Hay un inquietante movimiento de tropas en la frontera rusa. Así que los países bálticos van a construir una "muralla de búnkeres"

Publicado el 22/05/2025 por Diario Tecnología
Artículo original

Hay un inquietante movimiento de tropas en la frontera rusa. Así que los países bálticos van a construir una "muralla de búnkeres"

En el mes de mayo, una zona de Europa se puso en alerta. Los datos satelitales que había conseguido en exclusiva el Wall Street Journal mostraban que Rusia estaba expandiendo sus bases militares a lo largo de su frontera con Finlandia. Los documentos también explicaban qué hacía Estados Unidos en la zona desde hacía semanas. Ante la amenaza rusa, otros tres países que hacen frontera acaban de revelar su plan: una extensa muralla báltica.

El encuentro con un caza. Que algo está pasando en los alrededores del Báltico se explica por un acontecimiento sin precedentes esta semana. Durante años, la llamada “flota fantasma” rusa (esa red opaca de buques sin bandera clara ni registro transparente) ha transportado petróleo de Moscú a través de aguas internacionales, burlando las sanciones impuestas por Occidente desde el inicio de la invasión a Ucrania.

Precedentes. Como hemos contado antes, estos navíos, antiguos y envejecidos, operaban en los márgenes de la legalidad y sin vínculos visibles con el Kremlin. Pero todo cambió el pasado 13 de mayo, cuando un caza ruso Su-35 sobrevoló a baja altura el Jaguar, un petrolero recientemente sancionado por el Reino Unido, mientras autoridades militares estonias intentaban inspeccionarlo en el Báltico. El incidente, ocurrido dentro del espacio aéreo estonio, se ha interpretado en la OTAN como una escalada clara: por primera vez, Moscú empleó medios militares directos para proteger un buque de su red económica informal.

Una respuesta directa. Lo contaba en exclusiva El Confidencial a través de sus fuentes con el gobierno de Estonia. Las repúblicas bálticas (Estonia, Letonia y Lituania) se están preparando para el peor escenario. A pesar de estar bajo el paraguas de la OTAN, los gobiernos de estos países, conscientes de su vulnerabilidad geográfica y su limitada capacidad militar frente a Rusia, han optado por una estrategia preventiva que combina disuasión física, rapidez operativa y simbolismo político.

Estonia ha anunciado la construcción de más de 600 búnkeres a lo largo de su frontera con Rusia, mientras que Letonia y Lituania planean extender esta línea defensiva común hacia Bielorrusia y el enclave ruso de Kaliningrado. La iniciativa, bautizada ya como “la muralla báltica”, representa una de las maniobras más significativas de defensa territorial en Europa desde la fundación de la OTAN en 1949.

Búnkeres como garantía. Según explicaba Susan Lilleväli, Subsecretaria de Preparación para la Defensa de Estonia, la prioridad es “defender cada centímetro del territorio de la OTAN”, no sólo como gesto disuasorio, sino como respuesta tangible a la realidad bélica observada en Ucrania. Los búnkeres, capaces de albergar pelotones de hasta diez soldados en espacios reducidos, se dispondrán estratégicamente en puntos clave de la frontera, combinados con obstáculos naturales, sistemas antimovilidad y almacenes de artefactos explosivos (aunque estos no se desplegarán en tiempos de paz).

Ralentizando. El objetivo es doble: frenar o ralentizar una posible ofensiva rusa lo suficiente como para permitir la llegada de refuerzos aliados, y hacer visible cualquier preparación enemiga que implique atravesar la línea fortificada, lo cual permitiría una reacción más rápida y coordinada. Aunque reconocen que no existe defensa impenetrable, los estonios apuestan por elevar de forma significativa el coste político, logístico y humano de cualquier agresión.

El precedente polaco. Plus: el impulso defensivo no surge de un vacío. Polonia, que también comparte frontera con Bielorrusia, ya ha reconfigurado parte de su dispositivo militar desplazando tropas desde el oeste al este en respuesta a los ejercicios conjuntos entre militares bielorrusos y mercenarios del Grupo Wagner a escasos kilómetros de su territorio. Y Finlandia se está preparando con Estados Unidos.

Esta redistribución se produjo en cuestión de horas, y evidencia el nuevo estado de alerta permanente que recorre Europa del Este. Los gobiernos de la región asumen que el umbral de lo impensable ha bajado. Si se quiere también, la noción de que una invasión a un miembro de la OTAN sería un acto suicida para Rusia es ahora percibida como un riesgo no descartable. Como apuntaba el comandante Kundla Tarmo, el mero hecho de obligar al adversario a prepararse para atravesar una defensa tan visible permite también anticipar mejor sus intenciones.

Blindaje físico. No solo eso. La “muralla báltica” apunta a ser mucho más que una infraestructura militar: un proyecto político con profundo calado psicológico. Lleva consigo la memoria de décadas de ocupación soviética, especialmente en Estonia, donde la bandera roja ondeó durante medio siglo. Contaban en El Confidencial que para muchos ciudadanos, esta medida representa una garantía física de que aquello no volverá a repetirse.

El ministro de Defensa estonio, Hanno Pevkur, ha insistido en que la guerra de Ucrania ha demostrado que la preparación territorial (además de armas, municiones y soldados) es esencial desde el primer metro de frontera. “Queremos que la población se sienta segura”, afirmaba, al tiempo que subrayó que todo estará listo “lo antes posible”.

Urgencia y un principio. Así las cosas, y aunque la ejecución técnica del proyecto puede enfrentar obstáculos (como la compra de terrenos privados o la necesidad de compensaciones) el desarrollo ya ha empezado. De hecho, ya existen vallas, vigilancia electrónica y patrullas en buena parte de la frontera estonia, y las medidas seguirán activas mientras se construye la nueva línea de defensa.

Además, la barrera responde también a los compromisos adquiridos por la OTAN en la Cumbre de Madrid de 2022, donde se adoptó una nueva postura basada en una Defensa Avanzada y una disuasión “mediante negación”. Dicho de otra forma, el cambio no es sólo técnico sino doctrinal: ya no se trata únicamente de responder al ataque, sino de impedirlo desde el principio. Para ello, se combinan las lecciones aprendidas en Ucrania con una visión estratégica a largo plazo.

Una decisión donde resuena una frase que ya parece consigna regional: “mejor prevenir, que curar”.

Imagen | Latvijas armija

En Xataka | Ahora sabemos qué hacía el ejército de EEUU en Finlandia. Rusia está expandiendo sus tropas en su frontera con Europa

En Xataka | Finlandia es el país más feliz del mundo. Y también se está preparando a fondo para el final más infeliz: la guerra

utm_campaign=22_May_2025"> Miguel Jorge .