Samsung Galaxy S25 Edge, análisis: el Samsung que nada contracorriente para ser el Galaxy más delgado de la historia

Publicado el 23/05/2025 por Diario Tecnología Artículo original

Ante la realidad de que los teléfonos móviles plegables son por ahora un rara avis en el mercado, los fabricantes de smartphones andan a la búsqueda de un nuevo nicho que explotar y con el que agitar un poco el mercado. Y han optado por la delgadez, algo que ya hace algo más de 10 años que creíamos superado.

El Samsung Galaxy S25 Edge nos hace rememorar guerras de hace tiempo en busca del terminal más increíblemente delgado. Pero esta vez, Samsung se ha adelantado al rumoreado iPhone 17 Air y aquí está Xataka para ver qué tal le ha salido la apuesta. Está claro que por diseño y especialmente “sex appeal" estamos ante un terminal muy interesante. Pero nuestro foco está claramente en  comprobar si los teóricos inconvenientes clave relacionados con la autonomía y rendimiento son reales o no.

Ficha técnica del Samsung Galaxy S25 Edge

Ser extremadamente delgado sienta muy bien a un teléfono

Valorar el diseño o sensaciones que transmite un teléfono móvil siempre es complicado. Entra en juego el gusto de cada consumidor y lo que cada cual espera de un smartphone. Sin embargo, este Samsung Galaxy S25 Edge es complicado catalogarlo como “no atractivo” visualmente lo mires como lo mires.

Incluso el módulo de cámara, casi del mismo grosor que el resto del terminal y que no siempre nos agrada del todo en terminales actuales, no desentona y le da cierto aires de grandeza e importancia en el terminal.

Y no es solo cuestión de su mínimo grosor, de solo 5,8 mm, sino que el Samsung Galaxy S25 Edge tiene muchos otros valores que suman y suman. Podemos hablar por ejemplo del acabado, muy cuidado y recurriendo a la combinación de cristal y titanio que lejos de parecernos frágil, nos transmite sensación de seguridad, robustez y resistencia al uso.

El reducido grosor y buen acabado no se queda solo en lo superficial. El Samsung Galaxy S25 Edge es de los terminales más cómodos en mano que nunca hemos usado.

El titanio solo se ha usado en el marco, pero los tonos escogidos llevan el apellido titanio también por la sensación de  acabado metálico que nos dejan a la vista. No tanto en el tacto, donde sabemos que tenemos una trasera de cristal protegido con Corning Gorilla Glass Victus 2. No falta la resistencia al agua y polvo con su clasificación IP68.

Y todo con un peso de poco más de 160 gramos, increíble para un terminal que no escatima en diagonal de pantalla y se queda en las 6,7 pulgadas que ya nos parecen “lo normal”.

Dicha pantalla está protegida por Corning Gorilla Glass Ceramic 2 y la podemos considerar una pantalla digna del terminal Galaxy de gama más alta al que aspira ser este S25 Edge. Se ve espectacular y ofrece una experiencia de uso del máximo nivel, incluso en exteriores.

El panel es un Dynamic AMOLED 2X con resolución de 3120 x 1440 píxeles(Quad HD+) y tasa de refresco de 120 Hz de tipo dinámica.  El brillo máximo se sitúa en 2.600 nits, en la línea del resto de miembros equivalente de la familia Galaxy de esta generación.

Encontramos los habituales modos de pantalla de Samsung además de las ayudas de protección de vista o tono de color adaptable. Tampoco falta el modo Alwways on Display.

La biometría asociada a este nuevo Samsung Galaxy S25 Edge la encontramos en parte bajo la pantalla, donde se sitúa el lector de huellas, muy preciso y rápido. Lo podemos complementar con la identificación de rostros para perder el menor tiempo posible cuando queremos hacer uso del terminal.

En cuanto al sonido hemos quedado gratamente sorprendidos porque pese a su poco grosor, no hay un sonido excesivamente plano ni falto de potencia. Es estéreo, muy bien equilibrado y sin distorsión incluso en volúmenes altos.

Una ficha técnica que no se ve afectada por el grosor

Samsung podría haber usado la excusa del grosor reducido para meter en cintura la ficha técnica del Samsung Galaxy S25 Edge. Pero no ha sido así. El nuevo Edge no se baja del podium de la familia Galaxy de este año y presume de una ficha técnica del máximo nivel en cuestión de procesador.

