundas.
En la piscina con agua más clara, puedo usar el mando sin problema, y lo cierto es que es muy útil para conducirlo tú cuando quieres que pase por una zona concreta y para terminar la limpieza. Es un control remoto muy sencillo, pero que no siempre funciona.


Los mandos de dirección van a la perfección y hay poco retardo entre tu orden y el movimiento del robot. El botón de pausa también funciona bien, pero hay uno que es el que más me interesa y que no he logrado que funcione ni una vez: el de volver a la línea de flotación para “aparcarse”. Supuestamente, cuando el robot está en modo manual, pulsando ese botón sube para que lo podamos recoger, pero no he logrado que atienda esa orden.
Para poder hacerme con él antes de que termine la limpieza programada, he tenido que pasar al control manual y apuntar a las paredes con el botón de avance hasta que se queda ahí y puedo sacarlo del agua. Es algo que, entiendo, pulirán con siguientes versiones, pero me choca que la función que considero más útil del mando sea la que no me ha funcionado ni una vez.
Autonomía
Algo fundamental en un dispositivo como este es el tiempo que permite que nos olvidemos de él. Dreame nos dice que la autonomía es de hasta cuatro horas, pero esto depende de muchísimos factores y, sobre todo, de qué está limpiando. Por ejemplo, en una primera pasada, limpiando 99 m² en casi una hora, la batería que gastó fue de un 38%. No es demasiada, pero se limitó al suelo. La cosa cambia cuando metes paredes en la ecuación.

En ese caso, necesita una mayor potencia de succión y el cálculo es un 1% cada dos minutos, más o menos. Tras mi experiencia, para las primeras pasadas al arrancar la piscina esta temporada hay que tener un ojo puesto en el robot, ya que gasta una mayor cantidad de batería. Para el resto de pasadas, las de mantenimiento, es más factible dejarlo a su aire.
De hecho, ahí ya depende de cuánto mantenimiento necesite tu piscina, pero en mi caso, con una pasada semanal se mantiene bien al estar bien aislada y lo saco cada vez que termina de limpiar. En una que recoja más porquería, puede que interese dejarlo dentro con programación para que limpie el suelo las veces deseadas.
El problema aquí es que no es como un robot aspirador o un cortacésped: no tiene una base a la que volver, por lo que no permite esa automatización total, pese a la programación de limpieza, de la que sí son capaces otros robots. Además, no podemos poner a cargar el dispositivo en cuanto lo saquemos del agua, ya que los pines deben estar bien secos.

¿Y cuánto tarda la carga? Es lenta. El fabricante indica entre cuatro y seis horas, pero en nuestro caso, de un 20% hasta el 100% han sido casi cinco.
Dreame Z1 Pro, la opinión de Xataka
Llegamos al final del análisis del Dreame Z1 Pro y lo que tengo que decir es que creo que Dreame ha planteado una buena estrategia. Si estás pensando en domotizar tanto la casa como el jardín, la compañía china ha traído propuestas para cubrirlo todo. El Dreame X50 Master es un robot aspirador inteligente con un muy buen mapeo de casa y buena autonomía, el Roboticmower A2 para el césped es una muy buena opción de mantenimiento y el Z1 Pro es un buen compañero para la piscina.

Sin embargo, tras estas semanas aclimatando y manteniendo la piscina, debo decir que, de momento, el más incómodo de todos es, precisamente, el limpiafondos. En casa pones el robot y te olvidas. El cortacésped se puede programar y no tienes que hacerle caso, pero aunque el Limpiafondos también tiene sus horarios, hay algo fundamental que no termina de convencerme y es lo que comentaba en el anterior apartado: no se carga él solito.
Cuando solucionen esto, será un dispositivo muy interesante como compañero de piscina debido a que te quitas los cables y es factible dejarlo puesto incluso cuando te estás bañando debido a eso mismo: él va a su ritmo sin cables que nos molesten. Hace bien su labor y me sorprendió la cantidad de porquería que sacó en esa primera pasada en la piscina desatendida. La batería aguanta bien para una limpieza de suelo, es resistente al agua salina y la aplicación me parece apta para cualquier tipo de usuario.

Ahora bien, considero que el software tiene margen de mejora. Con varias actualizaciones, el robot sigue sin responder a la orden de que suba a la línea de flotación para recogerlo y, además, la limpieza de esa unión entre paredes y suelo me parece muy poco eficiente, algo que no me molesta tanto por el tiempo que emplea sino por la batería que consume en el proceso.
Por lo demás, creo que si tienes que cambiar de limpiafondos porque el tuyo ha quedado desfasado o tiene un problema, es una muy buena opción por su mantenimiento tan sencillo y porque lo que tiene que hacer, recoger porquería, lo hace muy bien. Pero si tienes jardín con césped y piscina y no tienes un robot cortacésped, yo invertiría antes en este último porque quita mucho más trabajo. Y puede que, mientras, avancen las estaciones de carga submarinas.
DREAME Z1 Pro Robot Limpiapiscinas Sin Cable, Detección de Avanzada de Piscinas y Planificación de Rutas, Potente Succión en Suelo, Paredes y Línea del Agua, Piscinas de 200 ㎡, Elevadas y Enterradas
Aunque hay un caso en el que me compraría sí o sí este Dreame Z1 Pro: si tuviese una piscina que rodea la casa, ya que ahí los cables sí son una molestia.
Y si mi cuenta bancaria fuese otra, ya estamos hablando de 1.300 euros.
Imágenes | Xataka
En Xataka | Estos son los siete mejores dispositivos de limpieza para mantener la suciedad a raya, en vídeo
Este dispositivo ha sido cedido para pruebas por parte de Dreame. Puedes consultar cómo hacemos las reviews en Xataka y nuestra política de relaciones con empresas.
utm_campaign=31_May_2025"> Alejandro Alcolea .