Steve Jobs presentó en 1999 un emulador para convertir cualquier Mac en una PlayStation. A Sony no le hizo ni pizca de gracia

Publicado el 17/05/2025 por Diario Tecnología
Artículo original

Steve Jobs presentó en 1999 un emulador para convertir cualquier Mac en una PlayStation. A Sony no le hizo ni pizca de gracia

Enero de 1999. MacWorld Expo de San Francisco con Steve Jobs en el escenario. Tras una presentación cargada de videojuegos y enfocada en lo bien que corren esos videojuegos frente a las versiones de PC, Jobs realizó una de las presentaciones más polémicas que se han visto en un escenario de una compañía del alcance de Apple: la de un emulador de PlayStation.

El objetivo de Steve era que cada Mac se convirtiera en una PlayStation que pudiera correr juegos como ‘Crash Bandicoot’, algo posible de la mano de una compañía llamada Connectix y de un software llamado Virtual Game Station. En una Sony extasiada por el éxito de su consola, no debían dar crédito a lo que se estaba afirmando en uno de los eventos con más proyección a nivel mundial.

¿El castigo para los creadores del emulador? Ser comprados… por Sony.

Convertir cada Mac en una PlayStation

En 1998, el terreno de los videojuegos para Mac era… campo. En PC se podía disfrutar de las grandes aventuras de LucasArts, de ‘WarCraft’, de ‘Diablo’, de ‘Age of Empires II’ y ese mismo 1998 nacieron joyas como ‘StarCraft’ o ‘Half Life’, pero la situación en Mac era muy diferente.

Había algunos proyectos, sí, y empresas como Bungie tenían juegos interesantes como ‘Marathon’, pero la goleada del PC era incontestable en el segmento del entretenimiento. A un joven programador llamado Aaron Giles se le ocurrió una cosa. Oye, si el Mac tiene lectora de CD y la PlayStation usa CD, ¿por qué no podría introducir un juego de PlayStation en un Mac?

Giles trabajaba para Connectix, una compañía fundada en 1988 con una historia muy curiosa. Desarrollaron software pionero para Mac, pero con cada nueva versión de Mac OS, Apple les ‘robaba’ esas funciones que ellos habían desarrollado para incluir las suyas propias. Lo que Apple hacía era comprar versiones shareware del mismo concepto que desarrollaba Connectix, y así no tenían que hacer tratos con la propia Connectix.

No sólo hacían hardware: también se sacaron de la manga la Mac QuickCam, una de las primeras webcam de la historia, que vendieron a Logitech en 1998. Pero la emulación era el punto fuerte de esta empresa y el foco de muchos de los desarrolladores de la misma. Volvamos a la historia de Giles.

El programador comenzó a trabajar en el proyecto en 1998 y lo cierto es que, al poder leerse los juegos de Sony con una lectora CD-ROM estándar, la parte del hardware estaba solucionada. “Sólo” había que centrarse en emular la BIOS y el entorno de PlayStation, pero para enero de 1999 ya lo tenía listo.

Así, en el escenario, Jobs anunció al mundo el emulador Virtual Game Station, o VGS.

“Nuestro objetivo es tener la mejor plataforma de juegos del mundo”, comentó Jobs, quien mostró a continuación una foto de una PlayStation. “Esta es otra consola de videojuegos, la más popular en este momento. ¿No sería genial si pudiésemos jugar también a algunos de sus juegos?”

Con esa frase lapidaria, Jobs presentó el producto de Connectix añadiendo que se trataba de un software de emulación que venderían por 49 dólares y que “convierte tu Mac en una Sony PlayStation”. Menos de la mitad de lo que costaba una PlayStation. Me imagino a los ejecutivos de Sony escupiendo el sake cuando se enteraron de que Jobs había dicho eso.

Alucinante

“Hay cientos de juegos que puede reproducir de la PlayStation”, apuntó Jobs, quien dio paso a un Phil Schiller -director de marketing mundial de productos de Apple- que no rebajó ni un tono el entusiasmo.

Virtual Game Station Steve dando paso a Phil antes de jugar a 'Crash Bandicoot 3'

“Esto mola muchísimo”, comenzó Phil. La posibilidad de usar un Mac, mi Mac, para ejecutar todos los grandes juegos de PlayStation de forma rápida y económica sólo poniendo el juego es una idea fantástica”

Y, ni corto ni perezoso, se puso a jugar a ‘Crash Bandicoot 3’. “Es el juego más popular de Sony en este momento”, afirmó Phil sin cortarse ni un poco (algo que hoy es absolutamente impensable) y… se puso a jugar. Ese título había salido apenas unos meses antes y corría al 100% de velocidad en un Mac (tras un par de tirones) simplemente metiendo el CD y ejecutando VGS.

La pregunta era cómo.

Cómo habían podido emular perfectamente en un iMac G3 a 233 MHz un procesador RISC a 33 MHx, siendo este de una arquitectura completamente diferente. Y lo más impresionante no es eso, sino que Giles lo consiguió sin usar ni una línea de código de Sony.

Antes de continuar voy a resumir cómo funciona un emulador. Se trata de algo que recrea el hardware y sistema de una consola en otra plataforma. En este caso, un programa que recrea una PlayStation en un Mac. El emulador hace de “traductor” en tiempo real entre las instrucciones del juego, que están pensadas para el hardware de las consolas, a las instrucciones del dispositivo anfitrión.

Es algo que consume muchos recursos porque debe hacer un trabajo doble, pero lo realmente complicado es emular la BIOS. BIOS significa Basic Input Output Sustem y es el software esencial de la consola que controla el arranque y la interacción entre el hardware y esa consola. Para que VGS funcionara, debía emular esa BIOS.

