EEUU acaba de presentar su nueva bestia científica: un superordenador con IA que estará conectado a telescopios y laboratorios
Publicado el 30/05/2025 por Diario Tecnología Artículo original
La supercomputación nunca ha sido solo cuestión de ciencia. Desde sus orígenes, estos sistemas colosales han representado poder nacional, reflejando las capacidades tecnológicas, científicas y hasta militares de los países que los desarrollan. Ahora, Estados Unidos ha presentado su próxima gran apuesta en este terreno: Doudna, un superordenador que debería ver la luz en 2026 y que promete ser más de diez veces más potente que Perlmutter, el actual buque insignia del Lawrence Berkeley National Laboratory.
Un homenaje a la ciencia que cambió la biología. El nuevo sistema ha sido bautizado en honor a Jennifer Doudna, profesora de bioquímica de Berkeley y una de las científicas que impulsaron la tecnología CRISPR, reconocida con el Nobel de Química en 2020. No es un gesto menor: la elección del nombre simboliza la fusión entre investigación biomédica, inteligencia artificial (IA) y potencia computacional. Tres ejes que, juntos, apuntan a definir los avances científicos de las próximas décadas.

Qué es exactamente Doudna y qué hará. Doudna será el próximo superordenador del National Energy Research Scientific Computing Center (NERSC), un centro del Departamento de Energía de Estados Unidos ubicado en Berkeley. Su diseño está a cargo de Dell Technologies y utilizará la nueva plataforma Vera Rubin de NVIDIA, que integrará procesadores ARM de propósito general. A nivel técnico, está diseñado para ejecutar cargas de trabajo híbridas a gran escala: simulaciones científicas de alta fidelidad, entrenamiento de modelos de inteligencia artificial, análisis de datos en tiempo real y algoritmos cuánticos.
La máquina no se limitará a ejecutar tareas más rápido: está pensada para integrarse en flujos de trabajo científicos donde los datos provienen de telescopios y laboratorios. El objetivo es claro: transformar el modo en que se hace ciencia, permitiendo ajustar experimentos casi al instante y acelerar procesos que antes tardaban semanas o meses.
Un proyecto que quiere marcar la diferencia. Los responsables del proyecto son explícitos: Doudna se presenta como una pieza clave en la estrategia estadounidense para liderar el desarrollo de la IA. Chris Wright, secretario de Energía, llegó a compararla con el Proyecto Manhattan, asegurando que este superordenador será fundamental para ganar la carrera global de la IA. Más allá del titular, los campos de aplicación que se están preparando son ambiciosos.
NERSC ya ha identificado más de veinte equipos científicos que están adaptando sus flujos de trabajo para este sistema. Las herramientas clave ya están sobre la mesa: desde frameworks como PyTorch, TensorFlow y CUDA-Q hasta el kit de desarrollo Holoscan, todo optimizado para la arquitectura coherente de Rubin y la interconexión NVLink.
Por qué es importante a nivel nacional (y mundial). En un contexto de creciente competencia tecnológica, sobre todo con China, este tipo de sistemas representan algo más que un recurso científico. Son infraestructuras estratégicas. Japón, con su Fugaku; China, con su más reciente Sunway Oceanlite; y ahora Estados Unidos, que ya tenía a Frontier, entre otros, está reforzando su músculo en este ámbito con Doudna.

La elección de Dell frente a HPE también rompe con la dinámica habitual de los grandes contratos del Departamento de Energía, que hasta ahora habían favorecido a esta última en sus tres sistemas exaescala más recientes.
Un salto en eficiencia energética. Además de la potencia bruta, uno de los grandes logros de Doudna será su eficiencia. Según NVIDIA, el sistema ofrecerá entre tres y cinco veces más rendimiento por vatio respecto a Perlmutter. Esto es posible gracias a mejoras en el diseño de chips, balanceo dinámico de carga y nuevas optimizaciones a nivel de sistema.
Cuándo llegará y qué se sabe del despliegue. La puesta en marcha de Doudna está prevista para 2026. Sabemos que se construirá con servidores PowerEdge y tecnologías de refrigeración líquida avanzada de Dell, además de conectividad de alta velocidad a través de la red NVIDIA Quantum-X800 InfiniBand. Estará ubicado en las instalaciones del Berkeley Lab y conectado directamente con el resto de centros del Departamento de Energía mediante la red científica ESnet.
Lo que no se ha revelado, por ahora, es el presupuesto oficial. A diferencia del superordenador El Capitan, que costó 600 millones de dólares, el Departamento de Energía no ha adelantado ninguna cifra sobre la inversión total en Doudna. Tampoco se ha precisado cuántos nodos o cuánta memoria exacta tendrá el sistema en su configuración final. Pero sí se ha dejado claro que está pensado para escalar y adaptarse con el tiempo.
Imágenes | NVIDIA (1, 2) | Lawrence Berkeley National Laboratory
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