Netflix también confía en los algoritmos para hacer sus películas: esto tienen en común muchas de sus grandes producciones

Publicado el 01/09/2025 por Diario Tecnología
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Netflix también confía en los algoritmos para hacer sus películas: esto tienen en común muchas de sus grandes producciones

Cuando hablamos de Netflix, lo primero que se nos viene a la mente es su catálogo inagotable, que engloba desde comedias románticas hasta superproducciones de acción, pasando por documentales, series coreanas y dramas intimistas.

Sin embargo, detrás de esa variedad aparente se esconde un patrón que cada vez es más evidente: buena parte de las películas de la plataforma parecen encajar en un mismo molde básico. Y sí, los algoritmos tienen gran parte de culpa.

El auge de la "película algorítmica"

Ejemplos como The Electric State —una superproducción de ciencia ficción que costó más de 300 millones de dólares y se hundió en el olvido apenas semanas después de su estreno— muestran los riesgos del modelo.

Estas cintas, que los medios estadounidenses ya han bautizado como "películas algorítmicas", suelen combinar ingredientes reconocibles y fáciles de consumir:

  • Aventuras juveniles con toques spielbergianos.
  • Paisajes postapocalípticos al estilo Mad Max.
  • Héroes carismáticos como Ryan Reynolds, Dwayne Johnson o Gal Gadot.

El resultado: productos diseñados para atraer al mayor público posible, aunque sin dejar huella duradera.

(Y, en el caso concreto de Electric State, malversando claramente el potencial del material original. Pero eso ya es otra historia).

Fórmulas claras y exposición sin pudor

Una de las claves de estas producciones es su simplicidad narrativa. La trama se explica sin rodeos, con personajes que verbalizan lo que están haciendo para que incluso quienes miran de reojo —mientras revisan el móvil— no se pierdan lo que ocurre. La estética también responde a esa lógica: imágenes claras, colores brillantes y mezclas de sonido planas que funcionan lo mismo en un televisor 4K que en un móvil desgastado.

En la era de la atención fragmentada, Netflix prefiere evitar cualquier riesgo estilístico que pueda 'sacar' al espectador de su zona de confort.

Las 'películas algorítmicas' están diseñadas para verlas en piloto automático, mientras cocinamos o miramos el móvil

El papel del algoritmo en las decisiones creativas

Desde los años 2000, Netflix ha desarrollado un sistema de clasificación que va mucho más allá de los géneros tradicionales: manejan miles de categorías como thrillers implacables o películas para sentir todas las emociones, que permiten predecir afinidades insospechadas entre los usuarios.

Esto le otorga una ventaja inédita frente a los estudios tradicionales: puede prever qué actores, qué giros narrativos o qué escenarios tienen más probabilidades de enganchar al público.

Así que, aunque la compañía insiste en que no crea películas directamente a partir de datos, sí reconoce que combina intuición ejecutiva y análisis numérico a la hora de decidir qué proyectos financiar. A veces, incluso se piden cambios de guion o montaje basados en datos que indican dónde la audiencia suele perder interés.

Algunos guionistas han contado que tuvieron que reescribir inicios arriesgados para asegurar un "enganche inmediato" de la audiencia en los primeros cinco segundos

Una estrategia de volumen y familiaridad

Durante su expansión más agresiva, Netflix optó por financiar cientos de películas al año, muchas veces sin apenas supervisión artística. Eso permitió joyas como Roma de Alfonso Cuarón o Okja de Bong Joon-ho, pero también toneladas de títulos genéricos que se pierden en el catálogo.

Tras la crisis de 2022, la compañía ajustó su estrategia: menos presupuesto descontrolado y más "hamburguesas gourmet", como llama a sus productos la propia jefa de contenidos, Bela Bajaria. Es decir, películas de corte comercial, fácilmente reconocibles, pero con valores de producción elevados.

El objetivo no es tanto crear obras maestras como garantizar un flujo constante de títulos "suficientemente buenos" para retener suscriptores.

¿Creatividad en peligro?

La paradoja es clara: mientras los algoritmos prometen personalización y variedad, en la práctica tienden a homogeneizar lo que vemos. Los datos muestran que, al igual que en taquilla, la mayoría de las visualizaciones se concentran en un puñado de títulos de alto perfil. Y aunque de vez en cuando surgen fenómenos inesperados como Gambito de dama o El juego del calamar, lo habitual es que el catálogo se llene de productos intercambiables.

A esto se suma la llegada de la inteligencia artificial, que ya se emplea para generar efectos visuales o personalizar las imágenes promocionales... pero que está motivando a los gigantes del streaming a registrar cientos de patentes para aplicar la IA en guiones, storyboard automáticos, edición y pruebas de audiencia simuladas.

Muchos temen que en un futuro cercano pueda dar de verdad el salto a la escritura de guiones o la edición automatizada, dando así comienzo a una era de verdadera 'películas algorítmicas', y empujando aún más la industria hacia un cine impersonal.

Vía | The Guardian

Imagen | Marcos Merino mediante IA

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