En el interior del Samsung Galaxy S25 Edge, porque os prometemos que hay algo entre los dos cristales de la pantalla y trasera, el gigante coreano ha colocado un Snapdragon 8 Elite para Galaxy con sus 8 núcleos con el objetivo de que todo lo que hagamos con  este terminal sea instantáneo.

La experiencia de esta semana de uso lo confirma. La interfaz va exquisitamente fluida, no hay juego o aplicación que nos transmita que el procesador es un cuello de botella y los 12 GB de RAM son justos acompañantes del procesador de Qualcomm. En la comparación con rivales de similares características, el Galaxy S25 Edge cumple salvo en la prueba de GeekBench, donde queda algo más abajo de lo esperado.

Lo mismo ocurre con la capacidad de 256 y 512 GB, que con copias de seguridad en la nube de tantos servicios no debería suponer problema alguno para una inmensa mayoría de los potenciales compradores de este terminal.

El otro pilar que nos marca el devenir de un terminal entre gamas de teléfonos, el sistema de cámaras, sí que decae en prestaciones respecto a los mejores de la familia Galaxy S25. EL habitual sistema de tres cámaras se reduce en este nuevo y delgado terminal hasta dos, dejando de lado justo uno de los que más nos gustaban: el sensor exclusivo para el zoom óptico.

Samsung trata de compensar mediaticamente esta debilidad con la inclusión de un sensor principal de 200 MP (f1.7 y OIS) que nos permite jugar con un zoom “de calidad óptica”, palabras de Samsung, de hasta 2X.

La cámara principal realiza imágenes por defecto a 12 MP, contando con un modo de 50 y otro de 200 MP para conseguir más detalle en las tomas así como posibilidad de recorte y reencuadre sin pérdidas.

Los resultados con la cámara principal no llegan a ser los que esperábamos en un gama alta de Samsung. Ofrecen un resultado y  comportamiento estupendo al apuntar y disparar, con imágenes muy correctas en todos los aspectos importantes, destacando en el colorido a plena luz del día y rango dinámico, con muy bien tratamiento del HDR en la mayoría de situaciones.

Sin embargo el nivel de detalle tanto a 12 MP como incluso cuando recurrimos al disparo a 50 o 200 MP no nos ha convencido y creemos que está por debajo de lo que debería un gama alta.

Por la noche, la cámara principal pierde excesivo detalle tratando de no acumular ruido. Hay que recurrir sí o sí al modo Noche para salvar el tipo a poco que queramos ampliar un poco la imagen que tomamos.

Con los 200 MP disponibles para jugar, el zoom 2X de calidad óptica es perfectamente usable en la mayoría de situaciones prácticamente al nivel de uno que contara con su propio sensor y lente. Si no fuera porque al acercarnos y mirar el detalle, de nuevo tenemos malas noticias.

Si optamos por el modo de disparo de 200 MP, nos aparece la opción de disparo con zoom 5X. Abajo una muestra de día con buenas condiciones lumínicas.

Sí que hay que destacar  de esta cámara principal el modo retrato, con tonos muy naturales, gran definición y un recorte sin fallos por mucha barba despeinada que le poníamos como reto. Admite 7 niveles de desenfoque y el disparo a 1X o 2X.

La segunda cámara disponible es un gran angular de 12 MP y f2.2 que ofrece resultados correctos salvo por cierta perdida de definición en las esquinas, así como el reducido nivel de detalle del que venimos hablando.

También es común a todos los Galaxy S25 de este año el sistema operativo. Tenemos la capa OneUI 7 sobre Android 15, ya muy optimizada en este nuevo terminal.

En un terminal tan cuidado en el diseño se agradecen las novedades de OneUI 7 en este mismo sentido: la Now Bar para tener control e información de qué está ocurriendo el el terminal, los widgets más completos para algunas aplicaciones o la separación de la barra de notificaciones y la del centro  de control.

El resto de novedades a destacar a nivel de interfaz y sistema operativo tienen a la IA como protagonista. Cómo no. Galaxy AI de la mano de Gemini sitúan a cualquier terminal de la gama alta del fabricante coreano en la muy reducida cabeza de carrera virtual de este aspecto.

Gemini y Galaxy AI lo impregnan ya literalmente todo alrededor de la experiencia de uso de este terminal de Samsung. Empezando por el botón de encendido, que al mantenerlo pulsado lanza al asistente Gemini de Google. Mucho mejor que otro botón extra en el diseño limpio del lateral de este Samsung Galaxy S25 Edge.

