Tesla prometía tener un robotaxi sin humanos, pedales ni volante. Sus primeros viajes los han hecho con humanos, pedales y volante

Publicado el 23/06/2025 por Diario Tecnología
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Tesla prometía tener un robotaxi sin humanos, pedales ni volante. Sus primeros viajes los han hecho con humanos, pedales y volante

El 22 de junio pasará a la historia propia de Tesla por ser el primer día en el que la compañía ha operado en las calles con un robotaxi propio. Lo ha hecho, como no quedaba otra, con fuertes restricciones, dejando algunas dudas en el ambiente y con un buen puñado de promesas incumplidas. Esto es todo lo que sabemos del nuevo servicio.

22 de junio. "Es la culminación de una década de duro trabajo". Con estas palabras se ha referido Elon Musk en X a los primeros viajes realizados por su servicio de robotaxis, aprovechando la publicación para dar las gracias a su equipo destacando que "tanto los equipos de chips de IA como de software se crearon desde cero dentro de Tesla".

La compañía ha puesto en las calles de Austin los primeros viajes de sus robotaxis, el servicio de vehículo completamente autónomo que pretende tener a pleno rendimiento el próximo año. De momento, el servicio ha dado el pistoletazo de salida entre las esperadas restricciones.

Duras restricciones. Limitados a espacios muy concretos de la ciudad de Austin, con un trabajador de Tesla en el asiento del copiloto para vigilar el funcionamiento del vehículo y con un público elegido. Así han sido los primeros viajes de Tesla en la ciudad texana, cumpliendo con restricciones que anteriormente han vivido sus competidores.

Aunque los viajeros han confirmado que los supervisores de Tesla no tenían permitido hacer ningún tipo de comentario para no condicionar al usuario, lo cierto es que Tesla ha querido limitar los riesgos en este lanzamiento, seleccionando muy bien quién puede utilizar el servicio.

Fans. Es, sin duda, el punto negro del lanzamiento. En el despliegue de estos taxis autónomos, las normativas estadounidenses obligan a funcionar de manera limitada con un grupo cerrado. Waymo, en su día, abrió la oferta a sus propios trabajadores y, una vez ganado el favor de los reguladores, pudo abrir al público general con listas de espera y finalmente a cualquier usuario.

En este caso, Tesla también ha tenido que cerrar el círculo de sus clientes potenciales pero lo ha hecho eligiendo a fans de la propia compañía. Un vistazo por X demuestra que quienes se han subido al coche son trabajadores de alguna empresa de Elon Musk, entusiastas de la compañía y algunos de ellos presumen de ser inversores de Tesla.

No cumplen. Esta cuidada selección de los usuarios nos ha dejado X llena de mensajes propagandísticos positivos sobre el servicio. Sin embargo, hay dos premisas clave que la compañía de Elon Musk no ha cumplido.

No viajan solos (1). La primera es que los coches funcionan de forma autónoma pero mantienen un supervisor en el asiento del copiloto. Bien es cierto que durante la presentación del Tesla Cybercab, el supuesto robotaxi que debería entrar en funcionamiento el año que viene, Musk se cuidó de no hacer referencia a si estos primeros viajes se realizarían con un humano al lado.

No lo hizo porque una cosa es hablar de plazos y no cumplirlos y otra cosa es mentir sobre las regulaciones. Y es que todos los coches autónomos que se han puesto en las calles de Estados Unidos han tenido que pasar por esta fase de supervisión humana. Tesla no podía prometer que los primeros pasos se darían con un coche completamente autónomo por esos se centró en la presentación de cómo será (o debería ser) su servicio ya estable.

Sin embargo, recordemos que en 2021, cuando el coche completamente autónomo parecía toda una quimera, Elon Musk sí prometió que sus coches se podrían utilizar sin intervención humana. Y que esto sería posible en 2023. Algo que, por supuesto, no ha ocurrido.

Volantes y pedales. La misma historia podemos seguir en cuanto a la "forma" de estos robotaxis. Hace casi un lustro Elon Musk aseguraba que ya en 2023 conduciríamos un Model 2 de menos de 30.000 dólares y que podría olvidarse del volante. El Tesla Cybercab se presentó con esa misma premisa pero, de nuevo, se omitió cómo sería el lanzamiento del servicio y se centraron en lo que estaba por venir.

Como ya contamos en Xataka, ahora mismo los reguladores estadounidenses no permiten poner en el mercado este tipo de automóviles. Es algo que terminó con el sueño de Cruise y uno de los motivos es muy simple: si el vehículo sufre algún tipo de avería o desconexión y los servicios de emergencia tienen que moverlo, necesitan que haya alguna alternativa disponible. El volante y los pedales siguen siendo imprescindibles.

Los plazos. Una vez que la realidad ha golpeado a la compañía y ha tenido que adaptarse a las regulaciones que marcan el futuro del coche autónomo en Estados Unidos, queda por saber si Elon Musk podrá cumplir unos plazos que se antojan casi imposibles.

En declaraciones que casi parecían una parodia de sí mismo, Elon Musk aseguró durante la presentación del Tesla Cybercab que tiende a ser "poco optimista en los plazos". Y, quizás por eso, se ponía otro plazo imposible. Que sus robotaxis funcionaran a pleno rendimiento "antes de 2027, permitan decirlo así" tal y como se ha concebido.

Es decir, en 18 meses Tesla debería tener en la calle un servicio abierto al público, que pueda cobrar por ello, que alcance a toda la ciudad donde esté en funcionamiento y que, además, lo haga en un artefacto sin volante ni pedales. Sería cumplir con algo que nadie tiene en el mercado. Ni si quiera aquellos que llevan años quemando miles de millones de dólares para sustentar algo similar.

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