Israel es una patata caliente para Eurovisión: sus participaciones son cada vez más problemáticas y no hay solución buena

Publicado el 19/05/2025 por Diario Tecnología
Artículo original

Israel es una patata caliente para Eurovisión: sus participaciones son cada vez más problemáticas y no hay solución buena

Puede que sea el sistema de votación, puede que sea la oposición de algunas televisiones rebeldes, pero lo que resulta indiscutible es que Eurovisión tiene un problema con Israel. Una patata caliente que genera polémica y división entre los fans y es el motivo principal de que este año, un par de días después de la celebración del certamen, hayamos dejado de hablar de la música. Sin embargo, la historia de Israel y Eurovisión se remonta muy atrás en el tiempo.

¿Por qué Israel participa en Eurovisión? Israel no es un país europeo y, sin embargo, participa de pleno derecho en el certamen. Esto se debe a que pertenece desde 1957 a la Unión Europea de Radiodifusión (UER), la organización que produce y regula el festival, una corporación internacional de radiodifusoras de titularidad y servicio público, pero sin vinculación a la Unión Europea. Países como Armenia, Azerbaiyán, Georgia y Australia participan bajo las mismas condiciones.

Una larga historia. Israel debutó en el certamen en 1973, siendo el primer país no europeo en hacerlo. Desde entonces, ha concursado en más de cincuenta ocasiones. Han ganado en cuatro:

  • 1978: Izhar Cohen & the Alphabeta con 'A-ba-ni-bi' (157 puntos).
  • 1979: Gali Atari & Milk and Honey con 'Hallelujah' (125 puntos).
  • 1998: Dana International con 'Diva' (174 puntos).
  • 2018: Netta con "Toy" (529 puntos: 212 del jurado y 317 del televoto).

Gracias a ello han tenido ocasión de celebrar el certamen en tres ocasiones, en Jerusalén (1979 y 1999) y Tel Aviv (2019). Renunciaron a hacerlo en 1980, por coincidir el festival con el Día del Recuerdo del Holocausto judío. Su trayectoria es especialmente notable, llegando al Top 10 en una veintena de ocasiones. 

Comparaciones con Rusia. La presencia de Israel en Eurovisión ha sido criticada desde el año 2023, cuando arrancó la guerra en la franja de Gaza. De lo primero que se acusó a Eurovisión fue de cierta hipocresía por no expulsar a Israel como sí había hecho en 2022, vetando a Rusia tras la invasión de Ucrania. La justificación de Eurovisión fue que el certamen es una competición entre emisoras públicas, no gobiernos, y que la televisión pública israelí (KAN) sigue cumpliendo los requisitos de independencia editorial y servicio público que, sin embargo, considera que las cadenas públicas rusas han perdido.

Canciones con problemas. Ya ese mismo 2023, la canción con la que Israel participó en el certamen, 'Hurricane', interpretada por Eden Golan, dio problemas porque se sospechaba que su letra contenía alusiones veladas a los atentados del 7 de octubre. Las letras y el videoclip usaban metáforas que recordaban a los jóvenes que huían del ataque en el festival Nova de música, donde Eden fue una de las supervivientes. Finalmente, Israel mantuvo su participación tras amenazar con retirarse si 'Hurricane' era descalificada.

Demasiados intereses. Pero si es tan problemática su participación, ¿por qué no excluye Eurovisión a Israel? Se trata de un entramado de intereses donde destaca el propio patrocinio y financiación del festival: desde 2020, el principal patrocinador de Eurovisión es Moroccanoil, una empresa de cosméticos de origen israelí que realiza el 80% de su producción en Israel y tiene una presencia continua en el certamen, desde su aparición en todas las cortinillas y escenarios hasta el estilismo de los artistas. Se ha acusado a la marca de manufacturar en territorios palestinos ocupados. Distintas fuentes señalan que Moroccanoil retiraría un patrocinio muy jugoso si se expulsara a Israel del concurso.

Los eurofans protestan. Junto a las polémicas votaciones, en redes sociales se han ido viendo una serie de vídeos que redundan en la idea de que el televoto tiene poco que ver con el deseo de los auténticos fans del certamen: abucheos constantes en la actuación de Israel, banderas palestinas que no han podido ser escondidas por realización, expulsiones de espectadores en los ensayos... el contraste entre los eurofans (incluso entre los que abogan por lo imposible: que el certamen sea apolítico) y el televoto mediatizado por medios y órganos pro-Israelíes es más acusado que nunca.

Tiene sus fans. Pero por supuesto, está el otro lado de la ecuación: no podemos olvidar que, pese a las protestas de muchos eurofans, Israel ha ganado el certamen con auténticos clásicos. Especialmente notoria fue la actuación de Dana International en 1998, que supuso un paso adelante en la representación LGTBI en Eurovisión, dando forma en buena medida al certamen que conocemos hoy. Eurovisión es en buena parte su público LGTBI, e Israel dio un paso de gigante en su día en esa dirección, algo que aún recuerdan y agradecen muchos seguidores.

También es injusto decir que todo el televoto, por roto que esté el sistema, estaba mediatizado por intereses políticos: la trayectoria en el festival de Israel demuestra que sus temas tienen defensores genuinos: la polémica de su presencia solo data de hace un par de años, pero históricamente Israel ha salido bien parada de las votaciones desde los setenta. Las protestas de España y Bélgica, en fin, son excepciones: la mayoría de los gobiernos europeos apoyan la política de Israel, y eso también influye en el posicionamiento de sus votantes en Eurovisión.

Cabecera | RTVE

En Xataka | Las salas de cine se están convirtiendo en "salas de espectáculos" de todo tipo. El mejor ejemplo: Eurovisión

utm_campaign=19_May_2025"> John Tones .