Marvel ofreció todos sus personajes a Hollywood por una miseria. Sony Pictures dijo "meh"... y pagó solo por Spider-Man
Publicado el 20/09/2025 por Diario Tecnología Artículo original
Hay una razón por la cual la primera película de Iron Man aparece y desaparece de todos los servicios de Streaming, incluyendo Disney Plus: la casa del ratón más famoso del mundo no levantó el Universo Cinematográfico de Marvel, sino que fueron ellos solos con la ayuda de la Paramount. Cuando la saga elevó el valor de sus personajes, Disney hizo una propuesta rotunda y se quedó toda Marvel Entertainment por 4 mil millones de dólares. Una fortuna. ¿Lo más loco? Los Vengadores, los mutantes y hasta los cuatro fantásticos estaban disponibles a precio de saldo diez años antes.
A raíz del brutal éxito en taquilla de Black Panther y con vistas a cómo se estaba encauzando todo el megaproyecto de películas hacia Vengadores: Infinity War, el diario The Wall Street Journal recordó en el año 2018 los auténticos inicios del UCM. No los originados a partir de las primeras películas o la Fase 1, sino cuando en a finales de la década de los 90s la propia Marvel afrontó una muy sonada bancarrota y, para amortiguar el golpe y salir al paso, decidió ofrecer los derechos cinematográficos de todos sus personajes... ¡Por menos de lo que hoy gana Eiichiro Oda en un solo año!
"A nadie le importan los demás personajes de Marvel"
La cifra: si ponías sobre la mesa 25 millones de dólares tenías barra libre de películas con prácticamente todos los personajes de Marvel. No todos, pero la mayoría de los grandes. Ojo, los creados hasta entonces y los que fueran saliendo. Un trato así hoy sonaría de locos, que conste. De hecho, esa misma cantidad fue la que Jim Carrey se metió en el bolsillo por prestarle su cara a un pez en una película tan ridícula que jamás se terminó ni estrenó. La otra realidad es que en aquel momento hasta los personajes más emblemáticos de la Casa de las Ideas estaban de capa caída. Bueno, todos no.
Tal y como relatan en el Journal, en el año 1998 se produjo el acuerdo por el cual Sony compró los derechos cinematográficos de Spider-Man. La cantidad que pagó: unos míseros 7 millones de dólares, pero es que podría haber adquirido a casi todos los demás personajes de Marvel por los referidos 25 millones. Es decir, pagando 18 millones de dólares más. ¿Por qué no pagar algo más y sumar a Thor, o a Iron Man? Según múltiples fuentes, además de la referida, ocasiones, la postura de Sony fue clara: "A nadie le importan los demás personajes de Marvel".
Invertir en cine de superhéroes no era un disparate, que conste, pero había que hacerlo bien. Aquel mismo año Warner fracasó al internar traer de vuelta a Superman, pero no mucho antes DC ganó todo lo que quiso con la saga cinematográfica de Batman iniciada por Tim Burton. Mientras tanto, un antihéroe tan atípico como Blade llegaba a las salas de cine y casi (casi) inicia su propio UCM cuando todo aquello no tenía dueño. Sin embargo, en la vida a veces las cosas pasan por algo.
Está claro que la trilogía de Spider-Man de Sam Raimi y la saga de los X-Men de FOX tuvieron un excelente impacto no solo entre la audiencia, sino a nivel de taquilla. La otra realidad es que Marvel se había cansado de malvender los derechos y encontrarse sorpresas y decepciones con personajes clave como Daredevil, el Motorista Fantasma, Elektra o Punisher.
Así, en septiembre de 2005 la gran Marvel Enterprises cambió su nombre a Marvel Entertainment para reflejar la expansión de la corporación hacia la financiación de su propia programación de películas. La piedra angular de ese proyecto: la película de Iron Man.
Se acabó lo de malvender a tus superhéroes
La jugada tenía su riesgo, que conste: ya en 2005 se comenzó a planificar la producción independiente de sus propias películas. Su socio clave en esta aventura era Paramount Pictures, quien era la distribuidora. Dos años después, ya en junio de 2007, se consiguió una financiación (mediante una línea de crédito rotativa) de 525 millones de dólares y el plan que todos ya conocemos: presentar a sus personajes en sus propias películas y luego juntarlos en una película crossover: Los vengadores de Marvel Studios.
