Tras años subiendo los precios, los hosteleros de Mallorca se han encontrado con un problema: los turistas ya no quieren pagarlos

Publicado el 29/07/2025 por Diario Tecnología
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Tras años subiendo los precios, los hosteleros de Mallorca se han encontrado con un problema: los turistas ya no quieren pagarlos

"Hay turistas que ahora piden un zumo de naranja y se lo toman entre cinco personas". La frase es de un hostelero del centro de Sóller, en Mallorca, uno de los grandes enclaves turísticos de la isla, y refleja bien la situación con la que se están encontrando los bares y restaurantes de la región: los turistas llegan, pero lo hacen con carteras menos abultadas y menos dispuestos también a dejarse cuatro euros por un café. Otros restauradores de la zona lamentan que cada vez se encuentran con más visitantes que tiran de súper y se preparan su propia comida.

El sector no oculta su preocupación.

¿Qué ha pasado? Que el turismo español, un sector que lleva años (al menos desde la pandemia) acostumbrándonos a noticias sobre crecimiento, datos récord y facturaciones al alza, está dando muestras preocupantes en uno de sus bastiones: Mallorca. En mayo la patronal de la hostelería ya alertó de que el primer trimestre del año se había cerrado con una caída generalizada de ingresos que se movía entre el 10 y 20%. Y desde entonces la situación no parece haber mejorado.

¿Y eso, por qué? Llega una búsqueda rápida en Google para encontrarse con noticias en las que los hosteleros de uno de los destinos más emblemáticos de la región, Port de Sóller, se lamentan del panorama con el que se están encontrando en pleno verano, justo cuando sus negocios deberían ir viento en popa. "Hemos pasado de no tener trabajadores a que nos sobren", confiesa a Diario de Mallorca el dueño de dos restaurantes que ha tenido que prescindir de cinco empleados.

"Ya no se ven las colas de otros años. Las últimas que recuerdo fueron en Semana Santa. No pinta bien y quienes saldrán perjudicados serán los trabajadores, sobre todo a partir de la temporada que viene", insiste el hostelero. "Esto es un efecto rebote tras la locura que hubo después del covid. Volveremos a la situación que teníamos antes de la pandemia, pero con márgenes mucho más estrechos".

¿Es el único que piensa así? No. elDiario.es ha publicado una crónica similar, con quejas similares de otros negocios de la Serra de Tramuntana. Uno de ellos por ejemplo asegura que más que una cuestión de cantidad, del número de turistas que acuden a Sóller para disfrutar sus vacaciones, se trata de un problema de hábitos. La gente llega con la cartera más apretada. Y menos dispuesta a excederse con los gastos. "Más que en el número de turistas, [hay] un cambio en el tipo de cliente que consume y en la cantidad que consume", comenta la encargada de un bar.

"El volumen de gente que viene a Sóller continúa siendo el mismo, con fluctuaciones más o menos cada 15 días. Pero lo que sí ha bajado es el consumo en bares. La gente está gastando menos y eso se nota", explica al diario otro hostelero de la localidad. "Ahora te piden un zumo de naranja [6,5 euros] y se lo toman entre cinco". La tendencia choca con un perfil turístico que hasta hace no tanto estaba dispuesto a pagar cuatro euros por un café o más de 25 por el menú del día.

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Pero... ¿Qué dicen los datos? Los de CAEB dibujan un panorama poco halagüeño. Según sus cálculos, el sector sufre un 'pinchazo' en su facturación de entre el 6 y 8%, horquilla que en algunos restaurantes se elevaría del 15-20% o incluso alcanza el 30% en casos puntuales. Su presidente, Juan Miguel Ferrer, es tajante y estima que en ocho de cada diez locales las ventas caerán este año.

Curiosamente y aunque la sensación pueda ser que la ciudad está atestada, una de las zonas más afectadas es el centro de Palma, donde la caída alcanza el 8%.