En el día a día con el Samsung Galaxy S25 Edge es extraño no encontrarse ya con alguna ayuda de la IA. Empezando por el resumen del día que nos espera o por la noche un repaso de lo que ha dado de sí la jornada, útil si te acostumbras para tener clara la agenda o la predicción meteorológica.

Pero también tiene mucha presencia a la hora de ayudarnos a resumir, transcribir o traducir textos y conversaciones, función que cada vez lo hace mejor y con la estupenda integración en todo el ecosistema de Samsung. Sin duda un motivo muy importante para mantenerse en él.

Hablemos de lo menos bonito de ser un teléfono muy delgado

Aunque lo habitual es que hablemos de rendimiento sostenido y calor generado en la sección que dedicamos al procesador, el Samsung Galaxy S25 Edge requería de una excepción por la importancia de ese punto en el análisis.

Como ya comentamos, Samsung podría haber sido conservador a la hora de escoger el interior de este Galaxy S25 Edge a la vista del reto que suponía tratar de emular el comportamiento de un gama alta en un grosor tan reducido. Y en algún momento tenían que saltar las costuras.

Dentro de la vorágine de nuestras pruebas de rendimiento, usando en muchos casos test de estrés, el interior del Samsung Galaxy S25 Edge acusaba de manera muy preocupante un calor excesivo. Esto lo vimos reflejado tanto en la estabilidad del equipo, de media un 50% en todas las pruebas que le pasábamos, como en el calor disipado.

Tras más de media hora jugando a títulos exigentes o en medio de una prueba de estrés del procesador, la trasera del Samsung Galaxy S25 Edge presentaba una temperatura muy alta e incluso por momentos molesta. No ocurre en la inmensa mayoría de casos de uso habituales del terminal, pero es una realidad.

El otro punto débil del Samsung Galaxy S25 Edge se manifestó donde era muy complicado que no lo hiciera: la autonomía. Poder presumir hoy en día en un terminal de gama alta de un día de uso como algo aspiracional es en realidad una debilidad.

Efectivamente el Samsung Galaxy S25 Edge puede conseguir ofrecernos una autonomía de un día. Lo conseguimos durante los fines de semana, momento en que mi rutina habitual es menos intensa. Pero no es una autonomía para todo el mundo.

Un consumidor que tampoco tiene que ser muy intensivo en el uso del teléfono se encontrará con una duración de la batería que llega muy muy justa al final del día, siempre con la intriga de si tendré que buscar un cargador de urgencia.

Durante la semana laboral, de media hemos obtenido unas 3,5 horas de pantalla, cifra alejada de lo que uno desea en un terminal de alto precio y con prestaciones para sacarle mucho más partido. O como mínimo para tener dicha posibilidad.

Esa escasa autonomía para un gama alta tiene un añadido: no hay carga ultrarrápida (solo rápida de 25W) que compense que nos falte una hora de pantalla para cubrir nuestro día.

La carga con un adaptador de 65W se completa en algo más de una hora y 10 minutos. La carga es además muy directamente proporcional hasta casi el 80%, donde se ralentiza. Pero no hay un boom de energía en los primeros minutos.

Samsung Galaxy S25 Edge, la opinión y nota de Xataka

Tener la elección en tu mano es lo que siempre quiere un consumidor. Y apostar por productos diferentes supone asumir un cierto riesgo, y sea en forma de alto precio o de fiabilidad. Y sí, estoy mirando a los ojos de los teléfonos plegables.

Este Samsung Galaxy S25 Edge no tiene tanto riesgo para el consumidor si decide elegirlo. Escogiéndolo nos estamos llevando al bolsillo un terminal único, de grosor imposible, diseño cuidado, tremendamente cómodo de usar durante largas horas y con una ficha técnica de gama alta sin concesiones, ya sea por procesador, pantalla e incluso cámara fotográfica.

Pero escogiendo este nuevo Samsung Galaxy de gama alta también estamos aceptando que, si somos usuarios intensivos del terminal, la batería no nos alcance para todo el día. Con baterías externas en las mochilas, puertos USB en el coche y cargadores USB-C ya como un estándar, tampoco parece para tanto si quieres disfrutar de uno de los teléfonos del año.

Este dispositivo ha sido cedido para prueba por parte de Samsung. Puedes consultar cómo hacemos las reviews en Xataka y nuestra política de relaciones con empresas.

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