Un plan que salió tan bien que pocos años después la mismísima Disney sacó la chequera y pagó 4 mil millones de dólares en 2009. ¿Estaba pagando por aquello que pudo haber tenido diez años antes por tan solo 25 millones? Realmente no: la compra de toda Marvel iba mucho más allá de las películas y pasaba por los cómics, las series animadas, el legado de sus personajes... y, claro, las películas que se iban a hacer.
¿Y qué pasaba con los acuerdos que había con otros estudios como FOX, Universal o Sony? Bueno, si no se usaban a los personajes durante un tiempo los derechos regresaban a Marvel. O, más bien, Disney. Así funcionan los derechos. Básicamente esa fue la única razón por la que se hizo la debacle de Los Cuatro Fantásticos de Josh Trank, y la postura de La Casa de las Ideas sobre qué estaba pasando hasta quedó manifiesta en los cómics.

¿Y qué pasa con Sony? Como comenté al principio, Sony Pictures se hizo con los derechos cinematográficos de Spider-Man en 1998 por la cantidad casi simbólica de 7 millones de dólares. Pudo hacerse con todo, pero en ese momento no estaban interesados. Sin embargo, lo cierto es que en aquel trato no había un único personaje, sino todo lo que estaba atado a la vida de Peter Parker hasta el momento del trato... y lo que ocurrirá después.
Dicho de otro modo: los derechos cinematográficos de Spider-Man le abrieron la puerta a Sony Pictures para usar a Venom y que tuviese una trilogía de películas, lanzar una saga animada de Miles Morales e incluso algunos de los mejores villanos de todo el multiverso de Marvel. Como Norman Osborn o Knull, el Dios de los Simbiontes. De hecho, la recaudación en taquilla de sus películas convierten al Hombre Araña en un rey midas para el estudios. El precio a pagar es que había que hacer películas sí o sí.
La de millones que Sony gastó para montar su propio Universo Marvel
Pese a que Sony y Marvel Studios han tenido acercamientos y se han alejado en proyectos muy específicos, hay líneas que no se pueden traspasar. Kingpin nunca podrá verse las caras con Spider-Man en el Universo Cinematográfico de Marvel y Tom Holland no puede asomar en las series de Disney Plus como el amigo y vecino arácnido. Con todo, había que hacer películas sí o sí para mantener los derechos. Ya sean reboots, proyectos animados o Spin-Off.
No está de más recordar que Spider-Man nunca ha dejado de pertenecer a Marvel y Sony no se lleva un centavo de los cómics, o las mochilas basadas en los cómics. Por poner un ejemplo. Sin embargo, y como hemos abordado varias veces en VidaExtra, para que Peter Parker asome en las películas del UCM debe haber un acuerdo y, además, la propia Marvel Studios asume una enorme porción de la parte creativa. Y lo mismo se aplica cuando Iron Man, Nick Furia o el Dr. Extraño han aparecido en las películas de Tom Holland.
Ante esta situación, Sony trató de armar el SSU, el Sony's Spider-Man Universe. Una franquicia propia, apoyada en los márgenes que le daban los derechos de Spider-Man, y que dejando al lado Venom fue una debacle total dejándonos Morbius, Madame Web, Kraven the Hunter y el amago de convertir a Bad Bunny en El Muerto. Si dos años después del anuncio de la película sigue sin sonarte el personaje es normal. Y ojo, que se pudo usar al Spider-Man de Tom Holland, pero no se quiso.

Un dato clave: hacer la película de Madame Web, una decepción sin vuelta de hoja en todos y cada uno de sus aspectos, le costó a Sony Pictures nada menos que 100 millones de dólares.
Insisto, a veces las cosas pasan por algo. Mucho nos quejamos de cómo Marvel Studios evolucionó tras Vengadores Endgame, pero confieso que me dan escalofríos al pensar qué habría pasado si los responsables de los fracasos del Sony's Spider-Man Universe o de las películas sueltas previas a Marvel Studios hubiesen tratado de cimentar el UCM. Por suerte para todos los fans de los superhéroes, nadie en Hollywood pagó la miseria de 25 millones que pidió Marvel por usar a todos sus personajes en 1998.
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