En España alquilar un piso se ha vuelto tan rematadamente caro que le está costando algo al país: el talento de sus estudiantes
Publicado el 01/09/2025 por Diario Tecnología Artículo original
"Te piden que saques buena nota para entrar en la carrera. Lo haces, pero no puedes permitirte vivir en la ciudad en la que se encuentra la universidad". La reflexión es de Carlos, un universitario de 21 años que estudia Derecho y lidia con la complicada tarea de buscar un alquiler que no se trague todo su presupuesto del mes, algo que no resulta sencillo en un mercado residencial de precios disparados, condiciones draconianas y marcado por el "boom" de los alquileres turísticos.
El suyo es un caso aislado. Al contrario, refleja una realidad cada vez más preocupante: el precio de la vivienda está costándole a España algo más que familias sin capacidad de ahorro, también está pasando factura a su talento.
"Afecta al derecho de estudiar". Que el precio de la vivienda influye en el lugar donde uno puede estudiar su carrera no es nada nuevo. Ocurría hace ya años. Y décadas. Incluso antes de la burbuja del ladrillo. Sin embargo, a medida que los alquileres escalan hasta aproximarse a los picos de la burbuja de 2007 y España se adentraba en una "emergencia social" marcada por la vivienda, el problema ha ido haciéndose más y más grave. Tener techo hoy sale caro y obliga a los inquilinos a asumir condiciones duras, lo que condiciona directamente a los estudiantes.
Lo reconocía en 2024 la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, cuyo departamento llegó a firmar incluso un protocolo con los ministerios de Economía y Vivienda precisamente para promover alquileres "asequibles" entre los universitarios. "La crisis de la vivienda está afectando al derecho a estudiar una carrera universitaria, insistía Morant. "El acceso a la universidad solo debería estar limitado por el mérito y esfuerzo personal, no por cuestiones económicas".
"Es una realidad palmaria". Morant no es la única consciente del problema. Las dificultades que los jóvenes se encuentran al buscar alojamiento preocupa a los sindicatos e incluso a los rectores, que no son ajenos a cómo el baremo €/m2 de las ciudades influye tanto o más en el futuro de los estudiantes que la Selectividad.
"La falta de alojamiento es una realidad palmaria. Tenemos 2.000 peticiones de plaza en residencias para 1.000 plazas", confesaba hace poco a El País Ángel Arias, rector de la Universidad Carlos III, quien lamenta lo difícil que resulta resolver el problema para los propios campus. "Construir un edificio son 25 millones de euros si tienes el suelo. Es el 10% de todo el presupuesto de la universidad".
Más allá de Madrid y Barcelona. El problema no es exclusivo de las grandes metrópolis. "El tema de las tasas no es un gran inconveniente para poder estudiar en la universidad. ¿Cuál empieza a ser el elemento limitante? En algunas ciudades ya lo es el precio de las casas de alquiler", zanja Julián Garde, de la Universidad de Castilla-La Mancha. De forma similar se expresa su homólogo extremeño, Pedro Fernández, convencido de que el coste de las matrículas ya no quita el sueño a las familias de los estudiantes. Lo hacen los alquileres, el €/m2. "En Mérida y Cáceres hay muchísima disponibilidad de alojamiento que se utiliza para turismo, y eso hace que los precios para los estudiantes hayan subido muchísimo".
¿Tan grave es el problema? Hace poco Live4Life, una plataforma de alquiler especializada en estudiantes, lanzó un estudio que revela que a la hora de decidir en qué universidad van a formarse el 45% de los jóvenes se ven condicionados por un factor clave: el precio del alquiler. Es más, el 58% descarta las ciudades más caras y el 64% señala el coste de la vivienda como su principal obstáculo, lo que condiciona tanto su futuro académico como su forma de buscar pisos.
"Los jóvenes retrasan lo máximo posible la búsqueda de un lugar para vivir durante el curso universitario. Hay pocas ofertas y los precios están en alza, por lo que esperan mucho más para ver si encuentran alguna ganga", asegura el CEO de la firma, Alberto Añaños. El problema se agrava si se tiene en cuenta que cada vez más estudiantes demandan formación fuera de su provincia de origen: en el curso 2022/2023 ya superaban de largo las 300.000 personas, y muchos se desplazan a otra comunidad autónoma. ¿Quiénes lo hacen? Sobre todo estudiantes con padres con estudios superiores y buenos empleos, lo que sugiere una brecha social.
"Hay que pasar unos 'juegos del hambre'". Hasta aquí la perspectiva de políticos, rectores e investigadores, pero… ¿Cómo lo viven los propios estudiantes? El viernes elDiario.es publicó un reportaje con testimonios de varios universitarios que demuestran cómo el elevado coste de la vivienda (y el endurecimiento de los requisitos que piden los caseros) está condicionando su formación.
"Hay personas que están renunciando a su plaza universitaria por la imposibilidad de poder pagar un alquiler. Si ya de por sí es complicado acceder a una plaza en la universidad, ahora la crisis de la vivienda suma una traba más", subraya Coral Latorre, directiva del Sindicato de Estudiantes, antes de advertir que ese hándicap no afecta a todos por igual. Pesa sobre todo en los hogares más humildes.
Pendientes de Idealista. "Mi hermana tiene 18 años y ha hecho Selectividad. Quiere estudiar Física. Ha tenido que rechazar la plaza en Canarias porque no se puede ir con cómo están los alquileres allí", confiesa María Ángeles Guzmán, de la Coordinadora de Representantes de Estudiantes de Universidad Pública.
Otra joven universitaria, Avril, de 22 años, ve con impotencia cómo se acerca la fecha de inicio de su máster presencial en Madrid y aún no tiene un apartamento en el que alojarse. Había fichado uno e incluso pagó para reservarlo, pero asegura que la inmobiliaria le dijo a ella y su compañera que el acuerdo no podría cerrarse porque no cumplen las condiciones del "estudio de solvencia económica".
¿Tan cara está la vivienda? Las cifras son de nuevo elocuentes. Según Idealista, a lo largo de la última década (de agosto de 2015 al mismo mes de 2025) los alquileres casi se han duplicado en España: de 7,5 €/m2 han pasado a 14,5. Y esa es la media estatal. En Madrid se pasó de 11,9 €/m2 a 22,2 y en Barcelona de 12,3 a 23,1. Son datos relevantes porque, además de ser las mayores ciudades del país, son también las que aglutinan una mayor concentración de universidades.
El Periódico se hacía eco el año pasado de un informe que destaca el poder de atracción de ambas regiones para los universitarios: a diferencias de otras regiones de España, conservan de media al 98% de sus estudiantes residentes y atraen a un porcentaje muy elevado de jóvenes de otros puntos de España. Otras regiones que mantienen también una porción importante de sus universitarios son Andalucía y la Comunidad Valenciana, que no han sido ajenas a la subida de precios.
Imágenes | Meredith Spencer (Unsplash) y Jordi Moncasi (Unsplash)
En Xataka | Solo hay un grupo que está escapando a la trampa mortal de la vivienda en España: los herederos
utm_campaign=01_Sep_2025"> Carlos Prego .