No es que los drones y los robots estén peleando por su cuenta en Ucrania, es que están capturando a humanos

Publicado el 10/07/2025 por Diario Tecnología
Artículo original

No es que los drones y los robots estén peleando por su cuenta en Ucrania, es que están capturando a humanos

En las últimas horas se han conocido dos hechos inéditos en la guerra de Ucrania. El primero de todos ocurrió pocas horas después de que Trump anunciara la reanudación parcial del envío de armas a Kiev y criticara duramente a Putin. Entonces Rusia lanzó el mayor ataque con drones de largo alcance desde el inicio de la guerra. El segundo va directo a los libros de historia, porque Ucrania ha detenido tropas rusas únicamente a través de máquinas.

Drones y robots en primera línea. En un hecho sin parangón en la historia militar moderna, la 3.ª Brigada de Asalto Separada de Ucrania logró capturar a soldados rusos sin emplear infantería humana, utilizando exclusivamente drones aéreos y plataformas robóticas terrestres. La operación, anunciada el 9 de julio por fuentes oficiales ucranianas, representa un hito sin precedentes en la evolución del combate automatizado, al marcar la primera vez que soldados enemigos se rinden directamente ante sistemas no tripulados.

Según el comunicado de la brigada, los drones terrestres fueron los receptores inmediatos de la rendición, un suceso que hasta ahora pertenecía al ámbito de la ciencia ficción y que ahora se ha materializado en el contexto de la guerra en Ucrania.

Tecnología y guerra asimétrica. La operación tuvo lugar en la región de Járkov, al noreste del país, una zona de alta intensidad en el frente desde el inicio de la invasión a gran escala por parte de Rusia. La unidad ucraniana desplegó drones FPV y plataformas robóticas terrestres tipo kamikaze para asaltar fortificaciones rusas que habían resistido ataques anteriores de otras unidades.

Estas herramientas, desarrolladas como parte de una estrategia nacional para reducir bajas humanas y adaptarse a un teatro de guerra saturado de artillería y vigilancia, permitieron a las fuerzas ucranianas ejecutar una ofensiva sin exponer directamente a sus soldados. Según el relato de la brigada, los drones destruyeron varias posiciones rusas, y al acercarse un robot terrestre a un refugio parcialmente dañado, los soldados rusos allí atrincherados optaron por rendirse, sin que hubiera presencia humana en las inmediaciones inmediatas.

Una captura automatizada. Tras la rendición, los prisioneros fueron guiados fuera de la zona de combate por los mismos drones ucranianos, en una secuencia más propia de la literatura fantástica que demuestra no solo la capacidad ofensiva de estos sistemas, sino también su eficacia para operar tareas complejas como la custodia y el control remoto de movimientos enemigos rendidos.

Posteriormente, los soldados rusos fueron tomados bajo custodia por fuerzas ucranianas. El éxito de esta maniobra, cuentan, no solo permitió la captura sin contacto físico directo, sino que también facilitó la toma de las fortificaciones previamente defendidas, así como el control de una línea forestal adyacente de valor táctico considerable.

Nuevo paradigma militar. Qué duda cabe, el episodio no solo evidencia el grado de sofisticación alcanzado en Ucrania en materia de guerra automatizada, sino que también plantea preguntas fundamentales sobre el futuro del combate terrestre. La rendición ante drones terrestres supone un giro radical en las dinámicas psicológicas del campo de batalla: los soldados, en este caso rusos, no se enfrentaban a enemigos visibles, humanos, sino a máquinas silenciosas que se aproximaban de forma implacable, tras haber destruido todas las defensas previas.

Este tipo de despliegue, que mezcla capacidad destructiva con funciones de ocupación y control, anticipa un nuevo paradigma donde la interacción humana directa podría volverse excepcional incluso en las operaciones de captura.

Photo Zuma Press 2 Ataque de Rusia en Ucrania

Una ofensiva sin precedentes. Pero como decíamos, si la captura de soldados rusa fue un hecho histórico de las guerras modernas, el ataque de Rusia no tiene precedentes desde el inicio de la invasión. En una noche que podría redefinir los límites de la guerra aérea no tripulada, Rusia desató el mayor ataque con drones, lanzando 728 drones Shahed (incluidos señuelos) y 13 misiles, entre ellos los temidos Kinzhal, contra 741 objetivos en todo el país.

El epicentro del ataque fue la ciudad de Lutsk, en el noroeste ucraniano, a escasos 200 kilómetros de la frontera con Polonia, lo que provocó que las fuerzas aéreas polacas y de la OTAN se desplegaran en alerta máxima. Según Kiev, la mayoría de los proyectiles fueron interceptados, especialmente gracias a sistemas de guerra electrónica, aunque los misiles hipersónicos lograron causar daños no especificados.

Guerra en el frente y en los tribunales. Mientras el cielo se convierte en una red de enjambres autónomos, la situación en tierra sigue marcada por intensos combates sin avances significativos. Las tropas rusas continúan presionando en Sumy, Járkov, Luhansk y Donetsk, aunque informes indican que Ucrania ha contenido los ataques en la mayoría de esos frentes. En paralelo, un soldado ruso perteneciente a un batallón penal denunció públicamente las condiciones inhumanas y la carencia de apoyo artillero, describiendo asaltos suicidas en vehículos improvisados y sin respaldo aéreo.

En el plano legal, la Corte Europea de Derechos Humanos dictaminó que Rusia ha violado sistemáticamente los derechos humanos desde 2014, incluyendo ejecuciones extrajudiciales, tortura, deportación forzada de niños y trabajos forzados. El Kremlin, por su parte, desestimó el fallo como “nulo y sin efecto”.

Planes. Contaban los analistas de TWZ que Kiev, anticipando una respuesta a gran escala, estaría preparando un ataque de mil drones de largo alcance contra objetivos rusos, incluidas áreas cercanas a Moscú. Además, el servicio secreto ucraniano detuvo a dos ciudadanos chinos acusados de intentar espiar tecnologías del misil Neptuno, usado en el hundimiento del Moskva y ahora adaptado para ataques terrestres de largo alcance.

En tierra, la proliferación de vehículos terrestres no tripulados, como el nuevo UGV "Snail" o modelos improvisados con ruedas hechas de minas, muestra que la automatización no solo domina los cielos, sino que avanza también sobre el barro y el acero del frente. La guerra en Ucrania, en definitiva, entra así en una fase cada vez más híbrida y tecnológica de las formas tradicionales de combate.

La contienda, que ya había sido pionera en el uso masivo de drones de reconocimiento y ataque, ha cruzado otro umbral, esta vez histórico y inimaginable hace no tanto: la rendición de soldados ante máquinas.

Imagen | ARX Robotics, Ukraine’s 3rd Separate Assault Brigade, Emergency Service Of Ukraine

En Xataka | La producción de drones rusos era tan descomunal que Ucrania se ha puesto a abrirlos buscando pistas. La sorpresa es China

En Xataka | Estábamos acostumbrados a ver cosas raras en Ucrania, pero esto es diferente: barcos y bombarderos sin nadie al volante

utm_campaign=10_Jul_2025"> Miguel Jorge .