El frío del Ártico era la barrera ideal contra las especies invasoras. Ahora esa barrera está cayendo
Publicado el 20/09/2025 por Diario Tecnología Artículo original
El océano Ártico es uno de los puntos candentes en lo que al cambio climático se refiere. Separado de la superficie por el hielo polar, este océano es un lugar con características propias que van más allá de su gélida temperatura.
Cae la barrera. Un nuevo estudio encabezado por investigadores del British Antarctic Survey (BAS) ha encontrado pruebas de la llegada de una especie invasora de percebe a las aguas del Antártico canadiense. Esto ha llevado al equipo a concluir que la barrera que antes representaban las bajas temperaturas del océano polar está cayendo.
Amphibalanus improvisus. La especie en cuestión es un tipo de balánido a veces conocido como percebe de bahía (Amphibalanus improvisus). Estos crustáceos están emparentados de forma lejana con los percebes comunes (Pollicipes cornucopia), pero su presencia es considerada un problema y no una fuente de alimento.
La especie ya se ha convertido en un habitual de las aguas de Europa y del océano Pacífico, donde causa problemas al acoplarse a barcos, tuberías e infraestructuras de diverso tipo. Sin embargo, hasta ahora se había mantenido ausente en las aguas del Ártico canadiense.
EADN. La detección de la especie invasora fue realizada gracias al estudio de la codificación mediante barras del ADN ambiental (eDNA). Los seres vivos vamos dejando nuestra impronta genética en nuestro entorno: células desprendidas, desechos y otros restos biológicos.
Esta técnica permite detectar la presencia de una especie (o de varias) sin necesidad de encontrar un solo ejemplar, tan solo a través de muestras ambientales, en este caso, de agua.
Los detalles del estudio fueron publicados en un artículo en la revista Global Change Biology.
El cambio climático, el gran sospechoso. El Ártico es una de las regiones más afectadas por el cambio climático. Hay dos factores, ambos relacionados con el aumento de las temperaturas en esta región, que han contribuido en la expansión de este percebe.
El primer factor es el aumento en el tráfico marítimo del Ártico asociado al deshielo y la apertura de nuevas rutas. Generalmente, explica el equipo, estas especies invasoras suelen llegar en los cascos de las naves o en sus tanques de lastre. El segundo factor está en que las aguas del Ártico canadiense ya no presentan condiciones tan hostiles para la proliferación de especies foráneas.
“El cambio climático está realmente en el núcleo de este problema. Los barcos están incrementando en número porque la reducción del hielo marino ha abierto nuevas rutas náuticas. Suma a esto que las especies invasoras que los barcos traen al Ártico también tienen más probabilidades de sobrevivir y establecer poblaciones por las temperaturas más cálidas del agua”, explicaba en una nota de prensa Elizabeth Boyse, quien lideró el estudio.
Una cuestión por aclarar. Según señala el equipo responsable del estudio, existen aún detalles por corroborar con respecto a la propagación de esta especie en el Ártico canadiense, empezando por saber si el ADN detectado respondía a larvas en tránsito o a una población más estable y fecunda. Para conocer este tipo de detalle será necesario complementar el estudio con otras técnicas, como la observación directa de los animales.
Imagen | Ansgar Walk, CC BY-SA 3.0
utm_campaign=20_Sep_2025"> Pablo Martínez-Juarez .