Las aerolíneas han invertido millones en entretenimiento. Los pasajeros lo usan para ver un icono de avión moviéndose lentamente
Publicado el 15/09/2025 por Diario Tecnología Artículo original
En un episodio de la mítica serie Seinfeld, Elaine se exaspera de su novio Puddy, que pasa un vuelo entero mirando fijo al respaldo del asiento. Esa imagen, un chiste costumbrista de los noventa, hoy vuelve a cobrar sentido con un matiz tecnológico: y no miramos al vacío, pero sí —y me incluyo— podemos quedarnos hipnotizados con un punto en la pantalla, el mapa de vuelo.
De rareza a tendencia viral. No se trata de una manía aislada. En un reportaje de The Washington Post han retratado el fenómeno a través de la historia de Nicole Sunderland, creadora de contenidos que divide su tiempo entre Washington D.C. y Phoenix. Sunderland admite que en un vuelo de 14 horas a Catar mantiene el mapa encendido “todo el tiempo”, aunque los auxiliares de vuelo intenten apagarlo.
Su costumbre se viralizó en TikTok junto con decenas de videos de pasajeros que presumían de “aguantar” sin películas, sin música y sin WiFi, mirando únicamente la progresión del avión sobre el globo digital. Otros, como Manu Seminara, convirtieron la práctica en un pasatiempo público: mientras a su alrededor las pantallas mostraban películas y series, ella grababa el mapa de ruta para las redes sociales.
El mapa como contenido rey. Más allá del meme, los números sugieren que esta obsesión tiene respaldo masivo. FlightPath3D, proveedor líder de mapas de vuelo en más de 90 aerolíneas, afirma que el 68% de los pasajeros abre el mapa en algún momento y que un 20% lo ve exclusivamente. En promedio, los usuarios pasan 52 minutos frente al mapa en pantallas de respaldo y 18 minutos en dispositivos móviles sincronizados. En total, unos 400 millones de pasajeros usaron el producto el último año.
Las propias aerolíneas refuerzan la idea. El año pasado, Delta Air Lines lanzó un nuevo mapa de vuelo diseñado para personas con baja visión. En el comunicado, la compañía fue categórica: el mapa es su contenido número uno en Delta Studio, por delante de películas, series y juegos. Según sus cifras, el 45% de los clientes interactúa con él en cada vuelo. Asimismo, medios especializados en aviación, como PaxEx.Aero, subrayan que el mapa es “el contenido más popular del IFE (entretenimiento a bordo) por una razón”, y que las aerolíneas ya experimentan con integrarlo en otros formatos: desde una cinta lateral persistente en la pantalla hasta breves superposiciones al terminar una película.
¿Por qué engancha tanto? Los testimonios apuntan a varias claves. Para algunos, el mapa es un instrumento de control en medio de la incertidumbre aérea: Sunderland, por ejemplo, lo vigila especialmente durante turbulencias para comprobar altitud y velocidad. Para otros, es una forma de meditación ligera: ver avanzar lentamente el icono del avión produce calma en un entorno saturado de estímulos. “Hay fanáticos del mapa”, reconoce Duncan Jackson, presidente de FlightPath3D. “Les encanta ver dónde están, cuánto falta, observar el progreso del plan de vuelo. Para algunos es casi meditativo”, añade.
Un estudio académico de la Universidad de Lund (Suecia), realizado en colaboración con Etihad Airways, refuerza la explicación desde la perspectiva del diseño. En pruebas de interacción con prototipos de mapas 3D, los pasajeros valoraron más aquellas interfaces que ofrecían señales claras de navegación y sensación de control, y reportaron mayor orientación con vistas tridimensionales. Incluso la elección del mando influía: algunos usuarios se desenvolvían mejor con giroscopio que con controles táctiles. En otras palabras: la experiencia del mapa responde a necesidades psicológicas y cognitivas profundas.
De simple mapa a asistente de viaje. La fascinación no se limita al punto luminoso que avanza sobre un océano. La industria está expandiendo el concepto. FlightPath3D ha transformado el mapa en una plataforma interactiva: ahora muestra vistas previas de destinos, rutas globales animadas, mapas infantiles con animales, sugerencias turísticas y hasta precios de Uber para llegar al centro una vez aterrizado.
Además, Cathay Pacific lanzó en 2024 “My Journey”, una experiencia que combina un recorrido animado del trayecto con información sobre servicios a bordo y puntos de interés. Por su parte, Panasonic Avionics ha desarrollado Arc, que integra datos en diferentes pantallas del avión para que el progreso del vuelo acompañe al pasajero incluso cuando mira una película. Y en el terreno de la accesibilidad, Delta ha marcado un hito con su mapa de alto contraste, iconografía ampliada y paletas aptas para daltónicos, que en el futuro incorporará narración por voz con actualizaciones en tiempo real. Lo que empezó como un simple gráfico de líneas en los años ochenta se ha convertido en un producto sofisticado que aspira a ser inclusivo, personalizado y rentable para las aerolíneas.
Una obsesión con futuro. El atractivo del mapa no es una moda pasajera. Se explica por la combinación de tres tendencias: la búsqueda de calma en entornos sobrecargados de estímulos, el deseo de control y orientación espacial, y la evolución tecnológica del propio producto. En tiempos de exceso de opciones —cientos de horas de cine y televisión en cada asiento—, el mapa ofrece algo más básico y poderoso: la certeza de saber dónde estamos.
Como señala el Washington Post, para algunos viajeros mirar el mapa es tan necesario como atarse el cinturón. Y como reconoce Delta, ya es el contenido estrella de su oferta digital. Puede que Puddy pareciera excéntrico en Seinfeld, pero tres décadas después, resulta que simplemente se adelantó a la tendencia.
Imagen | FreePik
utm_campaign=15_Sep_2025"> Alba Otero .