Habíamos visto de todo en el Mar Rojo, pero esto es nuevo: China ha atacado un avión de Alemania con un arma láser

Publicado el 09/07/2025 por Diario Tecnología
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Habíamos visto de todo en el Mar Rojo, pero esto es nuevo: China ha atacado un avión de Alemania con un arma láser

El mar Rojo se ha convertido en uno de los focos más volátiles del mapa geopolítico actual, marcado por ataques constantes de los hutíes a buques comerciales en represalia por la guerra en Gaza, la creciente militarización de rutas estratégicas y una compleja superposición de intereses entre potencias como Irán, Estados Unidos, China y la Unión Europea. Y en medio de este escenario cada vez más tenso, las misiones de seguridad marítima pueden enfrentar desafíos que van más allá de los ataques convencionales.

El último ha sido tan inclasificable como extremadamente peligroso.

Escalada láser. El pasado 2 de julio de 2025, un avión de vigilancia alemán fue atacado con un láser por una fragata de la Armada del Ejército Popular de Liberación (PLAN) mientras participaba en una misión rutinaria frente a las costas de Yemen. La aeronave, un Beechcraft King Air 350 operado por contratistas civiles desde Yibuti y con personal militar alemán a bordo, se encontraba cumpliendo funciones de apoyo dentro de la Operación Aspides de la Unión Europea, destinada a proteger la navegación en el mar Rojo frente a ataques de los hutíes.

Según las autoridades alemanas, el buque chino ya había sido avistado previamente en la zona, pero en esta ocasión lanzó el haz sin previo aviso, obligando a abortar la misión y regresar a base. El gobierno de Berlín ha respondido con firmeza, convocando al embajador chino para expresar su protesta y calificando el acto de “totalmente inaceptable” por poner en peligro al personal y obstaculizar las operaciones internacionales.

Patrón repetido. El incidente no es un hecho aislado. Desde 2018, la marina china ha sido acusada en varias ocasiones de emplear armas láser contra aeronaves militares de Estados Unidos, Australia y Filipinas en distintos escenarios estratégicos, desde Yibuti hasta el mar del Sur de China. En todos los casos, los haces de luz, aunque sin impacto destructivo inmediato, se usaron con intenciones de acoso, desorientación o intimidación, y algunos provocaron daños oculares leves y disrupción de sensores ópticos.

La situación evoca especialmente un caso de 2018 en que dos pilotos estadounidenses sufrieron lesiones por un láser militar chino mientras operaban desde la base en Yibuti, misma zona desde la que despegó el avión alemán atacado. El Código para Encuentros Inesperados en el Mar (CUES), suscrito por China, prohíbe explícitamente estas prácticas por su riesgo de daños físicos y escalada militar, pero su incumplimiento se ha convertido en una táctica habitual no oficial de la PLAN en escenarios donde la fricción geopolítica es elevada.

Auge láser y proliferación naval. El uso de tecnología láser a bordo de buques de guerra no es exclusivo de China, pero su despliegue sistemático y agresivo sí constituye una señal de alerta. La proliferación de estos sistemas, que varían desde simples deslumbradores manuales hasta cañones láser capaces de inutilizar sensores, drones y misiles antibuque, forma parte de una tendencia creciente en las marinas de guerra contemporáneas.

China ha incorporado estos dispositivos a varios tipos de embarcaciones, incluidas naves anfibias de clase Tipo 071, en paralelo al desarrollo de sistemas similares por parte de la Armada estadounidense y otras potencias. Lo que distingue a la PLAN es su disposición a usarlos en tiempo de paz con fines de hostigamiento, con tensiones que rozan el umbral del conflicto sin cruzarlo formalmente. La posibilidad de que estos incidentes se repitan o escalen preocupa especialmente a países europeos cuya presencia naval en aguas lejanas se ha incrementado como respuesta a nuevas amenazas globales.

Geoestrategia en el mar Rojo. La creciente influencia china en el mar Rojo añade un matiz inquietante al incidente. Desde 2008, la PLAN mantiene una presencia naval continua en el golfo de Adén, respaldada por su base permanente en Yibuti. Recientemente, Pekín ha alcanzado un entendimiento con los hutíes para garantizar el paso seguro de buques comerciales chinos a través del mar Rojo, mientras otros actores internacionales enfrentan ataques sistemáticos.

Esta posición ambigua le permite a China presentarse como garante de estabilidad en la región, al tiempo que obstaculiza con hostilidad no declarada las misiones de seguridad marítima lideradas por Occidente, como la propia Operación Aspides. El incidente con el avión alemán puede leerse, en ese sentido, como una forma de presión indirecta para desalentar la presencia militar europea en aguas consideradas ahora vitales para los intereses estratégicos de Pekín.

Expansión silenciosa. Más allá del mar Rojo, el temor europeo ante la expansión china no se limita al ámbito naval. Autoridades del continente han expresado su creciente preocupación por la influencia de Pekín sobre infraestructuras críticas, rutas de transporte y zonas geoestratégicas como el Báltico o el Ártico. En ese contexto, la respuesta alemana (convocar formalmente al embajador chino) representa un gesto diplomático poco habitual para Berlín, más proclive tradicionalmente al equilibrio que a la confrontación directa.

No obstante, ante una agresión potencial contra personal militar europeo y una pauta repetida de acoso naval chino, la medida adquiere un valor simbólico: indica que la paciencia europea frente a la erosión de normas internacionales fundamentales tiene un límite.

Línea roja difusa. Aunque no se ha confirmado si el láser empleado en el ataque fue de alta potencia ni se han detallado daños materiales, la implicación misma de un sistema militar chino contra una aeronave europea en misión oficial sienta un precedente preocupante. A medida que el mar Rojo se convierte en un escenario cada vez más complejo (con Irán, los hutíes, Estados Unidos, Europa y ahora China jugando roles paralelos y contradictorios), el uso de armas silenciosas, como los láseres, se perfila como la herramienta perfecta para infligir disuasión sin disparar una bala.

Si se quiere también, cada uno de estos pulsos invisibles tensa un poco más el hilo de la estabilidad regional y amenaza con convertir el mar Rojo en una nueva zona gris de competencia militar.

Imagen | PLA, China Military Online

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