Las cifras apuntan a que el dominio de las superproducciones en Hollywood no ha acabado. De hecho, va a ir a peor
Publicado el 11/07/2025 por Diario Tecnología Artículo original
En el Hollywood post-pandemia que vivimos, de ciclos y tendencias completamente consolidadas, reina el cine comercial en su máxima expresión: secuelas, remakes, reboots y superproducciones que no dejan espacio a películas medianas y pequeñas. Y aunque se podría pensar que se trata de una situación pasajera con visos de cambiar, lo cierto es que semejante panorama (a primera vista, un estado de transición) no deja de consolidarse.
Las cifras. Veamos unas cuantas cifras, que da Pau Brunet en su newsletter Box Office Alchemy: durante el primer semestre de 2025, las cinco películas más taquilleras en Estados Unidos han concentrado el 82% de los ingresos. Es una subida de ese dominio si lo comparamos, por ejemplo, con 2019, cuando esas cinco películas generaba un 75%. A primera vista las cifras no parecen indicar un crecimiento excesivo, pero miremos el resto de las películas.
El Top 6-10 supone el 11,7% de la taquilla, una caída del 35% con respecto a 2019. Y más allá del Top 10, las cifras son abismales: representan el 6,3% de los ingresos, una caída del 53%. Eso sin contar la caída general de ingresos (lo que demuestra que esa dominación de unas pocas películas tampoco es la panacea): en estos primeros seis meses, esas cinco primeras películas han generado un 22% menos de ingresos que en 2019.
Y qué quiere decir. Que por mucho que rabiemos y pataleemos porque el año pasado las diez películas más vistas eran todo secuelas, remakes, reboots y fritangas varias (ni siquiera 'Wicked' se escapaba, siendo como es la adaptación de un musical inspirado en un libro que, a su vez, se basa en 'El mago de Oz'), es lo que funciona y es lo que demanda el público. Hace unos meses contemplábamos pasmados cómo Disney barría en la taquilla con 'Lilo & Stitch', y esta semana tenemos el estreno de 'Superman', a la que las primeras cifras de taquilla (en el momento de escribir estas líneas, la preventa del jueves) auguran un estupendísimo resultado.
Podemos celebrar el éxito de apuestas insólitas como 'Sinners' (que al parecer no se convertirá en franquicia), pero no deja de ser una gota en el océano, una rareza absoluta en el contexto actual.
Problemas para los indies. Por supuesto, esto apunta a severos problemas para el sector indie de la producción cinematográfgica, y que cada vez se ve más arrinconado en las carteleras. El propio Brunet hablaba en una newsletter previa de las ayudas que en Hollywood se están dando, por parte de coaliciones de productores, al cine que no cuenta con el respaldo de los grandes estudios. Y es que esta va a ser la única forma de que el cine independiente, auténtico oxígeno de base para la industria, siga existiendo, porque las dinámicas de la distribución lo tienen marginado.
Las salas: el horror, el horror... Las cifras están claras, pero solo hay que ir a cualquier sala para comprobar la absoluta dominación del cine mainstream, a lo que se suma el brutal acortamiento de las ventanas de exhibición, en busca de beneficios rápidos: tras unas pocas semanas en salas las películas pasan a PPV, y de ahí a streaming. Y vuelta a empezar en una dinámica que no solo quema productos a velocidades infernales, sino que además no admite nada que no sean superproducciones.
Los Terabusters. Brunet pone un nombre a este fenómeno: los Terabusters. Un paso más allá de los blockbusters, como kaijus del cine, las películas ya no son superproducciones, sino eventos que aglutinan todos los esfuerzos de una productora durante meses... y con suerte devuelven ese esfuerzo en forma de dividiendos que les permiten financiar el siguiente monstruo. Pero hay que cuidar el tejido de base del cine, o la industria corre el peligro de devorarse a sí misma, o de funcionar solo a base de películas que ya vimos hace diez años (o menos).
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