Connectix Virtual Game Station Windows Screenshot

Giles se puso en contacto con Sony para que les ayudara con la BIOS de PlayStation y, ante la negativa de los japoneses (y una carta de cese y desistimiento por parte de Sony), el programador hizo algo tan absurdo como genial: investigar a fondo la máquina, estudiar la BIOS original y reescribirla desde cero, como una BIOS propia. Fue absurdo porque era una tarea titánica, pero también genial porque Sony no podría hacer… nada.

La incredulidad de Sony

Ese mismo 1999, Connectix lanzó VGS para Mac y la mayoría de juegos corrían de una manera fantástica en los ordenadores de Apple. Había características, como la vibración del mando de PlayStation, que no funcionaba, pero fue algo que impactó permitiendo que, por 49 dólares, todos los poseedores de un Mac tuvieran, en la práctica, una PlayStation.

A la venta de juegos no le iría mal porque se abría una ventana de usuarios potenciales, pero como decíamos antes, Sony debía estar maldiciendo en todos los idiomas conocidos. Ya no es que hubieran reventado su consola, sino que el mismísimo Steve Jobs había dicho que eso era genial. Esta historia la cuenta el propio Giles en su blog, donde también detalla que en el stand que Apple les dejó en el MacWorld acapararon muchísimas miradas y consiguieron vender unos cuantos cientos de copias. También acaparó la mirada de señores de Sony.

Y la respuesta fue inmediata.

Tras la presentación pública, Sony atacó. Los japoneses consideraban que era algo que violaba sus derechos de autor y sus aliados en la batalla fueron de la talla de Nintendo, SEGA o 3DFX Interactive (que tampoco se llevaba bien con Apple). Y lo hicieron en los tribunales poco después del MacWorld.

El 27 de enero de 1999, los jueces impidieron a Connectix copiar o utilizar el código de la BIOS de Sony en el desarrollo de VGS y, además, vender el programa tanto para Mac como en su versión para Windows.

Macworld Connectix Connectix en la MacWorld con VGS

Además, se incautaron las copias no vendidas, pero si has prestado atención a la historia, verás que los jueves prohibieron a la empresa utilizar la BIOS de Sony. ¿La clave? Lo que comentamos antes: la BIOS no era la que escribió Sony.

Si no puedes con tu enemigo, cómpralo

Connectix apeló y, en su defensa en los tribunales, demostró que el código de la BIOS había sido recreado legalmente gracias a la ingeniería inversa, pero sin copiar el código original de Sony. De este modo, no sólo no estaban violando el código protegido por Sony, sino que el emulador estaba protegido por el uso legítimo.

Este hecho creó un precedente en la emulación que otras empresas posteriormente -Nintendo- han intentado derribar. Porque los emuladores son legales para jugar a tus copias de los juegos, lo que no es legal es obtener esas copias sin consentimiento. Sony no podía hacer nada, pero la victoria de Connectix tampoco fue dulce.

Vídeo de la versión para Windows 98

En 1999, la PlayStation vivía un momento dulce, cargado de auténticos juegazos, pero el fin de su vida estaba cerca, pues en el 2000 se lanzaría PS2. El tiempo que el VGS estuvo fuera de circulación pudo hacer daño a Connectix, pero antes de que pudieran volver a vender el software, Sony tomó la decisión de llegar a un acuerdo con ellos y comprar la licencia del emulador.

¿Su plan? Enterrarlo. Esto no era una compra como la que la propia Sony haría unos años después con Gaikai para desarrollar su entorno de juego en la nube por streaming, sino un ejemplo de que, si no puedes con tu enemigo, cómpralo y acaba entiérralo.

One more thing…

Esta batalla fue interesante por muchos motivos. El más obvio por ver a Steve Jobs, que habría enfurecido si se lo hacen a él, presentar con ese descaro un emulador de PlayStation. También porque el emulador tenía un rendimiento impresionante, siendo un logro técnico indudable. Y porque estableció la legalidad de los emuladores, al menos dentro de Estados Unidos.

Pero las cosas no terminaron ahí. En paralelo al proceso entre Sony y Connectix, otra empresa se encontraba desarrollando un emulador similar, pero para Windows. Se trataba de Bleem!, que también llegó a comienzos de los 2000 y hacía algo más que emular una PlayStation: mejoraba los gráficos de la consola de Sony en PC al contar con filtros y mejores resoluciones.

Fue otro dolor de cabeza para los japoneses, y la forma que tuvieron de entrar en esa guerra fue… demandar cada dos por tres a los creadores para, mediante el desgaste de los juzgados, se quedaran sin dinero para seguir el proceso judicial. Y así pasó, y hoy tener una copia de Bleem! es nostalgia pura y dura.

Bleem

Por el lado de Apple, el proceso contra Connectix era algo totalmente ajeno, pero dejaron los Mac sin ese preciado emulador de PlayStation. Jobs debió pensar “bueno, al menos nos queda Bungie, que nos está desarrollando un juego que tiene muy buena pinta”. Lo que no sabía era que Microsoft estaba preparando su primera consola, la Xbox, y que para estrenarla por todo lo alto iba a comprar Bungie y a “robar” el juego que acaparó las miradas en el MacWorld de verano de 1999:

Halo’.

Imágenes | Aaron Giles

En Xataka | La loca, loca idea del videojuego por satélite: el proyecto de Nintendo que anticipó el futuro del streaming

utm_campaign=17_May_2025"> Alejandro Alcolea .