¿Cuál es el problema? Los hosteleros lo resumen con una sola palabra: rentabilidad. "La situación es muy difícil. Nos preocupa la rentabilidad de los negocios. Muchos no podrán sobrevivir. No habíamos tenido un verano tan malo desde antes de la pandemia", insiste Ferrer en Tourinews. El presidente de CAEB asegura que el año pasado cerraron 370 establecimientos y se muestra cauto sobre cuál pueda ser el impacto en los próximos meses. "Habrá que ver este año".

Ferrer recuerda que mayo estuvo marcado por el mal tiempo, junio mo fue pletórico y ahora los negocios se encuentran con una bajada en la afluencia de clientes, sobre todo en Port Sóller, Sant Elme y Port d´Alcúdia. "Hemos pasado de estar llenos a tener ocupaciones que no superan el 60%". La situación tampoco es la ideal en el Paseo Marítimo de Palma. De nuevo la cuestión no es que no haya visitantes, sino que estos parecen menos dados a consumir en los restaurantes.

"Son los conocidos como turistas de bocadillo", añade.

¿Qué nos dice el INE? Da otras pinceladas que ayudan a componer el cuadro. Sus últimos datos son de mayo, pero muestran que durante los cinco primeros meses de 2025 la tasa de variación anual entre los turistas extranjeros ha sido positiva en Baleares. En cuanto al flujo de viajeros y pernoctaciones, en junio el INE registró aumentos con respecto a 2024. Por ejemplo, de 1,86 millones de visitantes en junio de 2024 se pasó este año a cerca de 1,89 millones.

Otro dato interesante es el de los precios. En junio el INE registró una tasa de variación interanual de 9,9 en el índice de precios hoteleros de las Islas Baleares. Si consultamos la tabla del IPC la variación anual entre el conjunto de restaurantes y hoteles del archipiélago es del 5%, porcentaje que se eleva al 30% si se compara con 2019. En general el verano de 2025 suele presentarse como el de los precios hoteleros más caros, con alzas del 50% desde el inicio de la pandemia.

¿A qué se debe esa caída? El aparente 'pinchazo' en la facturación de los hosteleros mallorquines no se entiende sin manejar algunas claves. Tanto internas como externas. Entre las últimas se encuentra la situación económica de Alemania, un mercado crucial que no pasa por su mejor momento, y la competencia creciente de otros destinos más económicos. Uno de los que está aprovechando el filón para posicionarse en mercados tradicionales de España es Marruecos, que ofrece alojamiento más económico y ha ido mejorando sus conexiones aéreas.

Con ese telón de fondo tampoco ha ayudado el encarecimiento de los vuelos.

Por supuesto también hay factores relacionados con el sector hostelero, como la subida de precios que encadena desde hace años y que ha hecho que alojarse en un hotel de España salga hoy bastante más caro que en 2019. Tanto, que el país se ha encontrado con un fenómeno curioso: la demanda interna ha ido estancándose a medida que viajar a Mallorca se volvía casi tan caro como hacerlo a Bali.

¿Hay más factores? Sí. En el sector apuntan por ejemplo al aumento de los alquileres turísticos, que en ocasiones está asociado a un perfil de viajero diferente al que se aloja en hoteles más caros. En un piso las familias tienen cocina, nevera, microondas… Y eso, explicaba un restaurador a elDiario.es, les lleva a "comprar la comida en el supermercado" en vez de pagar por ella en un restaurante. No falta también quien achaca la caída a las protestas y mensajes negativos que desde hace meses se lanzan en Cataluña, Baleares o Canarias hacia el turismo masivo.

Ferrer señala que, con el encarecimiento de los vuelos y los hoteles, los turistas llegan con "menos dinero en el bolsillo para gastar" y advierte que esa tendencia coincide con otra que afecta a las cuentas de los hoteles: ellos mismos afrontan una subida de precios debido a una "cuestión inflacionaria". En mayo CAEB hablaba ya de caída de ingresos de entre el 10 y 20% en zonas como el Puerto de Pollença y Playa de Palma, un panorama, insistía, preocupante para la región. "Si en nuestro sector disminuye el gasto, inevitablemente afectará a la cadena económica local".

Imágenes | Thank You (25 Millions) views (Flickr) y Kboldi (Flickr)

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